Autopsia de un silencio

*4

La guerra, el hambre, la desdicha son cosas duras pero evitables; lo que iba ocurrir ya había sido sellado con sangre.

 

Mila

Comenzaba a odiar la comida rápida y el sabor artificial de las bebidas, la vida universitaria era precaria a la hora de alimentar mi hambre incontrolable, había un comedor que nos servían la cena y el entendía pero la comida nunca sabia igual a una preparada en el hogar, la fila avanza rápidamente y Max al fin se ha callado llevaba horas hablando de un proyecto de fórmulas que le habían enviado, lo que me recuerda que debo hacer una tarea.

- ¿Mila crees que si como ensalada no sea tan perjudicial? - el me mira con una cara de cachorro y giro mis ojos

- Llevas tres piernas de pollo, papas fritas, una rebanada de pizza y quieres saber si una maldita ensalada va a evitar provocarte un infarto - lo miro incrédula- sino te ha dado un Infarto aun es porque tu madre te obliga a usar la caminadora.

- te mueres de la envidia de mi cuerpo - se gira y lo veo tomar un jugo de naranja. Yo tomo un poco de ensalada extra, un poco de ese pollo y una botella con agua. Max solo giro sus ojos al ver mi bandeja, aquí no controlaban las raciones así que uno puede escoger las que quiera pero yo prefería no excederme.

A lo lejos veo como Valerian entra a la sala con una bandeja en manos, por ser el sucesor su comida no era la misma que nosotros o al maldito no le gustaba nuestra comida, su bandeja siempre rebosaba de lo que a mi parecer era comida saludable y jugosa. Empezaba a odiar haber firmado el documento que hacía que los alumnos eligieran el menú. Observo como Dalia sale de la fila y rápidamente va por Valerian.

Después de nuestro incidente de hace dos días el ya no a vuelto a reparar su mirada en mí, es como si mi cachetada me hubiera terminado de borrar del mapa para él.

- ¿nunca comprenderé porque a las mujeres les gusta acosar a los hombres que les gusta? - miro a Max quien come como si nada, si no conociera su voz pensaría que él ni siquiera había hablado.

- ni siquiera estoy mirando a quien crees que estoy mirando - me atrevo a negarlo.

- oh claro que estas mirando a quien creo que estas mirando, porque a ti te encanta quien creo que estas mirando. - hago un gesto indignada, y el gira sus ojos.

rio sarcástica- él no podría encantarme ni aunque - piensa, vamos piensa en algo ingenioso- ni aunque se uniera a los cascos azules - digo al fin y Max tiene una expresión de desconcierto, como si lo que le dijera fuera realmente fuera de lugar.

- Mila yo de verdad espero eso sea verdad - me observa severo - vales más que ese pijo - sonrió Max siempre me iba a cuidar, pero yo como la odiosa que soy le saque la lengua. - maldita mocosa.

*

Juro que la próxima vez voy a traer un cojín para asiento, mi trasero me dolía. Trazo mi camino hacia la parada del autobús salgo cinco minutos tarde, me quede por una duda sobre un diseño en un trabajo y ahora temo no llegar a la parada. camino a paso apresurado rompiendo las brisas frias que me propinaba la noche.

A lo lejos alguien Silva, a lo lejos alguien grita, me detengo en cuanto he escuchado la primera medoldia. Siento algo de temor pero ya había escuchado ese silbido antes definitivamente era el, así que trato de seguirlo pero se detiene. Camino atrás de los grandes edificios, solo una persona que conozco Silva así y era Valerian.

Alguna vez han corrido justo hacia los brazos del chico que todos desean que te alejes, bueno lo siento Max. Camino en Dirección hacia donde creo haber escuchado el silbido pero como a parado giro y me detengo en frenen a una pared - ¡Qué demonios está mal conmigo - esto era una locura el edificio era como una L así que simplemente me encaminó para rodearlo y al fin marcharme a casa. Yo no debería merodear por un montón de edificios alejados, Pero el destino no tenía esos planes justo al volver a girar me encuentro con una escena poco usual, un chico encierra a alguien con su cuerpo contra la pared, el me da la espalda, es alto y fornido. No ha notado mi presencia, ¿qué demonios pasa aquí?

Entonces cae un casco azul y veo perpleja como un cuerpo se eleva unos centímetros como si levitara, escucho como si corazón comienza a martillar. Yo no debería estar aquí. Un grito desgarrador sale del cuerpo y observó como este parece sufrir al retorcerse con violencia hasta que cuerpo cae con fuerza y el individuo se gira. Mi cargante quema y no es hasta ese entonces que noto que eh gritado con él.

- Niña- me dice el dueño de esos ojos blancos que tanto me gustaban pero que ahora en vez de atraerme me hacen querer alejarme, escanea mi rostro y se que a pesar de la noche me ha reconocido- ¿qué inoportuna no crees? - observo como recoge el casco y retrocedo ¿que acababa de ver?

- Debo irme - susurro y el niega con su cabeza, el cuerpo me comenzaba a picar y empezaba a sentir las ganas de correr. Dicen que somos seres de intuición y nunca lo creí tanto como el día que mi intuición me gritaba que me alejará, que gritara y corriera pero el miedo siempre es más poderoso. Me paralice, mis piernas se arraigaron con el piso justo cuando quise correr.



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Editado: 26.06.2018

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