Misiones a la Luna
No puedo creer que sea real. Es como si viviera uno de mis grandes sueños más hermosos. No puedo dejar de verlo, sonríe, se ríe a carcajadas.
—Deja de mirarme tanto.
—¡Lo siento!
—No lo sientas. Sabes que soy irresistible ante tus ojos.
Mis amigos, les debo una breve explicación sobre todo esto, pues obviamente ellos me conocieron después y como sé fingir bien, nunca pensaban en cómo me sentía en los últimos meses. Hablo antes del cañonazo, no es fácil para mí decir todo eso, es un poco raro. Ellos se quedan sorprendidos y no dicen nada.
Todos estamos con una copa de vino en las manos. Blaide está a mi lado y aún no puedo creer que esté conmigo, es mucha felicidad para mí, además de tener a mi familia y que podamos disfrutar todos juntos. Es como un sueño, insisto que no deseo que me duela cuando despierte, sólo espero que sea tan real que, al despertar, sus ojos se encuentren con los míos.
—Quiero dar un anuncio importante —alza la voz Blaide Raider. Hablar en público no es su fuente y pareciera que ya perdió ese miedo—. Soy paramédico oficial, hace un mes me gradué y estoy a la orden —anuncia sonriendo—. Monik, French, amo inmensamente a su hijo, pero como sabrán es un poco necio, igual me casaré con él, no necesitamos una firma, ni una aprobación, solamente su bendición.
Mis papás asienten con la cabeza sin mirarme. Saben que, si lo hacen, me van a convencer y tendré que ceder. El resto de los invitados aplauden emocionados.
—Prometo hacerlo sonreír nuevamente.
Mi madre rompe a llorar, mi papá la consuela y a mí se me salen las lágrimas. Oírlo decir eso es, definitivamente, lo mejor que ha pasado en mi vida.
—Yo también tengo algo que decir —Trey se levanta—. Bin y yo tuvimos una cita romántica.
Veo a su hermano y está sonriendo. Okey, esto es nuevo. ¡Vamos a jugar a confesarnos en casi 10 minutos antes del año nuevo! ¡Qué aterrador es esto!, siento que algo terrible pasará. ¡Lo sé!, soy demasiado negativo en este tipo de cosas. Mucha felicidad trae desgracias.
—También debemos decir algo —anuncian los padres de Trey que acaban de llegar—. Trey, tendrás un hermanito.
Dios, ¡que fuerte! Se hace más interesante este nuevo año con la gente confesando sus sentimientos. Todos me miran a mí, esperando que diga algo. Generalmente, soy quien habla demás y esta vez estoy en silencio.
—Ro, cárgame, Ro cárgame.
Justin ahora se empeña en decirme así también. ¡Interesante!
—Hermano feliz —comenta el pequeño Justin—. Tenemos el mismo cabello.
— ¡3...2...1...! ¡FELIZ AÑO!
Y se va la luz, quedándonos a oscuras por dos horas, porque un idiota explotó el transformador. Lo mejor es contar historias de terror para que todos salgan corriendo y se tropiecen. ¡Es divertido!
Tenía muchísimo tiempo sin reírme tanto. Es como una terapia finalizada en la que todos estamos sanos.
Blaide y yo nos quedamos en mi habitación conversando, como si nos estuviéramos conociendo. Adoro escuchar el sonido de su voz, me encanta cuando sonríe recordando los malos ratos que pasó con la chica esa, cuyo nombre he borrado de mi mente. Se hizo paramédico por mí, le daba miedo que falleciera o que mi corazón se congelara de verdad. Ha salvado a muchas personas, como lo dijo aquel día.
—Eres mi pequeño azul.
— ¿Por qué azul?
—Porque es el color del cielo. Cuando veía el cielo sabía que en cualquier punto tú estabas ahí.
—No te pongas cursi.
—No me importa. Es divertido verte enojado.