Estaba sentada en mi pupitre buscando algo en mi mochila y como no lo encontraba deje algunas de mis cosas encima, cuando me di vuelta para guardar todo de nuevo ya no estaban mis bolígrafos ni mis pinturas así que asustada vi para todos lados entonces me di cuenta de que Renee tenía lo que parecía ser mío.
—Me miró y me dijo —¿Qué? Esto es mío así que no me veas y mira hacia otro lado —abrazando mis cosas
Me había robado de frente, pero no tuve valor de decir nada así que lo dejé, me sentía bastante enojada por eso y con ganas de llorar, debo sacar esto de inmediato así que saque de mi cartuchera mi estilete, guardandolo en el bolsillo de mi falda y me fui al baño.
Me metí en un cubículo vacío, pero antes me fije que nadie me vea, luego cerré con el pestillo la puerta y empecé a hacer cortes en mi muñeca, aunque aún no había sanado los que me hice la última vez, pero no me importaba ya que necesitaba con locura sentir la sangre salir, respire profundo y cerré los ojos aumentando la profundidad de los cortes.
Cuando termine, estaba sentada en el suelo viendo como salía la sangre y sentía como si volaba mientras sostenía mi estilete con la otra mano.
—¡Wao, me siento mucho mejor! —dije recuperando el aliento
Tapé mis cortes con la manga de mi saco que se estaba llenando de sangre, pero no importaba ya que no se iba a notar porque es azul oscuro y me puse un papel en la muñeca para detener un poco la sangre, al llegar vi que en mi asiento había algo otra vez, ahora eran unas pulseras una de color negro con una media luna y otra rosada con la figura de un gatito; no había una nota está vez pero ya sabía de quien puede ser y rápidamente me las puse para tapar mis muñecas la verdad me quedaba bien, me gustaron bastante las pulseras. Eso me hizo sonreír y subir mis ánimos.
Llegó el día en que nos cambiaran de lugares, nuestra profesora dirigente nos sacó afuera y nos fue ubicando cómo ella quiso y esta vez me tocó sentarme delante de Brisa; para variar no creo que este tan mal.
La tarde siguió con su rumbo y llegó la hora de ir a casa, apenas llegue me bañe y me cambie cuando mi mamá me llamó para comer así que mi hermano y yo fuimos hasta el comedor juntos mientras nos reíamos y jugábamos
—Niños dejen de gritar y siéntense en la mesa —dice mi mamá
—Ya vamos ma es que Faraj empezó a empujarme jaja —respondí riendo
—Jajajaja si lo hice, pero fue porque tu primero me hiciste cosquillas y sabes bien que las odio —dice Faraj
—Me gusta cuando se llevan así de bien —mamá nos sonríe
—Pero siempre nos llevamos bien ma, bueno tal vez a veces discutimos un poco, pero todos los hermanos son así —dije
—Lo entiendo bastante bien hija, yo no tuve hermanos y es por eso que me alegra que ustedes sean unidos
—Pero ma —dice Faraj con comida en la boca —mi papá tiene muchos o ¿no?
—Si, pero ya no tiene contacto con ninguno a excepción de su tía que es la única que se lleva más con su papá
—Al menos —alce mi brazo en la mesa —tiene a mi tía para….
Mi mamá al ver mi brazo cambio completamente su cara y empezó a gritarme
—¿Qué te hiciste en el brazo Mayida? —dice muy enojada
—Escondo la muñeca asustada —Nada
—¿Eso te parece nada? Claramente vi que tenías unos cortes allí, ahora por último aprendiste a sajarte los brazos —se levantó rápidamente de la mesa y agarro un cuchillo —¿te parece divertido? Bueno ahora vas a dejar de hacer eso —parte un limón
Mi mamá se acercaba rápidamente hacia mí con un limón en la mano, teniendo la intención de pasarlo por los cortes de mis muñecas.
—¡Mamaaaa nooo déjala! —dice Faraj con lágrimas en los ojos
—Quítate Faraj no te metas —grita mamá
—Ma yo de verdad no quería…. —dije asustada y conteniendo lágrimas alejándome de ella un poco y asustada.
Mi mamá corrió hasta mí y mi hermano la alcanzo para abrazarla y detenerla con su pequeño cuerpo gritando
—Mad no te quedes allí, vete a tu cuarto —me dice mi hermano
Salgo corriendo a mi cuarto tratando de subir las gradas lo más rápido que puedo y cierro la puerta con seguro, mi mamá empuja lo más fuerte que podía la puerta sin conseguir abrirla y yo me desplome en el piso abrazando mis piernas llorando.
—¿Por qué me trata así? —dije en voz baja llorando —no estoy haciendo nada malo, solo trataba de aliviar mi dolor.
Ella no entendía que es lo único que me hace sentir mejor por ahora.
Al rato se dejó de escuchar el forcejeo de la puerta y me acosté en mi cama para tratar de dormir, aunque no podía al final lo conseguí, amaneció y no salí de mi cuarto casi toda la mañana, pero si lo hice una vez y fue solo para ir al baño y nada más; esperaba con ansias que se dé la hora de irme al colegio, pero el tiempo se ralentizaba tanto que me estaba desesperando.
Salí de mi casa lo más rápido y sigilosamente que pude, no vi a mi mamá en toda la mañana, aunque escuche en la noche que hablo con mi papá así que de seguro le contó lo que hice, tengo que pensar que les diré para que se olviden de esto, pero eso ya será después.
Alguien atrás de mi estaba llamándome con hincones en mi espalda, era Brisa
—Hola, oye ¿Siempre te haces esa cola en tu cabello?
—Emm si —le dije seria —estoy tratando de cambiar mi peinado
—Aaah entiendo, pero ¿y si mejor intentas soltártelo? Yo creo que te verías bien con el cabello suelto
—Mm no estoy tan segura ya que se me sabe levantar mucho y si no lo recojo siento que me veo mal
—Pero es porque tienes ricitos —me dice sonriendo —deberías armártelos y ver que tal te queda así
—Bueno lo intentaré —respondí
—Ya verás que te va a gustar jeje ¿y es cierto eso que dijeron de ti en Facebook?
—Mi corazón latió fuerte ante esa pregunta —no, es solo que no tengo novio y todos pensaron mal de mi
—Aaah entiendo —dice pensativa —pero deberías intentar conseguir a alguien para que se olviden de eso y borren esa imagen que tienen de ti de sus cabezas