—Mira nada más —una voz me azoto el hombro. Me encontré en el pasillo del supermercado. La chica se contoneaba moviendo su cadera en mi dirección— a quien nos venimos a encontrar Roxanna, a Eliza.
—No molestes hoy Soraya —le di poca importancia y seguí buscando lo que mi mamá me había pedido para comprar.
—No te vinimos a molestar idiota —comento Roxanna. En ese momento voltee, ambas tenían la misma expresión, se cruzaron de brazos con la cardera hacia un lado—, vinimos en paz.
—¿Qué quieren? —pregunte aun poco interesada.
—Te necesitamos —Soraya escupió las palabras— suena extraño, pero te necesitamos.
—Sigo sin entender… mejor expliquen todo de una vez. —Hice una pausa larga viendo que no dijeron nada— sino, no me interesa ayudarlas. Son una mala replica de las meangirls o una mala representación de Rosa y su grupo.
—Rosa es una hipócrita —escupió Roxanna— nunca entendí porque es tan popular. Pero no vinimos por eso, no queremos discutir.
—Venimos contigo por una simple razón —la expresión fría de Soraya se esfumo para ser una chica compasiva— sabemos que sabes manipular el tiempo… ambas sabemos que puedes hacer para que mejores tus poderes y ahora también puedas viajar en él.
Me sorprendí.
—¿Cómo saben…? —comencé a decir.
—No somos tan malas como crees —interrumpió Roxanna— tenemos un corazón y hemos escuchado que puedes ayudarnos para que no nos vean como unos monstruos.
—Ustedes pertenecen a…
—¿Qué si pertenecemos a algo? —Soraya volvió a tener un disgusto— nosotros trabajamos solos. —Ella se acercaron a mí, quitándose los lentes de contacto, que al ver la hazaña descubrí que sus ojos eran de un rojo intenso. Me aleje de ellas el área de las pastas me detuvieron el camino para salir corriendo. Ellas estaban a centímetros de mi—. Si Eliza, somos narquistas… pero somos lo que llamamos liberados. Nosotros no tenemos el «chip» incrustado, y así como Roxanna y yo, somos unos cuantos más en el salón y de otros lugares.
—Eliza —comenzó a decir Roxanna con una mirada macabra— tú no eres un astro, eres algo mucho más grande, y podemos liberar todos tus poderes al máximo.
—Ven con nosotros cuando puedas Eliza —Soraya me dio un papel, yo lo acepte sin responder nada—. Se que no nos vas a creer nada, porque nos ves como tus enemigas y así debe ser, sino…
—Ya dijimos mucho Soraya —Roxanna la miro preocupada, la tomo del brazo al ver que se acercaba a mi intimidante— tenemos que irnos.
—Esperen —dije deteniéndolo a Soraya del brazo. Me vio con una mirada mordaz y dijo, por último:
—De igual forma… no somos amigas. —se soltó de mi amarre y salieron corriendo.
Deje caer el papel viéndolo con curiosidad. No entendí nada de lo que acaba de pasar en ese momento. De nuevo «¿era la elegida para algo?» me pregunte, levante el papel sin déjame de preguntar lo mismo.
—Eliza —me sobresalte—. Lo siento por espantarte —le sonreí y Joey también— ¿ya conseguiste todo lo que te pidió?
—Solo me faltan unas cosas —miro la lista de nuevo— ¿tú ya?
—Si —asintió alegre— te ayudo a encontrar lo que te pido porque eres muy lenta
Rodé los ojos.
—A veces eres más insoportable que Ethan —le di una palmada en la cabeza— además soy mayor y me respetas.
—Lo que digas —se burló.
No tardamos mucho en buscar las cosas que nos faltaba. A decir verdad, la búsqueda de la despensa fue mucho más agradable con mi hermano.
Pero si algo estuvo en mi mente durante ese tiempo, fue haberme encontrado con Soraya y Roxanna, sus reacciones y sus palabras fueron como una apuñalada a mis conocimientos. Ahora tenía que responderme esa duda, por qué ellas me necesitaban. Joey siempre estuvo a la defensiva de cómo me comporte. Pero jamás le respondí nada, no fue hasta que me pregunto:
—¿Has estado soñando algunas cosas «extrañas»?
—¿Cómo que «extrañas»? —estaba sorprendida.
Estábamos en la fila de la caja esperando nuestro turno para pagar.
—Si… —estaba temeroso y susurro— con el futuro. —Al ver que no conteste el prosiguió— ¿Qué se sintió cuando tuviste tus poderes?
—Tu… Joey —me sorprendí. Jamás habíamos hablado del tema, y mucho menos le había dicho a alguien que tenía poderes, el único en saberlo era Ethan— ¿Cómo sabes?
—No soy estúpido —respondió. A este punto seguíamos susurrando para que las demás personas no nos escucharan— pero se cosas. Mas de las que te imaginas… creo —rio nervioso tocándose la cabeza.
—Joey no me asustes también tu… —nos tocaba a nosotros.
Pagamos y salimos casi de inmediato.
—También tengo poderes Eliza —dijo por fin.
—No estés bromeando —me detuve en seco y al ver la expresión de que hablaba enserio, no sabía que decir— ¿lo dices enserio?
—Lo digo muy enserio —seguía nervioso— sé que puedes manipular el tiempo, detenerlo, atrasarlo, y acelerarlo. De hecho, sé que el día del tiroteo en el parque fue Steven y tu quienes ayudaron a las personas.