★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 69★
Charlotte
La acción de la que nadie se cansa de hacer, 1 palabra y 6 letras:
Dormir.
¿A quién no le relaja dormir? A mí no me relaja.
¿Cómo voy a dormir, cuando ni relajada estoy?
Constantemente estoy mirando la pantalla de mi celular esperando a un mensaje de su persona, nuestro último mensaje fue de mi parte escribiéndole: << ¿Te sucede algo? Estas frieron>>
He estado hablando con Joshua, desde que llegue a mi casa después de dejar dormidos a los niños y recibir mi parte del dinero por cuidarlos.
Cambio mi posición para esperar más cómoda su respuesta. Ha leído mis mensajes, esta "en línea" pero no contesta. Y en los anteriores 5 minutos, sus mensajes se sentían...
Cortantes.
Fríos.
Y no tengo la menor idea del porque pero prefiero dormir, el me escribirá si él lo desea.
A la mañana siguiente
Me levanté muy temprano, porque hoy sentí el impulso de prepararme mi propio desayuno. Después de haberme duchado, cepillado mis dientes, haber peinado mi cabello y haberme puesto mi uniforme baje a la cocina para cocinarme huevos fritos tocino y tostadas con Nutella.
Buscando mi taza en el estante de la esquina, encuentro bajo la taza de mi mama un papel doblado.
Tomo mi taza y la dejo sobre la mesa junto a mi desayuno, y de nuevo dirijo mi vista al estante tomando el papel con cuidado de no tirar la taza.
Debido a que mis padres salieron mucho más temprano de lo usual, puedo ver que el contenido del papel y devolverlo una vez esta.
Y nadie se dará cuenta, es la mejor parte.
En cuanto veo que es lo que este papel tiene, llevo mi mano a la boca así evito decir una mala expresión.
Es la noticia.
Es una copia de la noticia que yo tenía en mi cuarto "escondida" y mi mama tiene una copia de ella escondida bajo su taza.
Inmediatamente, corrí dirigiéndome a mi habitación. Abrí el cajón de mi mesa de noche y ya no estaba la noticia que había dejado aquí ayer.
- ¡Mierda! – Exclame, porque realmente odio haberla dejado a simple vista de mi madre y ahora ella sabe eso.
Y ni idea de que más sepa.
Nuevamente fui a la cocina porque no tenía caso que siguiera pensando lo mismo, siempre llegaría a estar en una calle sin salida.
Tome mi desayuno, mi taza de café, y lave los platos. Tome mis cosas y camine en dirección al Instituto.
Tomo mi celular, y observo la hora: 6: 15 AM. Aún tengo, más de 25 minutos para llegar.
Y debo admitir, que tomar el mismo camino todos los días se ha vuelto aburrido. Y no tengo otra opción.
Cruzo el estacionamiento, y cruzo pasillos para llegar a mi casillero y de este a mi salón de clase.
Pero el mismo camino aburrido de todos los días, me ha mostrado algo que no había visto antes.
Frente a mi casillero, hay una persona deslizando en la ventilación de este una página de la que fue doblada segundos antes de hacer esto.
Miro a sus lados, y me oculte un poco para evitar que me viera.
Luego comenzó a caminar lejos de mi casillero, silbando. Y yo me dirigí a mi casillero, lo abrí lo más rápido que pude y ahí estaba.
A sencilla vista, identifique lo nuevo de mi casillero: otra carta, firmada por Mr. Gato.
Inmediatamente la tome, cerré mi casillero y en medio de los estudiantes que comienzan a dirigirse a sus respectivos salones yo me dirigía a donde sea siguiendo un sencillo objetivo: Seguir a ese silbador.
Una vez más cerca, camine a mi velocidad normal y permítanme decirles que es un chico.
Jeans negros, zapatos tenis con variación al color azul, chaqueta y cabello negro. Estatura mediana, probablemente milímetros más alto que yo.
Me percato que está dirigiéndose a la parte trasera del Instituto, cerca de las canchas de deporte.
10 minutos más y ya. Pienso al ver la hora en mi celular.
Observo que hay un grupo de chicos, sentados en una de las bancas que se encuentran en esta zona. Cuando mi objetivo se sienta, puedo observar su rostro.
Y me permito saber quién es Mr. Gato... o quien es la persona que le ayuda con sus cartas: Fernando.
Si, cuando lo vi por primera vez no sabía su nombre hasta que nos lo presento su mejor amigo: Rodrigo.
¿Lo recuerdan? Yo a la perfección.
El día que me desmaye después de hacer una "carrera" con Rodrigo, me llevo a su casa desperté y conocí un lado de Rodrigo que no deja ver ante muchas personas y a su mejor amigo: Fernando.
¿Es el Mr. Gato?
¿Es Fernando Mr. Gato? No, él estaba muy tranquilo el día que nos conocimos.
¿Es Rodrigo Mr. Gato? No él es... él.
- ¿Charlotte? ¡Charlotte! Hola. – Dice Zack. A quien conocí cuando fui a un club con la "manada de lobos" después de haber estado en los vestidores para hombres.
Son cerca de 10 chicos que estaban cerca del chico que me saludo. Fernando vino a ellos, después de haberme entregado "anónimamente" la carta de mi admirador.
Las opciones no son solo 2.
Y por estar pensando en todo esto, no me percate que no estaba al 100% fuera del campo visual de todos ellos.
¿Qué hice? ¿Les correspondí el saludo?
Hice lo único en lo que yo soy una experta: Ser cobarde, huir y esconderme de las posibles incomodas preguntas de todos ellos.
Y cuando digo "todos ellos" no digo que sean desconocidos, a los único que conozco de los que si estaba ahí eran:
Joshua, Alex, Rodrigo, Fernando, Zack y Christian.
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Editado: 27.03.2022