Blackness

Dos

Ella y Kiara se alejaron de mí. Genial, eso se significaba que Ariana no haría que me quitaran a Nannette de encima, lo que era sumamente genial. Decidí que entrar a mi habitación a esta hora no sería una buena idea, apenas eran las seis de la tarde.

Entré a la biblioteca por buscar algo que hacer. Busqué por los pasillos de literatura mi libro favorito. Lo encontré y me senté en una de las mesas más alejadas de las miradas curiosas para leer en paz.

¿Orgullo y prejuicio? ¿De verdad? No sabía que supieras leer —sonó una voz femenina, sorprendida y ligeramente fastidiosa.

Por el amor a Jesucristo, ¿ella no me dejaría de seguir nunca? Quité mi mirada del libro y miré a la persona que estaba interrumpiéndome mi lectura.

— ¿No te cansas de fastidiar? —Le dije secamente.

— No, la verdad es que pasaba por aquí y te vi leyendo ese libro y me dije a mi misma: ¿por qué no interrumpirlo? —Respondió Nannette sarcásticamente.

— ¿Qué quieres? —Iba perder la paciencia con esa chica.

— ¿De ti? Nada, sólo estoy esperando a James —maldita sea. ¿Ella haría eso simplemente por el hecho de provocarme?

— Perfecto, pues espéralo en otra mesa y con gente que no esté ocupada, ¿eres capaz de hacer eso?

Se cruzó de brazos.

— ¿La mesa es tuya? ¿Tiene tu nombre por algún lado? No lo creo, así que si me place puedo sentarme aquí y esperarlo.

Por suerte, Kiara apareció. En cuanto me vio se acercó. Gracias Dios.

— Cam, Ariana quiere hablar contigo sobre... —se calló y ve con quien estaba hablando.

— Oh —ella me ve y arqueó una ceja.

Sácame de este lío, no la soporto —le dije mentalmente.

Ella sólo sonrió.

Chica nueva, ¿no? Es linda, pero demonios, esto será divertido —me respondió. Le di una mirada asesina.

— Así que... ¿chica nueva?

Asesinaré a Kiara cuando tuviese la oportunidad.

— Así que... ¿novia de Cam? —Respondió ella mordazmente.

Me atraganté con mi propia saliva cuando ella dice eso. Maldición. La chica tenía valor.

Mierda, Cameron, ¿en serio? ¿Tu novia? Definitivamente adoro a esta chica.

Sólo aléjala de mí, Kiara.

Kiara sonrió y se sienta a mi lado.

— ¿Problemas con eso chiquilla?

De acuerdo, ella podía ser cruel cuando se lo proponía. Nannette se tensó al verla a mi lado. Interesante.

— No, sólo me preguntaba cómo te lo aguantas.

¿Lo niego o sigo con mi actuación? —Preguntó mentalmente.

No quise ser una mierda de persona pero...

Sigue.

Ella sonrió.

— No creo que sea tu problema, pero si lo quieres tendrás que hacer fila, ya hay muchas esperando a que él termine conmigo. Así que anda, la fila esta después del baño —le dio una de sus falsas sonrisas mientras agarraba mi mano y la entrelazaba con la suya. Kiara era buena.

Ella le lanzó una mirada envenenada pero seguía ahí, lo cual era realmente interesante, pero jodidamente masoquista.

— La verdad es que estoy buscando a James, me dijo que estaría por aquí.

Y ahí fue cuando Kiara se tensó. Se me había olvidado completamente de que James y ella habían terminado hace unos cuantos días luego de la discusión más grande de sus vidas. Jódeme.

¿James? ¿¡Qué mierda Cameron!? La chica morirá, en serio —gruñó ella en mi mente—. Déjame besarte.

Esas simples palabras me sorprendieron, pero quería que Nannette entendiera que no la quería ni a cinco kilómetros a la redonda de mí.

Adelante —le respondí.

No hizo falta mucha insistencia para que ella se volteara hacia mí y me besara. Puso una mano detrás de mi cabeza, me acerque más a ella y me besó. Esto comenzó lento y delicado, pero para cuando íbamos a intensificar más el beso Nannette soltó una maldición y sentí que se fue corriendo.



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En el texto hay: angelescaidos, dioses, angelescaidos romance

Editado: 15.07.2018

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