Blue Eyes

CAPITULO 3

ALICE
Hice mi lista de compras como cada martes que iba al supermercado local, en Dolce todos se conocían y sabían que la mayoría de los negocios de aquí sostenían economías familiares de hasta diez personas y personitas, por lo tanto se intentaba apoyar con lo que se pudiera, yo por ejemplo compraba en el mercado de cada miércoles, también  todas las mañanas iba a la casa de una vecina que vendía gelatinas para poder sacar para un taco de comida, cuando veía que tenia muchas compraba como 5 o 6 dependiendo lo que llevara para gastar.

Yo por mi parte era profesora en la primaria local, mi especialidad eran los niños mas pequeños, con los que más paciencia se debe tener, aunque ya tenía un trabajo fijo también impartía clases a los niños de la calle que no tenían oportunidad de estudiar y a ellos les daba un pequeño lonche, ya fuera un sándwich con gelatinas o si tenia mas dinero hacia platillos para repartirlos en una pequeña taquiza en los parques.

Esta semana podría comprar más para la taquiza así que tome un carrito y entre buscando los productos que usaría, iba llegando al pasillo de cosas enlatadas leyendo etiquetas y empujando mi carrito a la vez, hasta que sentí un golpe en la parte baja del carrito.

-ouch ese dolió mucho mas que el de los niños-dijo el chico que se levantó sobando su cabeza-

En cuanto lo vi lo reconocí, era el chico de las noticias, Joseph el novio de Anne.

-lo lamento no te vi, estaba distraída leyendo algo-dije apenada - ¿estas bien? -

-bueno es el golpe menos duro que me ha dado la vida-rio mirándome - ¿quieres que te ayude a buscar algún producto? Soy novato, pero te ayudare en todo lo que pueda-

-estoy buscando salsas de lata, pero no las veo-dije-necesito veinte-mire su identificación en su mandil- ¿puedes ayudarme Joseph? -

-claro -respondió el y asintió-te las traigo en un momento -camino por el pasillo hasta perderse de mi vista-

Mikael me había descrito a Joseph como un tipo intimidante, pero el solo me despertó ternura, tal vez algo de torpeza pero supongo era porque era novato en este tipo de empleo, seguí mi camino por los pasillos tomando las cosas que usaría, vi a lo lejos a Joseph abriendo una caja nueva de salsas y una señora a su lado, a ella si la conocía muy bien era la abuela Mindy así la conocíamos todas las personas de este pueblo, hace 8 años había llegado pero a la segunda semana de eso se gano el amor de todo el pueblo, con esa carisma que emana, supongo que a Joseph se lo gano igual.

Al poco rato Joseph regreso con todas las latas (la mayoría aboyadas porque en el camino se le cayeron) y las puso en mi carrito

- ¿necesitas algo más? -pregunto el con una sonrisa encantadora que me contagio-

-no gracias ya llevo todo, iré a la caja -dije -te vere luego Joseph –

-adiós, señorita golpes -se despidió con una mano y se alejó –

Sin darme la oportunidad de poder decirle mi nombre

MIKAEL

Estacione mi auto a unas cuadras de lejos de donde estaban las bodegas, camine mirando por encima de mi hombro verificando que nadie me siguiera, compre algo para desayunar, puse la clave y entre al pequeño lugar.

Al encender la luz lo primero que vi fue mi pared de los recuerdos, fotos con Anne en fiestas, ferias y también en restaurantes, lo malo es que esas fotos no eran mías originalmente, Anne casi no salía conmigo, salía más con su estúpido novio y yo solo vivía de imaginar estar en el lugar de él, así que había encontrado la forma de editar las fotos a modo que saliera mi cara en vez de la de Joseph.

Después de ver eso me seguí de largo a la mesa donde tenia las cosas que había cambiado del día del crimen, básicamente lo que me incrimina e involucra, como lo era el arma homicida original la que tenia mis huellas, los zapatos salpicados de sangre y la ropa que traía puesta.

Luego de eso tenia una cama matrimonial decorada donde pensaba traer a Anne cuando me eligiera a mi pero como no lo hizo los pétalos de rosa ya se habían podrido, las velas desde esa noche no las había vuelto a encender y las sábanas se habían tornado a un color grisáceo supongo por la acumulación de polvo dentro de la habitación.

Mire la pared del fondo donde estaba mi pizarrón con toda la información del caso, mi padre me dio los contactos que necesitaría para cubrir mis huellas, la chica de mi cuartada tendría ahora una hija de 10 años, ese día se supone estuve ayudándola con el parto en su casa pues no alcanzo a llegar al hospital, eso fue lo que ella dijo a cambio de que no le quitáramos a su bebe después de tenerla.

-hora de conocer a la pequeña Ginger -sonreí –

Me puse a trabajar en mi laptop y a los 20 minutos ya tenía la dirección nueva de Ariel, Sali de la bodega cerrando todo con cuidado y conduje al sitio vi que el lugar se me hacia familiar como si ya hubiera estado aquí, iba tan perdido en mis pensamientos que no me fije cuando otro auto se me cruzo y me frene de golpe.

- ¡ten cuidado tonto! -me reclamo una pequeña cabecita desde el asiento trasero del auto de junto-

- ¡Esme! ¿Que son esos modales? -la reprimió el que supuse era su padre

Lo reconocí como el abogado de Joseph, no recordaba su nombre, pero estoy seguro era el, los vi entrar al condominio y me quede afuera esperando a que se fueran, pero mi sorpresa aumento cuando vi a la pequeña Esme jugar con otra niña que era Ginger.



#20395 en Novela romántica

En el texto hay: tristeza, romance, dolor

Editado: 06.09.2023

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