Harry no quería sentirse incómodo, pero lo que más deseaba era que Louis no llorara porque eso los beneficiaría a ambos. Por parte del castaño, se ahorraría no morir deshidratado —lo cual es absurdo y no real, y por parte del rizado, se ahorraría la culpa por estar de pie frente a él sin tener una idea clara. ¿Qué debía hacer? Tenía al chico que lo golpeaba en el instituto frente de él, llorando a mares porque su madre tenía cáncer. Y su madre era Jay, y el chico era Louis. No podría hacer algo, así de simple.
—¿Qué? —Se giró con rapidez hacia la voz cuando no la reconoció y su sorpresa fue grande cuando Zayn lo saludó con su barbilla. ¿Cuánto llevaba de pie? Sus mejillas dolieron porque seguramente lucía como un ridículo e insensible chico cuando era todo lo contrario—. ¿Qué pasa?
Louis sorbió su nariz y negó, comenzando a caminar hacia la camioneta del moreno. Harry la vio y no evitó arrugar su nariz por lo antiguo que parecía el coche, y es que él se había criado entre dinero, pero teniendo que pagar un gran costo.
—¿Harry? —llamó el chico moreno y el mencionado pegó un brinco del susto. Por su mente pasó que lo golpearía por ver de mala forma su auto. Era Zayn, el mismo que hacía unos días trató de violarlo—. ¿Qué mierda está pasando? ¿Por qué están en un hospital?
El de ojos verdes se encogió de hombros y miró con pánico hacia Louis, quien ya estaba dentro del auto.
—Es su mamá —terminó diciendo en tono bajo—. No sé si pueda decirlo.
Zayn hizo un gesto que lo hizo sentirse idiota.
—Soy su mejor amigo —dijo con obviedad y girando sus ojos—, me lo terminará contando.
—Tiene leucemia.
Esperaba que Zayn dijera cualquier idiotez, o que incluso soltara una carcajada. Pero su expresión cambió drásticamente y Harry temió que él también se lanzara a llorar.
—¿Estás hablando en serio? —susurró y el menor asintió.
Tampoco esperó que Zayn corriera hacia el interior del hospital.
Se quedó estático en un lugar hasta que pequeñas gotas cayeron del cielo. Le pareció irónico todo lo que estaba sucediendo y su estómago se contrajo porque los chicos malos no eran en realidad chicos malos. Estaban ocultando sus sentimientos, debería ya haberlo imaginado, pero estaba pensando en cómo acabar con sigo mismo.
Caminó hasta el auto no muy seguro de si era lo correcto, ya que Louis Tomlinson estaba dentro y su mejor amigo, Zayn Malik iba a conducir y no tenía una buena relación con alguno de ellos. Apenas había avanzado a un abrazo con Louis y no fue en el mejor momento.
De todas formas, nunca se había imaginado volver a tenerlo tan cerca.
—El instituto ya terminó —le susurró el mayor cuando estuvo dentro. Desde los asientos traseros, Harry notó su nariz roja—, podemos llevarte a tu casa, si es lo que quieres.
Balbuceos salieron de su boca y se puso más nervioso cuando Louis se giró hacia él esperando una respuesta. Lo mejor que pudo hacer fue encogerse de hombros, fue una mala respuesta porque Louis sonrió de lado con pereza.
—Creo que iremos a la casa de Zayn —comentó, como si a él le importaba—. Vamos a fumar así que no es el mejor ambiente para ti.
Tú no eres lo mejor para mí, le dijo en su mente y abrió su boca para decirlo, pero cayó en cuenta de lo egoísta que sería, o tal vez no. Quizá no lo decía porque lo estaba complaciendo sin darse cuenta porque no pensaba con claridad, como siempre.
—No me importa.
Louis sonrió y volvió a girarse.
No, no, no. Pensó unas cuantas maldiciones por lo idiota que estaba siendo, y lo fácil.
—No —dijo en voz alta y el castaño lo miró enseguida—. No puedo, lo siento.
Él frunció su frente con confusión.
—No puedo ir con ustedes —aclaró en seguida, con muy pocas gotas resbalando en su rostro—, esto no es normal. Estoy aquí porque tú eres mi chófer y debes llevarme a casa, es tu obligación.
Asintió como si eso le fuera a dar fuerzas.
Acababa de dar un paso hacia atrás pensando que había avanzado solo un poco, pero nunca había sido así porque Louis seguía tratándolo igual, ¿cierto?
—¿Quién te dijo que soy tu chófer? —Rió y lo miró con gracia. Harry no se encogió en su lugar, fingía tener euforia.
—Lo supuse —susurró, odiándose más por sonar como sonó: débil—. Ahora quiero ir a mi casa.
—Como sea.
Se giró rodando sus ojos y la culpa no demoró en llegar a su sistema, pero a quién quería engañar. Louis cambiaba constantemente de personalidad, casi podía definirlo como una persona bipolar por estar en un momento intentando violarlo y en otro salvándolo y dándole su jodida chaqueta. ¿ En qué clase de persona se había convertido? Y por qué él le estaba siguiendo el juego, era otra pregunta sin una clara respuesta.
Tenía que alejarse de los problemas y Louis era uno obvio.