Llegamos a una cafetería, me saque el casco y bajé de la moto.
-Llegamos-
Entramos, el lugar era muy agradable, y no estaba tan lleno de gente debido a la hora.
David se levanto y dijo que le esperáramos un momento. Al cabo de unos minutos regresó con tres menús.
-Escojan lo que quieran, la casa invita-
Lo dijo muy sonriente.
-¡¡David!!, te escuché jovencito-
En la barra se encontraba una señora de unos 50 años. Lo mire extrañada.
-Ella es mi jefa, trabajo aquí, y siento decirles a mis clientes que tendrán que pagar su comida-
Lo último lo dijo fingiendo educación, no pude evitar sonreír, y vi que Adelia también lo hacia.
-Miguel, no pasa nada si sonríes, Adelia y Vria ya lo hicieron, ¿por qué tu no?-
El se quedó callado. Entonces mientras David iba a por los pedidos Adelia habló.
-No suele ser tan serio, lo que pasa es que estas tú, eres una extraña, que no merece su confianza-
Parecía que Adelia se partía de la risa mientras decía aquello. Miguel respondió calmado.
-No soy tan confiado, les va a pasar que se van a encontrar con malas personas, y usarán su confianza, para engañarlos-
Cuando dijo eso, me invadieron los recuerdos de todo el bullyng que sufrí, por querer tener compañía, lo que dijo Miguel, era muy cierto, y lo sabía por experiencia propia.
-¿Vria?, estas bien-
No me había dado cuenta de que tenía la mirada perdida, sonreí y asentí.
-Ves lo que causas Miguel, la pusiste triste-
-No es mi culpa que sea debil-
Eso me dejo confundida, el era un idiota, no sabía por lo que había pasado, no puede decir nada de mi.
De repente mi celular sonó, lo vi y era mi tía, ella siempre pedía que le diera dinero para mis dos hermanos menores, ya que no quería estudiar lo que me dijo ella, y tampoco me ayuda con los gastos del apartamento en el que vivo al mudarme de ciudad. Pero de todos modos contesté.
-¿Vria?, ven a la casa ahora mismo, tus hermanos se enfermaron-
-¿No pueden ir Luis o Gabriela?-
-No tespondieron, así que te toca venir AHORA-
Dijo eso y colgó.
Luis y Gabriela son mis hermanos, mi tía igual les pide dinero, y no les ayuda con la carrera, ya que no quisieron estudiar lo que ella había propuesto.
Gabriela es la mayor, tiene 28 años, Luis tiene 24, ellos siempre me cuidaron mejor, cuando mis padres murieron los dos se fueron a vivir solos, y mis dos hermanos menores y yo nos quedamos con mi tía.
Guardé el celular, y justo David llegaba con la comida.
-Lo siento chicos, me tengo que ir-
Busqué en mi cartera y dejé el dinero de la comida. (al final no fue gratis y ni siquiera comí)
-¿Por qué te vas?- Adelia estaba alarmada.
Sonreí y conteste:
-Surgió un imprevisto-
Volvió a sonar mi celular, contesté y mi tía grito que fuera ya, le dije que iba a tardar por lo menos una hora y media en llegar, que la ciudad estaba un poco lejos.
-¿Era tu madre?- Miguel me miraba con interes.
Miré para abajo y sonreí amargamente.
-No... es mi tía-
Adelia suspiró.
-¿Por qué tienes que poner triste a Vria?-
-No es mi culpa?-
-Tranquilos, ya me voy, los dejo-
Salí de la cafetería, subí a mi moto, me puse le casco y arranque.