★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 55 ★
Charlotte
El decir que estaba impresionada me queda poco, en estos momentos.
Anoche, antes de quedarme dormida viendo videos de cachorros recuerdo de quien era el mensaje que me había llegado, y que era lo que decía.
Alex: <<Se que puedes priorizar lo que realmente te importa, y las falsas opiniones que ellos tengan de ti estan después del final.
O sea, jamás existirán, porque no hay un después de algo que ha terminado 😉.>>
Ese fue su mensaje, y al momento de leerlo solo fui capaz de llegar a dos conclusiones:
1. Sin necesidad haber escrito a alguien para hablar, él me envió un mensaje en uno de los momentos más oportunos. Pero no solo me impresiono de ese modo, lo que me lleva a mi segunda conclusión:
2. ¿Cómo consiguió mi número? Porque su mensaje sigue en mi lista de contactos.
Y ni siquiera, se porque lo agregue.
Así que, el que Alex se haya acercado de una manera poco convencional es algo a lo que poder comenzar a acostumbrarme o simplemente evadirlo.
El caso, es que evadirlo no es lo que quiero.
Lo que quiero es otra cosa.
- Nos vemos Alex. – Dije caminando lento, porque tengo una fuerte sospecha que no quedara hasta aquí nuestra conversación.
- Oye, espera. – Lo sabía.
- Estoy aquí escuchando, puedes hablar.
- ¿Es tuya la laptop con la que estabas?
¿Cuántas veces he dicho "trágame tierra" pero nunca lo hace?
- Antes de contestarte, ¿Por qué preguntas? – Dije, tratando de sonar lo más segura que puedo.
- La vi muy similar a otra que ya he visto antes. – Dijo. Y se cuándo las personas estan bromeando, y la que está frente a mí no se le nota ni una pisca de broma.
- ¿En serio? Que extraño. No es como si anduviera por ahí quitándole a las personas sus laptops para saber qué clase de contenido tienen.
Y en este momento, es cuando soy la maestra explicando: "Como tirarte de cabeza a ti misma, en sencillos pasos. Volumen 1"
Es broma, pero si de verdad existiera ese libro contrátenme para explicárselos porque es exactamente eso lo que estoy haciendo: Tirándome de cabeza.
¿Solución al problema?
Fácil.
Comencé a reírme como si nunca lo hubiera hecho antes, tratando de recordar lo más chistoso que he presenciado:
"Mi papa comenzando a seguir a un perro en modo valiente activado, y cuando el perro no tenía a donde correr comenzó a correr en dirección a papa y el comienza a huir del...
Y en lugar de ayudarlo, mi mama y yo nos reíamos de él."
Observar la cara de mi padre corriendo de un perro asustado... lo es todo.
Y si, cuando éramos niños nos pasaba en todo, de todo. Y nosotros solo éramos nosotros.
Pare de reírme, al sentir que era la única riéndome.
Mas bien, el eco del gimnasio me hizo saberlo.
- Lo necesitaba. – Dije.
- ¿Reírte como loca? – Dijo, y lo fulmino con la mirada que parece no afectarle en absoluto.
- Si claro, y luego asesinarte. – Conteste, comencé a caminar hacia la puerta de salida y puerta por la que también entre, cuando de nuevo habla después de haberse tirado su sesión de risas burlonas.
- Serias incapaz de asesinar a cualquier persona, porque-
- No sabes en qué momento puedo ser la protagonista de tus peores sueños. – Lo interrumpí, todo con tal que nuestra conversación quedé hasta aquí.
- Como dije la primera vez que interactuamos – estoy esperando a que continúe- no creo que seas mala persona.
De nuevo, el remordimiento.
El que alguien crea que no seas mala persona... para mí no es motivo de alago.
Todos, indiscutiblemente todos tenemos maldad y no importa cuánto tiempo intentes evitarla.
Ahí estará, esperando para ser usada.
Y quitarle a Elizabeth su laptop es una de las muchas cosas que no va con mi persona.
Pero el que crea que yo sea una buena persona, me hace sentirme mal conmigo misma.
De algún modo las opiniones de los demás no me afectan al mismo grado que la opinión de Alex lo hace.
Sin embargo, lo que voy a decir a continuación es solo una repetición de lo que ya había dicho antes:
- Esa noche, también dije que no me conocías. – Esta vez va en serio, comienzo a acelerar mi paso con tal de estar lo más cercano posible a la salida.
Mi única salida.
- Por eso me quiero acercar a ti, prácticamente es eso lo que estoy haciendo.
Era la segunda vez que me decía eso.
¿Y la primera? Fue la noche que él estaba esperándome afuera de casa.
Cuando llegue a casa, después de seguir a mis papas al cementerio, toparme con Robert y su hermanita él estaba ahí esperando a que yo me acercara a él y charlar.
Si ese fue su plan entonces le funcionó muy bien, porque sin esa charla no tendría una percepción notable de su personalidad.
Seguí caminando, y tengo que admitir que si me importo la percepción que él tiene sobre mi persona: "No creo que seas mala persona".
Así que, mejor dejo este capricho.
Me dirijo nuevamente a la biblioteca, específicamente la mesa A5.
A2, A3, A4, y finalmente A5.
Coloco la computadora, y noto lo inusual, diferente y nuevo.
Cuando vine a la biblioteca solo estaba Elizabeth, ahora ella ya no está, sin embargo, en la mesa A4 hay una persona con chaqueta color negro y un gorro negro.
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Editado: 27.03.2022