★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 74★
Alex
Agradezco el que me guste el fútbol y lo practique.
De otro modo, no habría manera que estuviera soportando todo este tiempo que he estado corriendo. No habría.
—Alex. —Me susurra mi hermana, que está detrás de la cerca... la que inicialmente iba a cruzar— ayúdame, no te quedes ahí, —me ordena y obedezco.
—¿Entrarás? No hay manera que te deje ir sola. —Dije.
—Sé cuidarme y también sé pensar con la cabeza fría —logra cruzar la cerca, y se detiene—, además Alejandra no puede quedarse sola con ese tipo persiguiendola. Tienen que entretenerlo lo mas que puedan, yo busco a Charlotte.
—¿Por qué lo haces? —Pregunte. Estoy consciente que no es el momento pero necesitaba saber porque aceptó ayudarnos para sacar a Charlotte de ahí.
—Entre mujeres tenemos que apoyarnos —contesta con la mirada en el suelo del otro lado y luego la vuelve a mi—, yo puedo hacer sentir a todos lo mucho que la odio pero eso no significa que me quede dentro de mi auto sabiendo que esta en —hace una pausa buscando cómo continuar—, sabiendo que está en una situación en la que a nadie le gustaría estar. —Finaliza.
—Me sorprendes. —Admití.
—Tu no, te dije que hicieras algo y aquí estás platicando —Salta la cerca— ¡estoy bien! —admite una vez que está del otro lado de la cerca.
—Voy por Alejandra.
—¡Espera! —Dice a volumen bajo, pero logró entenderle—, enciende mi auto y déjalo en marcha. Si saldremos del territorio de Los Cuchillos necesitamos en que. —Dijo.
—¡Ve ya! Voy por Alejandra.
Y así fue, me alejé de la cerca y observé a mis costados: no había nadie.
Bueno, casi.
Observó al tipo caminando incómodo, por el cansancio que le tuvo que haber generado perseguirnos.
Pero no soy el único que lo está observando.
—Sabes —comenzó diciendo—, te hubiera dejado que te despidieras de tu chica —continúa acercándose— pero la jefa no sabe de tu existencia, parásito.
Al decir esta última palabra el tipo se me lanza. Dándome golpes en la cara.
—Pudiste haber pensado mejor, si—
Esta vez, fui yo el que dio el golpe. Mis nudillos se estaban tornando rojos, no acostumbro a golpear pero este tipo se ganó a todo pulso mis golpizas.
—¡Mierda! —Exclama. Observó que lleva su mano a su nariz, está sangrando y colocar la mano no es su mejor opción para detenerlo.
—Es el problema, por no aprender a defenderte. —Dije.
Y esto lo enfureció más, haciéndolos querer golpearme nuevamente.
—De esta no te libras, perra. —Se coloca encima mío, y toma con fuerza mi cuello. Llevo mis manos para intentar liberar mi cuello, pero es inútil.
Noto que mis piernas están libres, y que cada vez tengo menos aire.
Muevo mi pierna para golpear su espalda baja, esto alivió un poco el agarre quedando libre.
Lo vuelvo, y vuelvo a golpear su rostro.
—Ya déjalo —escucho a una voz femenina—, ya tengo sus pies ayudame con sus manos. —Dice Alejandra dándome un pedazo de soga, me percato que ya ató los pies del tipo, procedo a hacer lo mismo con sus manos.
—Buen plan. —Digo mientras me levantó dejándolo con pies y manos atados. Busqué con mi vista al otro tipo, pero ya no estaba.
—¿Y E? —Me pregunta Alejandra.
—¿E? —Repito.
Y me percato que se refiere a Elizabeth, a ella siempre le ha gustado y quieren que la llamen de la manera más corta: E
—¡Oh! —Expresé—, está dentro.
Corrí hacia la casa, esta vez por la entrada principal y no fue difícil estar dentro de la casa.
—Ire arriba, tu ve abajo. —Me indica, señalando la puerta bajo las escaleras.
Debe ser el sótano. Pienso.
Abro la puerta, y adentro mi mirada dentro con la esperanza de encontrar algún interruptor.
Pero no hay.
Saco de mi bolso, un pañuelo y lo dobló hasta más no poder para colocarlo en el borde de la puerta.
Así se le hará imposible dejarme encerrado, en caso que vengan a cerrar la puerta y no podrán ver cómo hacerlo.
Colocó la linterna de mi celular y comienzo a bajar las escaleras. Apunto a todos lados con tal de quedarme seguro que no estoy omitiendo ningún detalle.
A un lado de esto, observo un interruptor. Lo presiono y esto me permite ver con más claridad cuáles podrían ser las funciones de un sótano.
Lo puedes usar para guardar toda clase de objetos, todo, hasta guardar un tablero de corcho... en el que estamos nosotros con otras cosas de las que no logro identificar la razón del porqué.
Apago la linterna de mi celular, y busco la cámara porque en definitiva no hay palabras que me permitan explicar a voz lo que sea esto.
Es todo un mapa del estado de California, y sobre el hay muchas fotografías y todas siguen los recorridos del hilo rojo, recortes de viejos periódicos, frases escritas en plumón rojo... y ojala eso fuera lo que mas me impresiona de todo esto.
Creí que estos tipos querían robarme y matarme después de eso, pero no son cualquiera.
Son parte de Los Cuchillos, como lo dijo Alejandra.
Son exportadores de drogas y armas ilegales.
Y que me hayan seguido a mi y a Charlotte de ninguna manera fue un error. O coincidencia como yo pensaba.
Y es una razón por la que se me es posible pensar: No se permiten clavos sueltos.
Y es eso lo que somos, según todo este mapa gráfico de la idea que planean hacer... Charlotte, Elizabeth y yo somos los clavos sueltos.
Y obstáculos.
Una de las fotografías, no está enlazada a las demás. Está apartada.
Y es la fotografía de Joshua enlazada a su dirección gráfica en el mapa, y enlazada a la palabra: "Problemas pendientes" en donde estamos nosotros (Elizabeth, Charlotte y yo).
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Editado: 27.03.2022