Astros

Capítulo 5 - Ruidos y emociones

Había escuchado algunos ruidos afuera del cuarto, como era costumbre cualquier sonido mínimo podía despertarme del mejor sueño que pudiera tener. Así que de golpe abrí los ojos. Me trate de levantar, sentándome en el borde de la cama; como a un costado de donde dormía, se encontraba la de Cecilia, involuntariamente voltee para verla. Mi sorpresa fue, que la cama estaba vacía y las sabanas estaban hechas un desastre. Aun con sueño y bostezando, no le tome tanta importancia, pero al ver la luz del pasillo en el cuarto, me entro una gran intriga y entonces por instinto mire en dirección a la puerta que se encontraba abierta; me levante y camine en esa dirección.

Mas que intriga por donde estaba Cecilia, pues no le había tomado mucha importancia, me ganaba más mis necesidades fisiológicas humanas, pero cuando llegue la puerta escuche unas voces que provenían de un tercer cuarto, eso había captado mi atención. Camine hacia ese lugar, de una manera natural, pero al mismo tiempo con sigilo. Cruce por la habitación de los chicos sin llamar mucho la atención.

Llegue al cuarto donde la luz también estaba encendida. Pero al voltear al interior de la mansión, entro un escalofrió dentro de mí, pues la penumbra de la oscuridad me envolvía; sabiendo que allá podía a ver animales, o incluso llegar alguien y nos hiciera daño. Me acerque tanto a la puerta ocultando mi miedo hacia esa oscuridad que la sentía cada vez más cerca de mí, que pude escuchar voces en la habitación detrás de la puerta, así fue como me aleje de esos pensamientos.

─Zac, no puedo contigo ─dijo una voz que se me sonaba familiar─, yo te conozco de más tiempo, ella apenas si le hablas, ─la chica había suspirado y refunfuñando, que hasta parecía que no la conociera al escuchar sus palabras─. ¿Crees que ella es la fuerte?.

─Cece, ─la voz de aquel hombre, también me era curiosa, pues también se escuchaba distinto a como hablaba en clases─. ¿Recuerdas?, ¿recuerdas lo que dijo Hannah?. ─Se pausa un momento­─, te quiero Cece y lo sabes muy bien, pero ella es la indicada para esto.

No me quedaba duda, eran Cecilia y Zac hablando de una mujer, la cual solo suponía que era yo. Esto me daba más razón para creer que se conocían desde hace tiempo, y tampoco me sorprendía. Lo que sí, es que me generaban más dudas que respuestas, <<si hablaban de mí, ¿por qué soy la indicada?, y ¿por qué hablan de mi a mis espaldas?>> me preguntaba, pero no había hecho ningún ruido para que me descubrieran aún.  

─Hannah, Hannah ─Cecilia de nuevo se le escuchaba una voz molesta─, siempre es Hannah. ─Ella suspira─, lo sé Zac, pero tu opinas que ella es más fuerte que yo, y lo dices porque te gusta.

─¿Qué? ─se detiene un poco para hablar─. ¿Cuándo hablamos de lo de nosotros?, esto no es solo por lo que pudo pasar con nosotros, esto es por lo que luchamos; por defender lo que es nuestro y lo que nos quitaron.

<<¿No quieres justicia para tu familia?, ¿no quieres matar a Astrof? ─Zac casi lo gritaba. Podía escuchar y hasta sentir su ira y enojo─. Esto es por una causa, no porque me guste; además, no digo nada porque a ti te gusta el nerd de Peter y no creas que no me he dado cuenta, ─suspira y de nuevo tarda en contestar─. No te creas tan especial con esto, no solo se trata de ti y de mí. Pero yo aun siento algo por ti.

─Eso no es excusa, no tiene que ver al caso que Peter me gusta, ─dijo ella más calmada─. Pero tienes razón, esto no es solo de nosotros, es por lo que hemos tratado de luchar. Quiero vengar a mi familia y matar a Astrof con mis propias manos, ─sé que no podía ver lo que pasaba, pero imaginaba lo que hacia con las manos y no era algo agradable─. Ese maldito y por su sed de más poder nos quito todo. ¡Todo!.

─Cece, ─imagino que Zac intentaba calmarla un poco por lo dicho anterior, pues no se había escuchado nada mas─. Defiendo a Eliza porque ella es la indicada para esto, ─dijo por fin él, y su voz esta bastante cariñosa─. Recuerdas cuando éramos niños y Charlotte, nos dijo que conoció hace muchos años a una mujer hermosa que sus ojos cambiaban de color y era un astro.

<<Que había sido una de las más poderosa, ─explicaba él─. Y algo me dice que Eliza tiene parentesco con ella, y si tal vez lo es; puede que en verdad este preparada para darnos justicia a esto, y también empezar por lo que hemos querido conseguir. ¿No estas cansada de que nos juzguen como los malos, solo por los otros?, pues yo sí, y ella puede ayudarnos, ─da otra pausa y otro suspiro─. Cecilia, ella es lo que nos puede llevar a la gloria, tenemos que protegerla hasta el final, pues nos puede beneficiar tenerla de nuestro lado.

─Z-zac, ─ella suelta un suspiro─. Yo-o…

Ahí fue cuando un hueco en silencio me mostro que se había acabado la conversación y algo me decía que en verdad tenía que irme. Hice unos pasos hacia atrás y pise una rama; <<¿cómo llego esto aquí?>> pensé rápidamente, pues se escuchó un crujido en el pasillo, ese característico crujido de una rama rompiéndose, junto con lo vacío de la mansión y lo grande que estaba, había hecho un eco llamativo. Hice un gesto. Sentía que los problemas a mi llegaban, trate de pensar en algún plan para que no me descubrieran que escuchaba su conversación privada. Entonces, ejecute mi único plan. Pues la perilla de la puerta estaba moviéndose, eso indicaba que estaban a punto de abrirla.




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