<<Besame hasta que me duela los labios>>
El dolor me recorre el cuerpo y siento el frio, en contraste con la herida que se calienta por la sangre.
Su mirada me penetraba, tenia una profundidad que no percibia con aterioridad en ninguna otra persona.
Me sorprendia la forma como parecia que nos comunicaramos sin utilizar palabras.
Era un gran deseo por conocerlo, saber más de él, y hasta sentirlo en la cama.
Llevo tiempo sin estar con alguien y y Fernando no solo me resultaba interesante más bien atractivo.
"No debes exponeerte tanto, te gusta el peligro" me dice mientras observa la herida.
"El peligro me persigue, intento mantenerme a salvo, sin embargo, deberias estar más tiempo aqui para vigilar que nada me pase" le respondo tratando de quitarme la sensacion de nerviosismo y pena en mi interior.
"Ven a tu cabaña" me indica.
"Vamos a curar esa herida"me dice presionando la cortada, tarando de detener el sangrado.
Se quita la camisa mostrando su torzo desnudo y lleno de musculo.
Las lines de abdomen se marcaban al igual que los modelos de catalogos de vida saludable.
Su piel tenia olor a sudor mezlcado con sal, no podia para de ver sus pectorales.
Y concentrarme en su mirada.Sosteniendo me en su hombro, a cada paso dejaba una marca de sangre en la arena.
Fernando se percato de ello y me tomo por el muslo, cargando me por completo, parecia que no pesara para sus brazos.
A medida que nos acercabamos a mi cabaña el silencio era lo unico que exitia entre los dós y procedimos a entrar.
Me coloco sobre la cama y busco el botiquin de medicamentos.
Saco los hilos quirujicos y tomo liquidos que tiro en la herida para evitar una infeccion, limpiando la zona.
No sentia el dolor era como si al estar junto a el no existiera.
Con delicadeza cocio la herida y le coloco una crema para evitar la infeccion, tomo uno de los analgesicos y me lo tome con un jugo que habia en la nevera.
"Gracias por ayudarme" le contesto.
"No es nada, por una chica que ayuda a los demas, y recuerda que te necesito para la visita a la isla. ¿Quien me ayudara a contarlas" me dice sonriendo.
Una electricidad recorre mi espalda, y siento mi cuerpo reaccionar antes sus palabras. No sé si es por la falta de sexo, pues, llevo tiempo sin estar con alguien.
"Bien, me retiro, ¿necesitas algo más?" me pregunta
Siento el deseo de decirle que se quede por lo menos para hablar.
"Estare bien" le digo.
Me mira sonriendo con esos labios que tanto deseo y algo me dice que tambien me desea.
Despues de irse, siento la herida palpitar lo mismo que mi sexo.
Cuando salgo con mis amigas suelo estrenar esa lenceria especial que uso para lucir mi cuerpo.
Llevar ropa nueva me hace sentir segura, algo asi como una supersticion.
Odiaba tanto cuando mi ex intentaba regular mi vestir, como si fuera una niña de cinco años.
Era su novia no su propiedad.