Boy Almighty

Capítulo 7.

Él tenía tanta suerte como para estar en los baños durante los almuerzos. Él tenía una maldición que lo hacía humillarse con cada cosa que hacía, aunque ya estaba acostumbrado y sus emociones no se presentaban cuando le sucedía una desgracia.

Su mirada baja siempre era burla de parte de los demás.

La mesa vacía le recordaba las bromas que tenía que pasar cada día, como un obstáculo para llegar a la plataforma sin nadie esperándolo o salvándolo. 
Su día no había estado tan mal, a excepción de su maestra de filosofía que habló sobre los condenados y pecadores, las miradas hacia Harry sobraron cuando dijo "gay" con la fuerza necesaria como para que los oídos del rizado chillaran.

Sabía que era hacia él. Todo lo malo relacionado hacia ese tema, recaía sobre él por ser el único idiota que aceptaba lo que era. No con pecho en alto, pero sí dando la cara.

—Cuidado, idiota —dijeron tarde, ya que su camisa terminó manchada de salsa que por casualidad fue derramada únicamente sobre él.

Saltó, tratando de apartarse lo suficiente de la bandeja, pero Zayn volvió a empujarlo hacia adelante soltando una carcajada cuando logró su cometido.

—Te dije que tuvieras cuidado. —La mayoría del salón se soltó a carcajadas y otros lo miraban con pena, agradeciendo en silencio no ser ellos quienes tengan que pasar por lo que pasa el rizado. Luego estaba Louis.

Louis permaneció al lado de Zayn, como siempre, y sonreía de lado con egocentrismo, como si nada en el mundo le bajara esa sonrisa llena de arrugas a los costados de sus ojos. Sonreía como si tuviera el mundo sobre sus manos, sin saber que el poder en exceso es una condena al pasar el tiempo.

Harry lo miró fijamente buscando a alguien que nunca encontraría; el pequeño que perdió algún día. Louis solo frunció su frente hacia él cuando no bajó la vista, y Harry entendió que debía hacerlo, así que lo empujó con todas sus fuerzas los hombros de rizado hasta que hasta que no quedó nada de su comida en su bandeja, toda desparramada en su estómago y parte de su cara.

Zayn rió con fuerza siendo acompañado por los demás, haciendo que Harry levantara la mirada del desastre en su ropa al rostro complacido de Louis, con oscuridad en sus ojos que decía más que sus acciones. ¿Y qué? Solo Harry podía verlo, porque cada vez que sucedía algo así, el mundo se volvía un video reproducido en cámara lenta, donde solo Harry analizaba los pequeños detalles.

—No me mires —le dijo antes de caminar hacia su respectiva mesa. No mirando atrás.

Harry demoró muy poco en levantarse, escuchando las risitas que no cesaban. La vista de todos clavada en su espalda hizo que no dudara cuando salió del salón de almuerzo. Hizo sus cálculos enseguida para saber si le alcanzaría para comprar otro almuerzo o lo que sea, pero sabía que no tenía nada en su bolsillo porque sus padres decidieron que él era lo suficientemente mayor como para valerse por sí mismo, pero la realidad era que no estaba ni cerca a ser mayor legalmente.

Sus pasos eran lentos y fueron los únicos que se escucharon, ya que estaba totalmente solo. Pero ya estaba acostumbrado y no sentía lástima por sí mismo porque una parte de él le recordaba por qué estaba sufriendo.

Idiota, se repitió en su mente y golpeó su casillero con odio tratando de apartar los malos sentimientos que provocaban nostalgia en su organismo. 
No faltaba mucho para salir, pero no podía seguir sin una camiseta y mucho menos podía entrar a clases con una sucia; sus maestros eran tan malos que seguramente terminaría castigado. Pero la chaqueta estaba ahí, iluminado el oscuro casillero y tentándolo.

—No puedo —le susurró a la nada, sin esperar una respuesta o una súplica.

¿Qué más daba? ¿Unos golpes más, unos golpes menos?

La tomó con su cuerpo erizándose. Fue rápido cuando desplazó su camiseta sucia de su cuerpo y colocó la chaqueta en su torso. Se sintió bien, aunque el olor de Louis siguiera plasmado en ella, y sinceramente no era como si le importara.

Todavía recordaba cómo fue que la chaqueta fue a dar a sus manos, se le hizo inevitable no pensar en lo repugnante que hubiera resultado todo si Louis hubiera seguido con su absurda broma. Se odiaría para siempre y ese odio terminaría cuando acabara con su respiración, y no por el acto sino por quien lo estaba haciendo.

—¿Qué demonios sucede contigo? —preguntaron a sus espaldas. Pegó un salto al girarse y lograr ver a Louis parado frente a él con su frente fruncida, tan común en él que Harry temía de sus ganas de decírselo en voz alta.

—Yo... —susurró sin saber qué más decir. No tenía una excusa que decir, y Louis pareció tener piedad con él cuando tiró de su mano para sacarlo fuera de los pasillos.

Harry no pudo evitar ver como su piel estaba junta, lo más que había estado al transcurrir tanto tiempo. Y él se sentía igual de cálido, ¿por qué?



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En el texto hay: larry stylinson, gay

Editado: 20.03.2019

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