Blanco fácil

Capítulo 44

—Respiré y dije —Mayida Rigau Preysler 

—¿Edad? —me pregunto 

—13 años —respondí 

—Estas pequeña para haber cometido un delito —me dice alzando una ceja —aunque jaja hay muchachos aún más pequeños que tú y ya son unos delincuentes. 

Trague saliva cuando dije eso y pase mis manos por mis piernas porque me sudaban mucho tratando de estar tranquila, aunque no podía. 

—¿Qué estabas haciendo el día 13 de mayo a las 10 de la noche? —me pregunta escribiendo algo en una laptop 

—Estaba en mi casa, a esa hora se ir a dormir —dije nerviosa 

—Mm aja —dice y empieza a buscar algo en una funda blanca plástica —mira con atención esto y dinos si es tuyo. 

Cuando vi lo que había adentro de esa funda lo reconocí al instante, era la pulsera que me había regalado Júpiter para tapar mis cortes, pero ¿por qué la tenían ellos? Me puse nerviosa y no sabía que decir porque ni siquiera sabía bien si era exactamente la mía o era otra y no tenía pruebas de que fuera la mía debido a que se supone que estaba en mi casa, pero ahora ya no debido al incendio. 

—Volví a frotar mis manos en mi pantalón y dije —Si es mía, pero… 

—El policía que me estaba interrogando me interrumpió y dijo —¿Entonces si es tuya? 

Mire con algo de nerviosismo a mi abogado entonces el hablo por mí. 

—Señor policía mi defendida no está muy segura de sí es de ella esa pulsera, por ende, creo que deberíamos pasar de esa pregunta para no ponerla más nerviosa 

—¡Ja! —dijo el policía enojado —bien entonces ¿Qué relación tenías con Xena Balché? 

—Respondí rápido a esa pregunta —era mi mejor amiga, nos conocíamos desde muy pequeñas. 

—¿Entonces si se conocían desde muy pequeñas debes saber que alguien la asesino? —me pregunto 

—Si, me enteré por las noticias —dije nerviosa 

—Puso una mirada intimidante y me dijo —¿Por qué estaba un papel con tu nombre escrito en el cuerpo de la víctima? 

—Confundida trate de responder —Eh…eh… —frote mis manos nuevamente en mis piernas y lleve las uñas de la mano a mi boca —mmm… Ehh —trague saliva 

—¿No sabes que responder? —me dice el policía 
Mire desesperadamente al abogado como buscando ayuda a lo que él entendió lo asustada que estaba y habló de nuevo por mí. 

—Con todo el respeto señor policía —dijo serio y con voz alta —me parece que a mi defendida la están poniendo nerviosa, y están tratando de que confiese algo que no hizo, ustedes deben recordar que es una menor de edad. 

—El policía hizo una mueca y dijo —y con todo el respeto señor abogado, pero —se hizo hacia adelante viéndonos —estamos tratando con una sospechosa y no vamos a ser delicados con nada, aquí no es una institución particular para reclamar trato especial —dice enojado 

—Mi abogado suspiro y me miró y dije —no sé cómo es que ese papel llegó allí —con la mirada baja 

—Mm —escribió algo y siguió con las preguntas —ahora hablemos del incendio en tu casa ¿Cómo fue que paso? 

—Yo estaba en mi casa durmiendo cuando sentí un ruido que me despertó y salí de cuarto, todo ya estaba en llamas y había mucho humo así que solo busque una salida porque estaba asustada y al final logre salir y eso fue todo —dije nerviosa 

Las preguntas sobre cómo paso el accidente de mi casa empezaron ahora, fueron muchas y fue bastante tedioso estar allí sentada, sentía mis piernas adormecidas y me dolía mucho la espalda; ni siquiera sé cuántas horas estuve allí adentro en ese cuarto tratando de responder preguntas que algunas ni siquiera las pude contestar, pero al final se terminó y yo salí de allí entumecida de las piernas y la cintura y de nuevo me regresaron a la celda donde estaba. 

Según mi abogado dijo que pasaría allí hasta que analicen mis respuestas y luego de eso tendría mi juicio que podría tardar varios días o igual podría ser rápido y todo depende que lo haya dicho en el interrogatorio, también me explico que podían darme una condena debido a que soy sospechosa tanto como podrían dejarme en libertad y eso era lo que el abogado trataría; de que me liberen sin mayor repercusión para mí. 

Mientras yo vivía ese tormento alguien esa misma noche hablaba por teléfono. 

—Hola tío ¿Cómo estás? 

—¡Hola hijo! —dice al otro lado del teléfono —me da gusto hablar contigo, he estado bien pero ya sabes ocupado con las labores de un juez 

—Jeje siempre estas tan ocupado tío y hablando de eso —dice sonriendo —Quisiera pedirte un favor ya que eres juez. 

—Por supuesto hijo, lo que sea por mi sobrino favorito…. 

Él sonrió y la llamada siguió su curso, como ya era la noche yo seguía en esa celda y me toco dormir esa noche allí. Amanecí con el cuerpo adolorido debido al ruido que había también por lo dura que estaba esa banca de metal sin mencionar que estaba congelada debido al frío y de pronto vino a mí la fiscal que había hablado conmigo ayer. 

—¡Despiértate, pronto! —me dice junto a un policía que abría mi celda 

—¿Qué pasa? —le dije asustada 



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En el texto hay: drama adolecente

Editado: 13.12.2024

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