Despertar con el sonido de los pájaros cantando no era cómo lo pintaban en la televisión. Más bien se sentía cómo si los malditos animales estuvieran desgarrando sus tímpanos.
Demasiado temprano para ésta mierda, pensó Abby.
Resignada se levantó dispuesta a apuñalar pollos o lo que sea pero acabó cerrando la ventana con fuerza y resoplando mientras caminaba al baño. Abby de verdad deseaba ser una persona que podía levantarse hacer algo y luego volver a dormir cómo si nada, pero eso era misión imposible para ella y ya que normalmente estaba irritada en las mañanas, ahora estaba peor.
Así que para levantar su ánimo decidió vestirse a lo vaquera con una camisa de cuadros rojos, unos pantalones de mezclilla y botas. Peinó su alborotado cabello y salió sintiéndose cómo un zombie, caminó ausentemente hasta dónde recordaba que era el comedor y se sorprendió al ver a Louis, Adrián y Joshua sentados charlando animadamente. Por un momento pensó en el padre de Joshua diciendo que no veían muchos amigos de su hijo por aquí y luego se alegró porque estuviera interactuando con Louis y Adrián.
—¡Hey abs! —ella soltó una clase de gruñido cómo saludo y Louis rompió a carcajadas señalando a Adrián —Dios, juro que los separaron al nacer.
Adrián le dio una mirada ceñuda y continuó tonteando con su celular ignorando a todos abiertamente, Abby se sentó a su lado palmeando su hombro cómo apoyo, luego alcanzó una taza y se sirvió un poco de café empezando a sentirse más humana.
—Odio el campo, habían un montón de animales chillando a las cinco de la mañana —murmuró Adrián y ella levantó su taza hacía él.
—Amén, hermano —los demás soltaron una risa.
—¿Creen que Kerry ya está despierta? —dijo Joshua -Tal vez debería ir a verla.
—¡No! —todos gritaron a la vez, Abby y Adrián olvidándose momentáneamente de su estado comatoso.
—¿Acaso quieres morir, amigo? —dijo Adrián divertido sirviéndose una enorme taza de café.
—Amigo —Louis palmeo la espalda de Joshua por ser el más cercano a él —Si hay algo que debes entender sobre Kerry Lenox es que si quieres ver de nuevo la luz del día jamás, jamás, jamás la vas a despertar de su sueño de belleza o verás el diablo poseyendo su cuerpo ¿entiendes?
—Bien, bien, de acuerdo —Joshua tragó saliva nervioso y se acomodó el cabello rubio.
—¿Qué haremos hoy? —preguntó Abby, más que nada para distraer al pobre chico.
—Bien, yo pensaba en ir a una fiesta ésta noche no muy lejos de aquí. Y en el día no lo sé, quería consultarlo con ustedes ya que básicamente hay muchas cosas que pueden hacer cómo un día en la piscina o un paseo a caballo, ustedes eligen —dijo Joshua amablemente.
—Eso suena mortalmente aburrido —Damián apareció con la cara más ácida posible y un humor de perros, Adrián le dio una mirada ceñuda pero Damián lo ignoró y Abby aún con el sueño nublando su cerebro no se dio cuenta del beso que fue depositado en su mejilla hasta que Damián estuvo demasiado lejos, con rabia se limpió la mejilla lo más fuerte que pudo. Luego vio cómo las mejillas de Joshua enrojecian de vergüenza y ella salió en su rescate.
—La verdad un paseo a caballo suena bien ¿Tú qué dices, Ad?
—Claro, cariño —Adrián asintió perdido en su teléfono y Abby sonrió a Louis.
—Me apunto —dijo sin pensarlo demasiado, Damián soltó un quejido y empezó a servirse el desayuno en silencio.
—Sea lo que sea yo también entro —Kerry apareció caminando tan majestuosamente cómo sólo ella sabía e ignorando a todos menos a Louis sólo como ella sabía. Se sentó frente a Louis quién no sabía cómo rechazar la atención de Kerry y se veía incómodo pero era lo suficientemente amable para no rechazarla, Abby suspiró por la cara de cachorro enamorado que tenía su mejor amiga así que trató de darle una patada bajo la mesa pero el que soltó el quejido fue Damián.
—Mierda, l-lo siento —ella murmuró tratando de que nadie más se diera cuenta, Damián la asesinó con la mirada pero no le dijo nada y de pronto ella recordó la amenaza de Damián sobre lo que había pasado la noche pasada y trató de quedarse tranquila.
—Bien —dijo Joshua levantándose —Iré a decirle a John que prepare los caballos.
John.
Dios, ella había tratado de no pensar en el misterioso y sexy hombre con el que habló ayer. Había llegado a pensar que había alucinado o se estaba volviendo loca pero la manzana estaba ahí cortada, en cuánto a lo rápido que desapareció o por qué no lo sabía, pero eso sólo lo hacía más atractivo.
Media hora más tarde todos (excepto Damián) se dirigieron a los establos y para mala suerte de Abby no vieron a John, todos tomaron un caballo y comenzaron el tour por el extenso campo de la hacienda St Anne. Pero a pesar del hermoso paisaje obviamente no se podía hacer nada con la molesta compañía. Harta de los coqueteos de Kerry hacía Louis y de Joshua hacía Kerry, Abby propuso volver antes porque hacía demasiado calor, de camino charló con Joshua ya que ella parecía ser la única interesada en el lugar tan bonito, una vez que llegaron de nuevo a los establos dejaron a los caballos y se toparon con Damián tomando el sol tranquilamente mientras bebía té helado y tecleaba en su iPhone. Abby odiaba admitirlo pero el idiota era toda una obra de arte con un jodido six pack hecho por los dioses.
Debe ser el calor, pensó, sólo es el calor.
Así que corrió escaleras arriba hasta su habitación y revolvió su maleta hasta dar con el traje de baño azul metálico de dos piezas que había comprado con Kerry hace un par de semanas, se lo puso y salió corriendo con su toalla y los lentes de sol en las manos. Iba tarareando una canción por el pasillo hasta que él apareció borrando su sonrisa de inmediato.