Está el mundo parado, se contuvo de girar a la constancia de nuestros ritmos cardiacos.
El corazón también lo tengo suspendido, tocando la pendiente con un filillo sutil de miseria. Gritos hechos impotencia.
Cariño, debajo del tiempo y la miel, nos susurra un pasado descreditado.
Qué sabe el conjuro de la belleza del futuro contigo.
Y esta noche, bajo la luna menguando, acariciaré el retrato de tu boca, el que llegó exacto a cubrir el hielo.
Contaré los segundos para llegar al sol
esta noche
como todas
sólo este amor existe.
Es el que permite estar de pie con vida.