Aurelia "La caníbal"

La visita

Los negocios comenzaron a reportar perdidas, por lo que el gobierno mandó a más policías a la zona para garantizar más seguridad a sus pobladores, pero eso fue envano, así estuvieron cuatro semanas con aquella tranquilidad que no duró mucho y por desgracia apareció otro cadáver, está vez se trataba de una niña de catorce años, encontrada tirada entre los árboles con marcas de rasguños, con marcas de estrangulamiento para que no gritará, en su uñas presentaba pedazos de carne, como si hubiera sido en el forsegeo contra su agresor, aparentemente escapaba y la alcanzó el asesino para terminar con su vida.


En ambos homicidios no había reporte de desaparecidos porque sucedieron el mismo día en qué no llegaron a sus casas y la policía les indican a los familiares que posiblemente están con un amigo o con un familiar divirtiéndose.

 


El comandante Stevens como es de esperarse cree que fueron secuestrados y asesinados el mismo día, para que la policía no inicie un plan de búsqueda con toda la comunidad, así se daría con el asesino.
En la Ciudad nunca hubo un homicidios, hubo carencias cuando estuvo a punto de desaparecer, antes de que se utilizarán las estrategias para poblarla.  Comenzó a escacear el alimento, la carne, pues ya no había ganado, faltó quien sembrará, quien vendiera, quien comprará, quienes  sufrieron más fueron las personas de la tercera edad.
El comandante Stevens después de está investigación cree que el asesino puede ser algún adulto, que haya pasado por las carencias que se vivieron, por la necesidad de comer carne mató al niño y se hizo caníbal, incluso cree que no abandono la bolsa negra, piensa que se le pudo haber caído sin darse cuenta porque todavía no se lo comía por completo.
Pasaron un par de días y el equipo del comandante ya tenía alguna información importante, después de hacer algunas entrevistas cerca de la zona del crímen, varias personas coincidieron en que vieron en la calle a uno de los trabajadores de la señora de los dulces, se le notaba nervioso, el problema es que lo vieron retirado del lugar del crímen, el solo verlo no es prueba contundente para tenerlo como probable responsable de los hechos, otras personas mencionaron que la señora de los dulces estaba en el lugar donde vivía por lo que la descarta cómo la  sospechosa, fueron los datos de relevancia que los policías declararon en su informe.
El comandante no dejo de investigar y se fue a observar la zona, tomar horarios de la gente sospechosa, también se fijó  detenidamente en los trabajadores de la señora de los dulces, al mirarlos más detenidamente se percató que uno de sus trabajadores saco una bolsa negra para tirar la basura, no era prueba contundente para inculparlos, fue a revisar la bolsa y al quererla abrir tenía triple nudo, pensó que eso podría ser una pista, se llevó la bolsa para enseñársela a los viejitos que fueron los que la abrieron, quería saber si era la misma forma en que estaba amarrada la bolsa del torso.
Pasaron los días y el comandante no dejaba de pensar en el truco que hacían para adivinar, de entrada recordó que al llenar la hoja podría ser , pero en su caso el no había dado ningún dato.
Observó detenidamente desde lejos a la señora de los dulces, solo le faltaba ella, ahora sí pudo verle el rostro, de momento sintió que ya la había visto en algún lado, ¿pero donde?no podía recordar.
El comandante Stevens se encontraba desesperado, se sentía muy estresado, débil bloqueado  y no podía seguir, estaba muy agotado y trataba de recordar dónde había visto a la señora de los dulces, se sintió tan cansado, con mucho sueño que se fue a recostar a su cama, ya tenía días sin dormír.
Durmió plácidamente más de diez horas.
Al despertar estaba más lúcido, se sentó a la orilla de su cama, y pensó: ya necesitaba un descanso, ahora sí pudo recordar dónde había visto a la señora de los dulces, fue hace algunos años, cuando la ciudad crecía rápidamente, fué a preguntar a la comisaría los requisitos para poder vender afuera de las escuelas, pensó soltando una carcajada: ¡tramposa!, ya sabía que yo era policía, ya sabía mi nombre porqué me lo preguntó al retirarse, sabía que se tenían que investigar el homicidio del niño, todo lo sabía, no es adivina, !jajajaja! por segunda  vez soltó una carcajada.
Mientras tanto el negocio de la señora Aurelia seguía dando frutos, a tal grado que se le acabaron algunos dulces mágicos, tenía que fabricar más, los encargos eran demasiados; y así fue, se acercaba el fin de semana y la señora Aurelia tenía que aprovechar para cubrir sus pedidos, se dieron a la tarea de ir al mercado y al bosque para juntar todos los ingredientes; el comandante no dejaba de seguirlos a lo lejos, fue cosa de tres días que tendrian todo lo que ocuparían, pero algo lo inquieto bastante, un bulto grande que estaba envuelto en una bolsa negra, dejo pasar unos minutos , antes de acercarse ya que pensó que sería otra víctima y quería agarrarlos con las manos en la masa.
Después de unos instantes se dirigió al domicilio y tocó fuertemente:
--- buenas tardes, saludo serio, al parecer ustedes ocultan algo relacionado al asesinato del niño, lo acabo de ver...
--- buenas tardes comandante y no necesita.. una orden para poder pasar, le dijeron los trabajadores muy seguros y le bloquearon el paso, la señora Aurelia se dirigió a ellos en voz alta:
--- que pasé... no hay problema.
--- ¿gusta algo de tomar comandante?... dijo la señora Aurelia tomando una olla de café...
El comandante buscaba la bolsa negra y no la veía, todo era extraño, había una mano de chango, un chango disecado abriendo la boca y enseñando sus dientes como enojado, había una pata de oso con unas garras muy largas, una figura de Satanás saludando con la mano levantada se veía  impresionante, también había una especie de demonio peludo con una cara horrible, digna de estar en una casa del terror, cosas de brujería, una inmensidad de hierbas, frascos de diversos colores algunos de formas muy extrañas te hacían sentir en un laboratorio, velas prendidas, olor a incienso, tratando de tapar algún olor insoportable, el comandante comenzó a caminar dentro husmeando sin control, haciendo preguntas incómodas.
--- ¿Esto que es y para que sirve?... Tocando todo sin pedir permiso
--- son productos que se combinan con otros para crear la magia de mis dulces...
--- aahhh si... jajajaja, que son mágicos... el comandante soltó un carcajada burlona e incómoda.
--- ¿Y sirven?, amenazando con comer uno...
--- ¡adelante comandante pruébelo!, así lo comprobará usted mismo...
--- mmmm no, creó que no... Dijo el comandante inseguro.
No les quedó de otra más que contestar a todas sus preguntas, pero se dieron cuenta que buscaba algo; la señora Aurelia preguntó:
--- ¿busca algo en especial comandante? porque el tiempo se nos viene encima y la verdad...ésto comienza a ser molesto.
--- los ví entrando con una bolsa de plástico negro y no la veo por ningún lado, ¿en dónde está?¿porqué la oculta?... dijo el comandante desafiante.
--- no ocultamos nada comandante, está en el sótano, son productos a los que no les debe de dar la luz o pierden sus propiedades y no vamos a echar a perder nuestro producto por darle gusto, lo siento pero tiene que retirarse si gusta le pongo su café en un vaso desechable, tenemos trabajo, dijo la señora Aurelia sin quitarle la vista al comandante al grado de incomodarlo, le dió un café en un vaso desechable, tomé.
--- el comandante agarró el vaso y solo lo vió, ¿algún problema comandante?, bebalo con confianza al fin y al cabo usted no cree en eso, ¿verdad, o tiene miedo?, dijo la señora Aurelia desafiante.
--- ¡claro que no creó! y comenzó a tomar con todo y el miedo que sentía, su orgullo era mayor.
--- Le advierto que siempre he dado con los culpables, dijo el comandante con una mirada retadora, el café está rico, compermiso...
--- pase usted comandante, lo que necesita es descansar y con ese café dormirá como un bebé después de tomar leche materna,  que tenga un excelente día.




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