Six

-¡LA POLICIA!-

Se escucho el grito de un muchacho que paso corriendo alertando a todo mundo, incluyendo al par de ahí que en se separaron rápidamente un poco sorprendidos y con el bullicio a sus espaldas.

-Mierda...- Dijo Allen tomando de la mano a Kim sin pensarlo y arrastrándola consigo hacia su auto cuando se escucharon las sirenas de un montón de patrullas.

-Oye suéltame- Forcejeo la castaña dispuesta a buscar a sus amigos y huir de ahí.

Pero cuando el chico volteo para decir algo fue jalado por ella que se alerto cuando un uniformado quería golpear a su acompañante en la espalda y lo movió usando sus grandes hombros como apoyo para lanzar una patada por detrás y noquearlo.

-Diablos preciosa, si hubiera sabido antes que puedes hacer eso no te molesto en primer lugar-

Ambos vieron alrededor y todo era un caos la policía ya había atrapado a varios y la mayoría ya se estaba escapando en sus vehículos, no había opción, como si ambos pensaran lo mismo corrieron hacia el auto esquivando personas y en cuanto iban a abrir la puerta la castaña fue jalada del brazo por un policía dispuesto a golpearla en la cara.

Solo que no espero que el golpe fuera desviado y un rodillazo le llegara en el estomago lo suficientemente fuerte para que se doblase hacia adelante, todo esto lo vio Allen en cámara lenta, y como si un fuego encendiera en el cuando tocaron a Kim, corrió hacia el otro lado y zafó al tipo, con una furia que jamás había sentido le dio un puñetazo en la mandíbula que lo dejo tirado. Rápidamente abrió la puerta y subió a la chica, corriendo y en cuanto el subió poniendo seguro en las puertas, arranco.

Ya llevaban un buen rato conduciendo en cualquier dirección, varias veces se toparon con patrullas y huyeron sin problemas.

Después de media hora estaciono en un parque completamente abandonado y viejo.

Ambos suspiraron -Bueno...- comenzó Allen un tanto confundido, la adrenalina de momentos atrás estaba mermando pero sentía su corazón acelerado por la huida.

-Abre la puerta, necesito aire- Kim dio un atisbo de sofoco en su voz pero el no pudo adivinar el porque, *tal vez fue por todo el ajetreo* pensó.

Haciéndole caso saco el seguro y también bajo cuando ella se alejo a sentarse en una banca cerca de ahí, la siguió y se sentó a un lado, una extraña sensación le recorrió el cuerpo cuando la vio con los ojos clavados en el cielo específicamente la luna y una mirada melancólica cruzando por estos.

Algo había cambiado y aun no descifraba que, pero el haberse cruzado con ella ya dos veces no era coincidencia y creía que estaba a punto de recibir sus respuestas.