Bajo Perfil

Capitulo III.

Al marcharse mi padre me invadió la tristeza, pensé en lo duro que ya era para el tener que someterse a los tratamientos de cáncer como para también lidiar con una hija rebelde que no quiere aceptar sus últimas peticiones.

 Mire a los lados en busca de algo interesante que hacer, pero la verdad no veía nada atractivo que satisficiera mi  desanimo, recordé que Alice estaba en mi habitación aun dormida y subí esperanzada de encontrarla ya en pie pero la verdad roncaba como un hombre luego  de trabajar en minerías ¿Cómo puedo dormir con esa cosa a mi lado? Reí para  mis adentros y me desplome a su lado, mire al techo como si en el fuera a encontrar algún atractivo. Alan Cooper pensé en voz alta, mire rápidamente a Alice para asegurarme que no haya escuchado, seguía dormida, mi mente no dejaba de pensar en él y yo peleaba con ella misma que dejara de hacerlo, como podía pensar en alguien que  odio y me parece tan repugnante. El sonido de textos de mi teléfono interrumpió mis pensamientos y me levante de un brinco a tomarlo de la mesa de noche a lado de mi cama.

Adrew: Hola Sasha, lamento haberte dejado sola ayer en el  restaurant la verdad me deje llevar por la ira y no pensé las consecuencias que  mis acciones  podrían traer, siento haber sido tan descortés.

Sasha: Hola Andrew, no debes preocuparte ya me quedo muy claro lo completo idiota que eres y poco hombre, gracias por la advertencia pues ahora tengo menores ganas de casarme contigo.

Adrew: Por favor no pienses así, ¿Cómo podría actuar si estabas rompiendo el compromiso conmigo?

Sasha: Claro eso justifica que seas un hombre poco caballeroso cometas tal fechoría y al otro día intentes disculparte como si nada. Vaya lo siento seguro soy  yo la que está mal ¡Ja ja!

Respondí con mi mayor sarcasmo aunque no me había molestado ni causado ningún tipo de sentimiento su actitud debía actuar como tal, así podría  decir que solo fue un ataque de inseguridad de mi parte y al ver su actitud me llevo a tomar verdaderamente la decisión de dejar el compromiso.

Alice se levantó de la cama y se estiro desde la punta sus pies  hasta su cabeza, le tomo unos minutos darse cuenta de que yo estaba justo detrás de ella.

-¡Sasha!- dijo alegremente

-Buenos días amiga- sonreí levemente mirándola estirar de un lado al otro.

-Vaya el sol se ve radiante hoy- miro a través del gran ventanal de mi habitación que conectaba con un balcón.

-Así es, parece que hoy no tendremos lluvia- ambas miramos hipnotizadas tratando de percibir los pequeños rayos de sol  que entraban por la clara cortina de la habitación.

-Voy al baño y luego bajamos a comer ¿Te parece?- pregunto mirándome. La alegría y energía que tenía se percibía en  mi espíritu, era contagioso y animado.

-Estupendo- afirme con la cabeza y ella entro al baño.

Unos pocos minutos luego empezó a escucharse el agua caer de la ducha, yo me acerque al ventanal  y aparte un poco la cortina para mirar a través de él, la mansión de mi padre quedaba  en un lugar céntrico, estratégico, ya que él decía que entre más cerca estuviera de la ciudad más fácil sería correr con sus múltiples negocios que en su mayoría estaban cerca, me aparte un momento para tomar las llaves de la peinadora , deslice las cortinas y abrí el ventanal, en seguida el ruido de la ciudad invadió el cuarto, la risa de niños, llantos, regaños, las bocinas de los autos y música, amaba admirar todo aquel tráfico desde mi balcón que daba una amplia vista a las calles del centro, mi padre casi nunca me dejaba salir a las calles sus escusas eran el peligro,  mi inocencia y las malas relaciones que podría tener y crear costumbres a niveles por debajo de su gran clase, que  para él lo era todo.

Mire mi atuendo falda, tacones, corrí al  enorme armario, pensé que ya no tenía vaqueros y tenis, pero había  guardado en un cajón arriba del armario un poco de ropa cómoda que rescate cuando mi padre se deshizo de toda mi ropa de “baja clase” tome uno de mis jeans ajustados,  tenis rosas y una camisa larga y ancha blanca que tenía un dibujo animado de mí, me la había regalado Alice hace muchos años y aún permanecía como nueva. Me mire en el espejo y me sentía hermosa, libre, me solté los ganchos del cabello y lo deje caer sobre mi rostro perfectamente maquillado, quite las prendas que llevaba y me coloque un par de rosas color rosado de aretes y una pulsera de amistad que llevaba un corazón y una cinta muy fina color vino y en mi cuello  una delgada cadena con una estrella. Me mire una vez más en el espejo, me sentía hermosa, cómoda y serena. Tome asiento en la cama y espere con ansias que saliera  Alice del baño.




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