★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 4★
CHARLOTTE
Decir que estaba impresionada no era lo mínimo que sentía en esos momentos, cuando lo vi reflejado de oreja a oreja ¿sonriendo?, con un aura de satisfacción.
Creí que era la única que estaba en la biblioteca escondiéndose, y no en clases. Ahora, somos él y yo.
¿Estaba sonriendo?
Enserio, ¿Qué entiendes por "sonreír"? Me reprocha mi subconsciente. Bueno sí lo estaba haciendo y odio pensar lo hermosa que es la sonrisa. En su rostro.
—Lo lamento —dijo con la necesidad de romper el incómodo silencio entre nosotros, en este enorme lugar. Veo que abrió su boca para decir ¿otra cosa?
—No sabía que te había comido la lengua el ratón —dijo en tono burlón, mientras su linda sonrisa se reflejaba en su rostro, formándose así pequeños y tiernos hoyuelos a los costados de esta.
Enfócate, mujer.
Grito mi subconsciente en mi interior. Dejé de mirarlo como sea que lo estaba mirando, voltee los ojos y me di la media vuelta para alejarme de él.
No valía la pena contestarle.
Ahí pudo terminar todo. Pude haberme ido de la biblioteca, sin necesidad de enfrentarlo. Pero un giro brusco hizo que me volteará, volviendo a tener a Joshua frente a mí.
Una vez más, quedamos a una distancia prudente. Ahora, ¿Qué entendemos por una distancia prudente?
Bueno esta vez tiene razón mi subconsciente.
Estábamos muy cerca para mí, parte de mi está sintiendo su definido pecho debajo de esa camiseta negra que acompaña con una chaqueta negra de cuero. Con unos jeans azules oscuros que se apegaban a él.
Su mandíbula estaba ligeramente tensa, mientras que yo sentía como mi corazón quería lanzarse al precipicio: "Sin control".
Cielos.
Su brazo estaba posado en mi cintura...lo que en su momento fue para evitar que yo cayera al suelo por su brusco e inesperado agarre se había convertido en el motivo de haberme quedado sin aliento.
¿Por qué estábamos así de cerca? ¿Qué es lo que quiere? No me malentiendan, pero él y yo sinceramente no tenemos nada de qué hablar.
Desde hace mucho tiempo.
Seguía sumergida en mis pensamientos, al igual que en esos hermosos ojos color café claro. Su cabello estaba desordenado, más de lo que estaba hoy por la mañana.
Seguro se pasó repetidas veces los dedos a través del cabello. Solía hacer eso, cuando pensaba mucho.
Tengo miedo.
No quiero ser yo quien rompa el silencio. Ni siquiera encuentro mi voz.
—Creo, que me debes una disculpa. —Dijo, otra vez con aire de suficiencia. Sus ojos seguían clavados en los míos. —No es cortés, dejar a una persona hablando sola o simplemente ser grosera cuando amablemente —dice con hincapié en esta última—, te están ofreciendo ayuda.
—¿Yo? —dije señalándome. Él asintió sin dejar de mirarme. Me separé de su agarre, y ahora separados retomé mi tono y con un poco de seguridad dije:
—En primera, no hablamos solo fue un simple —le dije con hincapié en la última palabra—, intercambio de palabras y en segunda no fui grosera.
—Te ofrecí llevarte, y tú me contestaste grosera o ¿me equivoco?
—No quería que me trajeras. —Le dije sonando lo más sería posible, cruzándome de brazos.
—Y por no aceptar llegaste tarde. —Dijo con un tono burlón.
No seguí hablando. Desgraciadamente tenía razón. Desvié mi mirada de la suya, buscando cualquier lugar excepto el claro de su mirada.
Encuentro un reloj y recuerdo mi pesadilla:
Las clases.
Veo la hora, y por milagro logro recordar mi horario. Me faltan 9 minutos para ir a mi siguiente clase.
Una sensación de sorpresa pasó por su rostro, pero esta se desvanece rápidamente. Intento dar un paso hacia mí, pero le puse mi mano en señal de Alto.
Intentó acercarse más, mi mano estaba sobre su pecho ahora.
—¿No entiendes que es Alto? —le pregunté con indiferencia al ver que no obedecía.
—¿Qué tengo una altura superior a la tuya?, eso es si me lo preguntas en modo serio. —Contestó con un tono burlón
No se me ocurre nada, la verdad no quiero tener ninguna conversación con él.
¿Acaso no era un: "Intercambio de palabras"?
Ahora, era mi interior preguntando en tono burlón. La verdad, no era momento para su sarcasmo. Y se me ocurrió.
La idea perfecta para salir victoriosa, sin dirigirle más la palabra.
Veo que el sigue acercándose, así que tuve que agarrar coraje para hacer esto.
Fingí que había alguien atrás de nosotros, ya que en la parte de la biblioteca en la que estábamos no era cerrada o alejada de la entrada.
Recobré fuerzas y fingí ver a alguien que estaba atrás de él viéndonos.
Levanté mi dedo señalando hacia atrás. Fingí mi mayor cara de preocupación, y él creyéndolo lentamente volteaba hacia atrás para ver quién estaba detrás de él.
Si es que hay alguien.
Término de voltearse, y cuando vio que no había nadie. Comenzó a reírse entre dientes. Sin darse la vuelta completa hacia a mí dijo:
—Eres una chica muy inteligente, Charlotte.
Se acuerda de mi nombre.
Y antes que continúe hablando, empiezo a retroceder. Para alejarme.
—Por cierto, dime algo que no sepa. —Le digo y en ese momento se da cuenta que comienzo a correr, lejos de él.
Comienzo por alejarme, corriendo hacia la salida de la biblioteca. Miró por encima de mi hombro y veo que él intenta alcanzarme. Lo bueno, es que hago ejercicio y estoy acostumbrada a correr largas distancias.
O al menos durante 35 minutos, hasta ahora ese es mi tiempo récord.
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Editado: 27.03.2022