★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 53★
Charlotte
Tanto en el mundo animal como el de la humanidad hay dos clases de personas: presas y depredadores. Y antes de ser depredadores somos o hemos sido presas.
Bien espero, algún día ser el depredador y no tener piedad de mi presa, así como mis depredadores lo son conmigo.
Y en cada ambiente que estemos, podemos ser uno de ellos en mi caso hoy soy la prese porque quisiera no haber venido, tenía la oportunidad, excusa y razón perfecta para no hacerla, pero la petición del director fue clara anoche...
¿Petición? Ese era el título del correo que anoche estaba en mi bandeja de entrada, con su nombre de usuario diciéndome en resumidas palabras:
"Por favor, no planee faltar el día de mañana a clases. Es esencial que platiquemos".
No quiero incluir a mis padres en esto, no quiero ser la víctima, pero tampoco la culpable de algo en el que yo no he sido participante, no quiero que en la manera en cómo el año inicio termine así también.
Para mi suerte, tengo una oportunidad de miles para aprovechar: La fiesta de primavera.
La fiesta que siempre se realiza un fin de semana antes del inicio de evaluaciones fuertes.
Pero, así como cada uno de nosotros tenemos oportunidades con motivos para aprovecharlas, el mío es muy sencillo de cumplir:
Demostrar una de mis muchas facetas, que fácilmente se cuándo cada una es la protagónica.
Si el ser amable y buena hizo que mi imagen se manchara, entonces seré todo lo contrario. Porque el que me afectara de una manera grande las malas opiniones sobre mi persona me dolió, entonces no tengo ni debo demostrarlo.
Y mi siguiente consejo para todos ustedes, si las malas opiniones sobre su persona les afecta, no tienen por qué demostrarlo. El continuar con la cabeza en alto, es el mejor atacante... pero si le permites ver tu vulnerabilidad, le permites que te destruye en cualquier momento.
Y la fiesta de primavera será perfecta para mostrar uno de mis múltiples lados, y el de los que me lastimaron también.
Pero mientras la fiesta no se lleve a cabo, necesito mantenerme en una posición muy poco relevante, no levantar sospechas de mi plan en pocas palabras.
Y con el director es parte eso:
- Estoy bien, director. No hacía falta, tener esta conversación. – Todo este tiempo he estado sumergida en los pensamientos de mi interior, que ni siquiera sé que ha estado diciendo todo este tiempo atrás.
- Si eso no fuera cierto, ¿no tendrías que estar perdida en donde tu mente esta, ¿verdad?
- Mi mente está preguntándose cuando podre ir a clases, no quiero tener trabajo de clase y tarea acumulada. – Una perfecta excusa, excepto por la sencilla razón de que yo no me la creo.
- ¿Tus padres saben de esto? ¿Has hablado últimamente con ellos? ¿Qué opinan ellos, al respecto? – Pregunta, y nadie tiene que ser de nivel experto para saber hacia dónde va esto.
Pero hasta yo me llego a sorprender de la inteligencia que poseo para ciertas mentiras:
- Ellos estan teniendo un tiempo difícil. – Fingir preocupación, es un don que no muchos saben que lo poseen.
- ¿Mucho trabajo? – Pregunta.
- No, ellos recientemente acaban de perder a alguien muy cercano a ellos, no quiero darles otro motivo para su atención. – Dije, recordándolos a ellos entrar en el cementerio.
- Lamento mucho la perdida por ellos. – Dice.
- Lo sé, además el que mis compañeros crean en rumores me tiene sin cuidado, porque sé que son falsos.
- Se que lo son, señorita Miller la conozco desde que tiene 6 años y me sorprende como ha logrado manejar esto. – Hace una pausa, mientras pasa páginas de un portafolio.
- Entonces, ¿puedo retirarme? – Pregunto, esperando como respuesta un: "Si, claro".
- De hecho – otra pausa – quería discutir un tema más con usted.
Trágame tierra.
- ¿Debo comenzar a preocuparme? ¿O terminare preocupada? – Pregunte.
¿No lo cree, dice? Esto no puede terminar bien, y sí, soy poco optimista si era lo que estan pensando. Si no, ya lo saben.
- No lo creo. He estado revisando tu avance académico desde la secundaria y he quedado estupefacto.
- ¿Desde la secundaria, específicamente-
- Desde 7mo. curso señorita.
- No es por ser grosera y tampoco me vaya a malinterpretar, pero, - tratare de decirlo con amabilidad - usted solo ha estado observando notas académicas y quien sabe cuánto más desde 7mo. grado, pero no logro captar el motivo de discutir números viejos.
Mi amabilidad apesta, y tengo en ella que trabajar.
- Esta en su último año de preparatoria, lo que significa Universidad en camino.
- Cierto, y tengo ciertas hipótesis de a donde puede llegar esto, pero por favor, continúe.
- 2 o 3 maestros me han pedido que les autorice para que puedan hacerle cartas de recomendación y no podía negarme.
- Esto es-
- Una gran noticia, señorita Miller, porque a la universidad que usted aplique estará respaldada con cartas de recomendación de maestros y de parte mía.
- Si que lo es.
- Bien, no planeo quitarle más su tiempo, vaya a clase y diga que tenia de mi parte permiso para llegar tarde.
- Pase feliz día, director.
Tomé mis cosas y comencé a dirigirme a la salida, dejando atrás a la persona que prácticamente acaba de decirme que tengo alguna universidad asegurada. ¿Pero debería agradecerle?
No tengo amabilidad, pero si tengo modales, y aprecio mucho a las personas que sin esperar nada a cambio me apoyan. Así que:
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Editado: 27.03.2022