Ella y Kiara se alejaron de mí. Genial, eso se significaba que Ariana no haría que me quitaran a Nannette de encima, lo que era sumamente genial. Decidí que entrar a mi habitación a esta hora no sería una buena idea, apenas eran las seis de la tarde.
Entré a la biblioteca por buscar algo que hacer. Busqué por los pasillos de literatura mi libro favorito. Lo encontré y me senté en una de las mesas más alejadas de las miradas curiosas para leer en paz.
— ¿Orgullo y prejuicio? ¿De verdad? No sabía que supieras leer —sonó una voz femenina, sorprendida y ligeramente fastidiosa.
Por el amor a Jesucristo, ¿ella no me dejaría de seguir nunca? Quité mi mirada del libro y miré a la persona que estaba interrumpiéndome mi lectura.
— ¿No te cansas de fastidiar? —Le dije secamente.
— No, la verdad es que pasaba por aquí y te vi leyendo ese libro y me dije a mi misma: ¿por qué no interrumpirlo? —Respondió Nannette sarcásticamente.
— ¿Qué quieres? —Iba perder la paciencia con esa chica.
— ¿De ti? Nada, sólo estoy esperando a James —maldita sea. ¿Ella haría eso simplemente por el hecho de provocarme?
— Perfecto, pues espéralo en otra mesa y con gente que no esté ocupada, ¿eres capaz de hacer eso?
Se cruzó de brazos.
— ¿La mesa es tuya? ¿Tiene tu nombre por algún lado? No lo creo, así que si me place puedo sentarme aquí y esperarlo.
Por suerte, Kiara apareció. En cuanto me vio se acercó. Gracias Dios.
— Cam, Ariana quiere hablar contigo sobre... —se calló y ve con quien estaba hablando.
— Oh —ella me ve y arqueó una ceja.
— Sácame de este lío, no la soporto —le dije mentalmente.
Ella sólo sonrió.
— Chica nueva, ¿no? Es linda, pero demonios, esto será divertido —me respondió. Le di una mirada asesina.
— Así que... ¿chica nueva?
Asesinaré a Kiara cuando tuviese la oportunidad.
— Así que... ¿novia de Cam? —Respondió ella mordazmente.
Me atraganté con mi propia saliva cuando ella dice eso. Maldición. La chica tenía valor.
— Mierda, Cameron, ¿en serio? ¿Tu novia? Definitivamente adoro a esta chica.
— Sólo aléjala de mí, Kiara.
Kiara sonrió y se sienta a mi lado.
— ¿Problemas con eso chiquilla?
De acuerdo, ella podía ser cruel cuando se lo proponía. Nannette se tensó al verla a mi lado. Interesante.
— No, sólo me preguntaba cómo te lo aguantas.
— ¿Lo niego o sigo con mi actuación? —Preguntó mentalmente.
No quise ser una mierda de persona pero...
— Sigue.
Ella sonrió.
— No creo que sea tu problema, pero si lo quieres tendrás que hacer fila, ya hay muchas esperando a que él termine conmigo. Así que anda, la fila esta después del baño —le dio una de sus falsas sonrisas mientras agarraba mi mano y la entrelazaba con la suya. Kiara era buena.
Ella le lanzó una mirada envenenada pero seguía ahí, lo cual era realmente interesante, pero jodidamente masoquista.
— La verdad es que estoy buscando a James, me dijo que estaría por aquí.
Y ahí fue cuando Kiara se tensó. Se me había olvidado completamente de que James y ella habían terminado hace unos cuantos días luego de la discusión más grande de sus vidas. Jódeme.
— ¿James? ¿¡Qué mierda Cameron!? La chica morirá, en serio —gruñó ella en mi mente—. Déjame besarte.
Esas simples palabras me sorprendieron, pero quería que Nannette entendiera que no la quería ni a cinco kilómetros a la redonda de mí.
— Adelante —le respondí.
No hizo falta mucha insistencia para que ella se volteara hacia mí y me besara. Puso una mano detrás de mi cabeza, me acerque más a ella y me besó. Esto comenzó lento y delicado, pero para cuando íbamos a intensificar más el beso Nannette soltó una maldición y sentí que se fue corriendo.