•Una parte secreta•

Observé la espalda ancha de Dhan determinadamente, alejándose para contarle a todos lo que hice y hundirme... Él estaba a punto de salir a enfrentar la nieve de vientos fuertes solo para inculparme y tenía toda la razón yo lo maté, pero... No fue mi intención, fue un accidente.
<<Hazlo, el merece eso y más>>
Sacudí la cabeza tratando de reprimir esos pensamientos, pero siguieron insistiendo.
<<Si no la haces tú, él lo hará por ti y será peor>>
<<Solo mátalo, sin piedad como lo merece. Como él estaba a punto de hacerlo hace tiempo atrás>>
-No quiero... No quiero hacerlo -susurre tras sollozos.
<<Si lo harás April, sí que lo harás>>
Eso fue lo último que mi subconsciente susurro causando un pitido en mis oídos que empezó a enloquecerme, mis ojos se nublaron y de repente sin pensarlo me paré, corrí hacia Dhan tomando la misma arma anterior y la clavé consecutivas veces contra su espalda, saque el arma de su cuerpo y contemple la sangre roja que manchaba su sudadera, él calló primero de rodillas para luego caer inertemente al suelo. La escena empezó a repetirse una y otra y otra vez. Mis ojos se abrieron de impresión ¿Qué es lo que hice? ¿Cómo llegué a ese límite? Mi corazón latía a una intensidad acelerada, las manos empezaron a sudarme y sentí miedo de mí misma cuando en mis pensamientos no cruzaban ni una pizca de arrepentimiento a tal atroz suceso, dejé caer el arma blanca, para retomar nuevamente ese inquietante sonido molesto que provocaba el pitido dentro de mi cabeza. Gotas gordas de sudor excesivo cubrieron toda mi piel, nuevamente la imagen de un Dhan cayendo al suelo lentamente se vuelve a vislumbrar ante mis ojos.
<<Muy bien April, lo has hecho perfectamente>>escucho a mi subconsciente reír desquiciadamente.
Quede petrificada cuando el reflejo de mí misma apareció enfrente de mí, era exactamente yo, pero se miraba más fría, calculadora, malvada.
-Cierra la boca, ¡Tú-tú has ocasionado esto! ¡Tú me obligaste! -le grito entre titubeos.
<<Enserio, no me digas. Ve y cuéntaselo a todo el mundo, diles que tus deseos más obscuros te han obligado a matar a alguien>> sonríe mientras se acerca para mirarme con sorna.
Acto seguido desaparece ante mi vista dejándome sola con todos los dos cadáveres de mi vecino y mejor amigo, y mi novio.
Desde pequeña siempre tuve ciertos problemas mentales, pero eso no significaba que estuviera loca... Tenía conversaciones con mi subconsciente como si tuviera vida propia.
Una que invadía todo mi ser hasta hundirme.
Una que era capaz de insistirme tanto hasta llegar a hacer cosas... Cosas horribles.
Una que carcomía todo lo positivo en mí.
Asesina, eres una asesina April. ¡Acabad de matarlo! ¡Asesina! ¡Lo mataste!
- ¡Tú lo mataste! -acuse con mis labios temblorosos. Coloque mis manos sobre mis oídos tratando de cubrir ese ruido, esas acusaciones, esos gritos.
Las lágrimas comenzaron abordar mi vista, la escena se veía clara, dos hombres tirados en el piso evidentemente muertos, los dos asesinado por mí, por April copebplot... Esa chica de ojos negros y cabello negro que parecía ser muy adorable a simple vista, pero la verdad tenía oscuros secretos que nadie, absolutamente nadie podía saber.
-Hola, quiero reportar un asalto y asesinato acaban de matar a mi novio y mi mejor amigo –corto la línea telefónica del 9-1-1 al terminar de decir aquello sin darle tiempo a que me responda.
Observo la escena y sin un control de mi propio juicio sonrió a carcajadas.
-Él se lo merecía, ese bastardo se lo merecía -me convenzo a mí misma entre risas.
-Lo siento Iker, tu solo fuiste una pobre víctima. Tú no merecías morir. Perdóname –Lloro mientras acaricio su frio e inútil cuerpo muerto.
De repente entre en un estado de trance olvidando quien era.
<<Para de lamentos April, la policía está a punto de llegar>> Me levanto del suelo y sin entender muy bien lo que hacía empecé a destruir todo lo que contenía la habitación revoleteando y dejándolo desordenado, tomé el dinero que guardaba mi ahora mi novio muerto y lo escondí dentro de mis botas de cuero. Luego de terminar me quedo contemplando la pared algo deteriorada de mi habitación y sin pensarlo muchas veces me avente hacia ella tan fuerte que me desplome contra el suelo causándome mucho dolor, contuve las ganas de gritar para levantarme y volver a aventarme contra la pared, me propine varios golpees a mí misma dejando moretones en mi rosto, me detuve cuando las sirenas de la patrulla policiaca se escucharon en el exterior, salí rápidamente del pequeño apartamento pero antes mis ojos recayeron en el arma homicida, la tome y quite las huellas de su mango, lo acerque a mi cuello y me hice un leve corte para luego salir.
-Ayuda por favor –cubrí mis ojos al tener contacto con las luces rojas y azules con las manos en alto.
Él policía me apuntaba con el arma con desconfianza.
-Mantenga las manos donde las pueda ver –me advierte el uniformado mientras se acerca.
-Nos vinieron a robar, no pude hacer nada para salvarlos, cuando desperté el cuerpo de mi novio y mi vecino estaban ahí, tirados en el suelo –sollozo recordando tal escena.
-Tranquila April, no podías hacer nada ellos también intentaron matarte –trata de consolarme la psicóloga que habían traído en el interrogatorio.
Mis manos no dejaban de templar y mi cuerpo sudaba con tal, habían matado a mi novio para robarnos y no pude hacer nada para salvarlo, las lágrimas fluían de mis ojos a diluvios, los recuerdos de mi primer y único amor aun torturaban mis pensamientos, no podía creer que nunca lo veré y no puedo hacer nada para evitarlo.
-oficial prométame que encontrara al asesino de mi novio y mi mejor amigo por favor –le suplico.
Intercambia miradas con la psicóloga y asiente.