Bellas Artes

Cena con sus padres (parte 2)

Estábamos, todos sentados en la mesa, y avían traído platos de comida que ni siquiera podría haber imaginado.

-Bueno, creo que ya conociste a mi hijo menor Enrique, y a mi esposa Abigail- dijo el señor, que estaba sentado al lado de la mamá de Miguel- yo soy el padre de Miguel: Damián-

-Mucho gusto- dije sonriendo.

-Y veo que ya conoces a Elisa-

-Si- respondió ella- somos las mejores amigas- dijo sonriendo

Miguel me miró con incredulidad.

-Y este es mi hijo Emmanuel-

Señaló al muchacho sentado al lado de Elisa, y me di cuanta de que el la miraba mas de lo normal, pero ella lo ignoraba, parecía un chico amable, pero con carácter.

 

Terminamos la cena, y salimos al jardín, que más bien tenía el tamaño de un campo de fútbol.

Emmanuel, se me hacercó.

-Hola- dijo el

-Hola- respondí

-Quiero pedirte un favor-

-Claro- dije sonriendo

-Quiero que, si puedes te hagas novia de mi hermano-

Yo me sorpredí.

-No se si te has dado cuenta, pero a mi me gusta Elisa, pero ella está interesada en mi hermano-

-Entonces piensas que si tu hermano está ocupado, ella te prestará atención- completé

-Exacto- dijo el

-No creas que va a ser así, ¿desde cuando se conocen Elisa y Miguel?- pregunte.

-Desde los 7 años-

-¿Miguel a tenido otras novias antes?-

-Una después de Elisa, ¿por qué?, ¿estas celosa?- dijo sonriendo.

-No es eso, ¿como se comportó Elisa cuando Miguel tenía novia?-

-Como siempre, coqueteaba con el, y trataba de alejar a su novia-

-Entonces, aunque yo sea su novia, Elisa va a seguir intentando acercarse a Miguel, da igual quien sea-

-Bueno, yo seguiré intentando- dijo eso y se fue-

En ese momento llegó Miguel.

-Ven, quiero mostrarte algo- dijo eso y me cogió de la mano, lo cual me sorprendió y me sobresalte, y el se rió con mi reacción-

Me llevó al segundo piso, donde se encontraba un hermoso balcón, con vista a toda la ciudad.

-¿Te gusta?- preguntó

-Me encanta- respondí admirando la vista

-Quiero darte algo- dijo

Yo me giré queriendo saber que era.

-¿Te acuerdas de ese collar del escaparate, cuando fuimos a comer con Adelia y David?-

-Si- dije

El sacó una caja de su bolsillo, la abrió, y estaba el collar que había querido comprar, pero no pude.

-Miguel... ese collar es muy caro- dije, y era verdad.

El no dijo nada, me apartó el cabello de mi cuello, y me lo colocó, cuando sus manos rozaron mi cuello, sentí como se me aceleraba la respiración, y me giré para que quedáramos frente a frente.

-Tengo que decirte algo- dijo el- no soy muy bueno con las palabras...

Parecía estar en una lucha interna.

-A veces las palabras sobran- dije acercándome a el, entonces me miró a los ojos y me  besó.

Fue como estar en el cielo, sus manos rodearon mi cintura, y me acercó aun más a el, sus labios eran cálidos, y yo le correspondí el beso, y puse mis manos sobre su pecho.

-Creo que no hacen falta palabras- dijo separándose y sonriendo.

Yo sonreí y agaché la mirada.

-Creo que no- dije, y esta vez yo lo besé, a lo que el se mostró sorprendido, y esta vez yo rodeé su cuello, con mis brazos, y acaricié su cabello, y el me sujetó la cintura y la espalda.

 



#34564 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amistad, dolor

Editado: 13.09.2020

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