Bellas Artes

Felicidad

NARRA MIGUEL

Vria se quedó sorprendida al ver a su tía, pero su tía no tanto, ya que le comenzó a gritar.

-Miguel, creo que es mejor alejarnos- susurro David

Asentí con la cabeza y fuimos a sentarnos en la mesa más alejada posible.

-¿Por qué creen que le esté gritando así?-  preguntó David.

-Si te callas podremos escuchar, no es que hablen bajo precisamente- dijo Adelia.

Escuchamos todo, y Vria comenzó a llorar, y su tía le dio una bofetada. Cuando terminaron de gritarse ella se fue corriendo al baño sin levantar la mirada.

-Voy a ir con ella- dijo Adelia, y se levantó de la mesa y se metió en el baño de mujeres.

En ese momento sentía unas ganas tremendas de ir hacia su tía y decirle palabras no muy bonitas. Me levanté de la mesa y me dirigí a la salida.

-¿A dónde vas?- preguntó sorprendido David.

-Tengo que arreglar un asunto-

-Ahora-

-Si- respondí en tono cortante.

Me dirigí a la salida, buscando a la tía de Vria, cuando la vi junto a un auto.

-¡Señora!-

Ella regresó a ver. Llegué corriendo y le dije.

-La invito a tomar un café-

Me miró sorprendida.

-¿A mí?-

-Si señora-

Ella me miró.

-Bueno, con un chico tan guapo y sexy como tú, ¿cómo podría negarme?- dijo mordiéndose el labio.

Ella se subió al auto y yo a mi moto, le dije que me siguiera, que conocía un buen lugar.

Después de unos minutos llegamos a otra cafetería, y nos bajamos.

-Listo- dije.

Me miró, pero no dijo nada. Le abrí la puerta y pasamos.

Llegamos a una mesa, de preferencia al fondo y llegó un camarero.

-¿Qué desean?-

-Yo un americano- dije

-Yo un cortado- pidió la tía de Vria.

Llegaron los pedidos e inicié a hablar.

-Quiero proponerle algo- dije

-Si estas tú, acepto lo que sea-

-Mire señora, no me malinterprete, estoy aquí para hablar de su situación con Vria-

Inmediatamente su semblante cambió por completo.

-Esa malcriada...

-Mire señora no tengo mucho tiempo, quiero proponerle algo, pero me tiene que escuchar-

Me miró con incredulidad.

-Que sea rápido- exigió.

-Bien, dado a la condición económica que tiene Vria, decidí que le ayudare a pagarle los gastos de sus hermanos, siempre y cuando no abuse más de Vria-

-¡Abusar, yo!- exclamo indignada- pero lo demás me interesa, ¿como que le ayudaras a pagar los gastos de sus hermanos?-

En el fondo sabía que ella se quedaba con el dinero, pero quería ayudar a Vria.

-Cada mes le pagaré una cierta cantidad de dinero, y así usted podrá cobrarle menos a Vria-

-¿Y más o menos de cuánto estamos hablando?-

-Lo verá cuando acabe el mes, siempre y cuando acepte mi propuesta-

-La acepto, y con mucho gusto-

Su expresión me daba asco, odiaba a las personas que se aprovechan de otras paar conseguir dinero.

Ella se levantó y dijo:

-Por cierto, me llamo Esthela, y este es mi número-

Me entregó un papel.

-A y quería pedirle que no le dijera nada a Vria-

Ella me miró sonriente y dijo.

-Es una cosa o la otra, pero no las dos-

Y se fué. Me acerqué a pagar los cafés, y me dirigí  a la cafetería donde estaban Vria y David.

Cuando llegué David ya no estaba, y la cafetería ya había cerrado.

Vislumbré a Vria en la parada de auto bus. Me bajé de la moto y me dirigí hacia ella.

-¿Estas bien?-

-Si- respondió

Puse mi mano sobre la mejilla que su tía había golpeado, me dolía que la hubieran lastimado, pero tenía que actuar como si nada.

-No es por nada, pero tu tía es una idiota-

Ella sonrió.

-Tienes razón-

-Sube, te llevo-

Ella se subió, me abrazó ( se sujetó) y apoyó su cabeza en mi espalda, e inmediatamente sentí muchísima felicidad.



#34529 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amistad, dolor

Editado: 13.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.