Recuerdo el día en que te fuiste, un vacío se formo en mi pecho. Nunca había sentido esa clase de dolor en mi vida, pero era el peor que había experimentado.
-Isabella-
Al salir Bella estaba radiante, quien la viera no se imaginaría lo que pasó días atrás, pero esa era su fortaleza. Dejaron que las demás chicas se adelantarán unos cuantos pasos para poder hablar.
—No me dijiste que conocías a Julian —reprochó Bella con un mohín.
—No lo dije, porque no lo hago. Solo lo vi una vez en mi vida.
—Pero se acuerda de ti.
—Y no me siento nada halagada por ese hecho.
—Que cruel. —Hizo otro mohín mientras caminaban—. Muero de hambre, vamos por unas hamburguesas.
Isabella sonrió al ver que había recuperado su ánimo.
—A quien conozco es a Keith.
—Uhmm… Lo imaginé. La forma en que te miró no era normal. Además, me fije que te veía siempre que podía.
—¿Cómo lo haces? —preguntó Isabella riendo.
—Hacer qué.
—Eso de ver sin ni siquiera girarte, ¿acaso tienes ojos detrás de la cabeza?
Bella rio en respuesta.
—No. Solo soy muy discreta, me gusta observar a la gente a mi alrededor y como tú eres mi única amiga nunca te quito un ojo de encima.
—Eso suena espeluznante.
—Que cruel. Lo hago por que eres alguien muy importante para mí.
Para Isabella era la primera vez que alguien le decía algo así directamente, sabía que lo era para John y también para Keith, pero ninguno lo había puesto en palabras nunca antes. Bella en cambio era todo dar, era cálida y amable. Sin poder contener la emoción que la embargaba un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, Bella al ver esto la abrazó con fuerza.
***
Isabella se llevó la hamburguesa a la boca.
—Haber recapitulemos, tú y Keith son amigos de la infancia.
—Por así decirlo, sí.
—Vivieron juntos antes de que se uniera a Joke.
—Vivíamos con John también, los tres vivíamos juntos.
—Y tú cantabas en una banda donde el era guitarrista.
—Ajá.
Bella no podía con la impresión. Isabella le había contado su historia sin entrar en muchos detalles. Simplemente no podía creerlo.
Isabella metió la mano al bolsillo y sintió la tarjeta que le habían entregado antes, se había olvidado por completo de ella. Al sacarla se dio cuenta que era una pequeña nota.
No esperaba verte aquí ni en mis más locos sueños. Me gustaría tener la oportunidad de hablar contigo, te dejo mi teléfono, llámame. K.
—¿Qué es eso? —preguntó Bella curiosa.
—Es un mensaje de Keith, quiere que hablemos.
—Oh, eso es maravilloso.
—No estoy tan segura de eso —dijo Isabella algo insegura. Ese oscuro sentimiento que se instaló en su corazón cuando Keith se fue aún estaba ahí.
—¿Por qué?
Isabella rodó los ojos, no tenia nada de ganas de hablar del tema, pero parecía que Bella no tenía ninguna intención de darse cuenta de ello.
—Por que aún le guardo mucho rencor.
—Uhmm… pero no crees que es una buena oportunidad de saber qué sucedió, por lo que me has contado no sabías que él rechazó la oferta en un inicio. Debió tener una buena razón para hacerlo.
Isabella sabía dentro de si misma que Bella tenía razón y la única forma de saberlo era de la propia boca de Keith, de lo contrario John se lo hubiera dicho antes. Luego de odiarlo en silencio por más de dos años Isabella pensó que Keith se merecía al menos una oportunidad para explicarse.
—Está bien. Lo llamaré por la mañana.
—Por qué esperar a la mañana, llámalo ahora mismo.
—¿Qué dices? No puedo irme y dejar que tú regreses sola.
Bella fingió estar pensativa.
—Podría esperarte en algún lugar cercano, así me cuentas cómo te fue de inmediato.
—Tú lo único que quieres es enterarte del chisme, ¿no es verdad?
Bella se encogió de hombros restándole importancia mientras sonreía.
—No puedo evitarlo, es parte de mi personalidad curiosa.
Isabella rodó los ojos una vez más, dejó salir un suspiro.
—Algún día esa curiosidad te va a jugar una mala pasada.
Bella sonrió abiertamente cuando vio que Isabella sacaba su celular y tecleaba el número de Keith. Estaba emocionada, no solo por qué su amiga era muy cercana a uno de sus ídolos, sino por qué de algún modo pensaba que si ellos llegaban a arreglar sus problemas estaría ayudando a Isabella en algo luego de todo lo que había hecho por ella. Tomó su gaseosa en silencio mientras observaba a Isabella con curiosidad.
Barrió con la mirada el lugar donde se encontraban, por suerte no había mucha gente y podían conversar relajadas.
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Editado: 29.11.2018