Luego de la gran escenita que tuvimos en la limo a los veinticinco minutos exactos estábamos en la pista del jet privado de Ian. Nan no se separó de mi lado ni siquiera ahí.
— ¿Piensas compartirla? —preguntó Kiara, en la pista.
— Decisión de ella, amiga —respondí, señalando a mi novia.
Ella negó y Kiara sonrió apartándose de nosotros. Miré a Nan.
— ¿Te molestaría si me aparto de ti dos minutos?
Frunció el ceño.
— ¿Por qué?
— Charla entre hermanos —dije, señalando a Xander.
Sonrió y asintió.
— De acuerdo. Tengo que hablar con Ian, de todas formas —indicó.
Deposité un beso en su frente y caminé hacia mi hermanito quien estaba con Adam, como era de esperarse.
— ¿Te han soltado la correa? —preguntó Adam, cuando llegué.
— Ja, ja, lindo de tu parte —respondí.
— ¿Qué pasa, hermanito? —inquirió Xander.
— Adam... —dije en modo de despedida.
— Ya, ya entendí. Nos vemos luego, amiguito —se despidió, caminando hacia su novia.
Xander alzó una ceja
— ¿Y eso se debe a…?
Reí.
— A que quería hablar contigo a solas.
— Interesante. Dispara —dijo.
— ¿Cómo te sientes con respecto a Nan y yo?
No pretendía serle tan directo, pero era mejor así.
— Realmente no entendía como podías estar con ella después de haber estado con su hermana, ya sabes, pero luego lo entendí. Ella es fascinante. Todo de ella. Entendí porque te sentías atraído por ella, y por qué estás enamorado. Puedo admitirte que yo también estoy enamorado de ella —controlé mi expresión, pero no sirvió de nada—. No te molestes, es la verdad. En un cierto sentido la quiero y haría todo lo que estuviera a mi alcance y más por complacerla —levanté una ceja—. No me malinterpretes, ya es tuya. Ahora lo sé. No me involucro con algo que ya es tuyo.
— Interesante punto de vista, hermanito, pero aun no me has respondido a la pregunta. Deja de darle tantas vueltas y di lo que tengas que decir.
Él sonrió.
— Bien, de acuerdo. Me siento bien. Tú eres feliz y llevaba un tiempo sin verte así. Quiero decir, hasta le diste tu aprobación a tu mejor amigo para que estuviese con nuestra hermanita, ¿qué tan loco te suena eso? Ni en mis sueños más imaginativos hubiese soñado eso. Por más que me cueste aceptarlo, tú estás bien con Nan —admitió.
Le sonreí y lo abracé.
— Eres un gran hermano menor, Xander —murmuré, en su espalda.
Xander terminó de abrazarme y se echó a reír.
— Tú también —dijo, pero luego su sonrisa se borró de su rostro y me miró detalladamente—. ¿Por qué siento que esto es una despedida?
Mantuve mi expresión en blanco. Había aprendido a hacer eso hace años.
— Porque eres un tonto —respondí.
Siguió mirándome.
— Cameron…
— ¡Todo listo! Hora de abordar amigos —gritó Ian, desde lejos interrumpiendo a Xander.
— Terminaremos esta conversación —juró.
Asentí sonriente. Empezamos a movernos hacia el jet blanco que estaba a unos cuantos metros de nosotros para cuando se nos unieron todos. Puros murmullos de asombro se oían mientras que Ian reía como un idiota ante tanta atención.
— ¿Interesante la charla? —preguntó mi novia ya a mi lado.
— Realmente —contesté.
— Me alegro.
Luego de esas cinco cortas palabras, subimos las escaleras del jet y nos acomodamos una vez que estuvimos dentro.
— De acuerdo, esta vez lo diré yo. Estoy tan agradecido de que seas mi hermano —revelé, cuando estuvimos sentados, ganándome miradas de asombro por parte de todos.
— ¿Acabas de decirme hermano? —preguntó Ian, incrédulo sentado a tres asientos de mi con la cabeza en alto.