ULISES
Los amigos cercanos suelen pasar la Navidad con nosotros como un recuerdo grato de que existimos en nuestras vidas, es bueno la convivencia con quienes siempre han formado parte de tu vida.
Miro a mi progenitor hablando con sus viejos amigos, como abraza a Vanessa mientras se ríen, me da gusto. No puedo ser rival de ella, jamás podría. A ambos nos fueron educados de manera similar, tenemos recuerdos favorables en familia, días que simplemente vivimos como lo que éramos, unidos.
—Laila, —Saludó a la mujer que está al lado de Paola, su madre—un placer verte, ella es Emma.. —las presentó.
—encantada de conocerte, amo la ropa de tu madre… soy una auténtica fan de ella y su trabajo.
—Sí, pues te comparto que se vienen nuevas ideas, fantásticas.
—Ya quiero verlas. Y si me pudieras ayudar a conseguir una foto con ella sería genial.
—Mamá…—le dice Paola.
—Ustedes sí que parecen hermanas. —comenta—y Claro, cuando gustes.
Se quedan hablando de temas de mujeres que en realidad no entiendo.
—¿Para cuándo la boda?
—No tardaré en hacerte llegar la invitación. —me pregunta mi padre.
—Al bebé de Vanessa les hará falta un primo. Y siento que ya te estás tardando.
—Tendrán que esperar, Emma y yo tenemos muchos planes. — siento una punzada en el pecho y como por un momento mi armadura se dobla, ante las palabras. Sin olvidar que tengo que buscar opciones, más opiniones. La Madre de Adam es muy buena en lo que hace, he de ir con ella.
—Tiempo para que Vanessa traiga de vuelta una pequeña niña,—sonríe orgulloso de su hija—Así que manos a la obra Ulises, no dejes que tu hermana te gane en esto.
—tiempo para que yo no vea a mis hijos como una competencia absurda para complacer a los demás. —mi dolor esta hablando, pero los hijos no son competencias ya sé lo que se siente ser competencia para alguien.
—oye, no es con ese fin lo que hablo. Hijo.
—No soy idiota, pero yo jamás haría que mis hijos compitieran entre sí o con un primo, cada uno tiene sus propias cualidades.
—Ulises, no te molestes, solo era una pequeña broma, no te apresures.
—Ja, tienes una forma muy rara de decirlas.
—Tienes razón, hijo. —bebe de su copa, —A veces no mido el tono en lo que digo las cosas, y ya no eres un niño para decirte que esta bien o mal, solo discúlpame si ofendí.
Trago saliva.
—Solo soy un hombre que tiene la ilusión de ver a sus hijos convertirse en padres, en que me hagan abuelo. Y como ya dije lamento la forma en la que he hablado, solo es que quiero que te centres y seas muy feliz.
—Bien, solo también trata de modificar tu conducta. Es insano esta pelea absurda que llevamos.
—¿Eso es un vamos a empezar de nuevo?—sonríe.
—Un paso a la vez.
Sonrío.
—pero ¿te hizo falta la figura paterna? siempre me lo he cuestionado.
Señaló a mi abuelo, que charla con los invitados.
—Ese hombre, fue lo suficiente y aunque me cueste admitirlo, Un ingeniero también lo hizo de una forma u otra, ¿alguna vez hablo de estrellas, historia, arquitectura, arte con alguien más que no fuera conmigo? ¿hablo con la madre de lo excepcional que era y cuan orgulloso estaba de su hijo a oscuras en una habitación? sí lo hiciste, los llegue a escuchar un par de veces. ansiabas trabajar en el proyecto más importante de mi vida y tuve la osadía de negarme y tú no decir más… supongo que no, esas no fueron carencias paternales, solo un poco de capricho por una parte y restricción de la otra, pero el halago por tener un hijo como yo, ese crédito me lo llevaré siempre y eso me engrandece solo a mí ¿Entendido?
sonríe.
—Claro son tus logros, no los míos, yo también era envidioso con lo nuevo que hacía, es parte de valorar lo qué haces. Y tienes razón, fueron noches enteras de hablar de temas tan interesantes contigo, aunque a esas edad no entendías ni la mitad y hacías una pregunta cada segundo, me alegra que tengas esos recuerdos presentes también, no he sido el mejor, ni me enorgullezco de lo tradicional que trataba de ser y agradezco que hayas seguido un camino de bien.
—Sí, funciono. Y es algo raro por fin tener esta charla, cuando muchas veces de joven te busque. —me doy la vuelta y me voy.
Se queda callado y me marcho de su lado.
Ness me frena en el proceso.
—Uli, ¿Todo bien?
—Todo bien, arreglamos algunas cuantas dudas que teníamos del otro. Este año se quiere despedir siendo liberador.
Me abre sus brazos y con su gran vientre me da un abrazo.
—ese niño ya debe nacer.
—yo opino lo mismo, ya no puedo moverme adecuadamente. Estoy agotada.
—Se nota, caminas como un pingüino.
—Oye, no me digas así.
niego y me voy a mi lugar.
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Editado: 20.01.2025