HOY.
CIUDAD DE NUEVA YORK.
APARTAMENTO DE KIM TAEHYUNG.
En Japón, tienen algo que se llama Kintsugi - el arte de la reparación de la hermosa cerámica con oro. El resultado es una pieza que evidentemente, se ha roto, pero es más hermosa por eso mismo.
Es un concepto que siempre me ha fascinado.
Muy a menudo, la gente trata de ocultar sus cicatrices. Como si el más mínimo daño demostrara lo débiles que son. Ellos catalogan sus cicatrices como errores y esos errores con vergüenza. La perfección siempre empañada.
El Kintsugi hace todo lo contrario. Dice: "Hay belleza que nace de la tragedia. Mira estas preciosas líneas de expresión llenas de experiencia ".
Mientras estoy en mi pasillo, mirando fijamente a la puerta principal que retumba con los golpes de mi ex-novio, pienso que aunque el Kintsugi era un concepto noble, no cambiaba la verdad de que una vez que algo se rompe, nunca se podrá reparar. Labelleza reparada, no importa lo elegante que fuese, no será así más. Seguirá siendo sólo una colección de piezas personificando a su antigua forma.
A juzgar por su correo electrónico de esta mañana dejando su alma al descubierto, que incluía una declaración épica de amor, estoy creyendo que Jungkook me quiere reparar. Irónico, teniendo en cuenta que fue él quien me rompió primero.
Sé que piensas que me fui porque no te amaba, pero estás equivocado. Siempre te he amado, desde el primer momento en que puse los ojos en ti.
Me pasé tanto tiempo creyendo que recibía lo que merecía cuando la gente me dejaba, que no me detuve a pensar que ya tenía lo que me merecía cuando te conocí. No podía comprender que si dejaba de ser un enorme idiota inseguro durante cinco minutos, tal vez . . sólo tal vez... yo podría mantenerte a mi lado.
Quiero recuperarte, Taehyung.
Tú me necesitas tanto como yo te necesito. Los dos estamos hechos el uno para el otro, y me ha llevado demasiado tiempo poder darme cuenta de eso.
Ahí están los golpes de nuevo, esta vez más fuertes. Y sé que tengo que abrir.
Él tiene razón. Estoy vacío sin él. Siempre lo he estado.
Pero ¿qué es lo que tengo para dar que no sea un cáscara de la persona de la que se enamoró?
No seas tan estúpido como lo fui yo y dejes que las inseguridades ganen. Déjanos ganar. Porque sé que tu piensas que amarme de nuevo es un juego al azar y que tus probabilidades son bajas, pero déjame decirte algo: Soy una apuesta segura. No podría dejar de amarte aunque quisiera.
Es muy posible que él me ame y aun así me deje. Lo ha hecho una y otra vez.
¿Estoy aterrorizado de que aún me puedas hacer daño? Claro.
Probablemente de la misma manera que tu estas aterrorizado en que yo te lo haga.
Pero soy lo suficientemente valiente para saber que definitivamente vale la pena el riesgo.
Déjame ayudarte a ser valiente.
Valiente es una palabra que no he usado para describirme desde hace mucho tiempo.
Mi teléfono vibra con un mensaje.
“Hey. Estoy en tu puerta. ¿Estás ahí?"
La emoción y el miedo se arrastran por mi columna vertebral, corriendo para ver quién puede paralizar mi cerebro primero.
Cuando acabé de leer su correo electrónico, necesitaba verlo. Pero ahora que está aquí, no tengo ni idea de qué hacer. Mientras camino por el pasillo, parece que estoy soñando. Al igual que he sentido que los últimos tres años han sido una pesadilla y estoy a punto de despertar. Todo va a cámara lenta. Importante.
Cuando llego a la puerta, ajusto mi bata y exhalo en un esfuerzo por calmar mis nervios. Luego, con una mano tembloroso, abro.
Me obligo a respirar mientras la puerta se abre para revelar a Jungkook, teléfono en mano. Muy apuesto pero cansado. Nervioso. Viéndose casi tan nervioso como me siento yo.
-Hey. -Dice en voz baja. Como si tuviese miedo de que fuese a echarlo.
-Estás aquí.
-Sí.
-¿Cómo? Quiero decir, acabo de enviarte un mensaje. ¿Estabas ya aquí?
-Uh... sí. He... bueno, hace un rato que estoy por aquí. Después de enviarte el correo electrónico, no podía dormir. No podía dejar de pensar en cosas. En ti -Él miró hacia abajo al teléfono y lo guardó en el bolsillo-. Yo quería estar cerca de ti, en caso de que... -sonríe y sacude la cabeza.
Quería estar aquí. Cerca.
Su chaqueta está en el suelo, arrugada junto a un vaso de cartón de café.
-Jungkook, ¿cuánto tiempo has estado aquí?
-Te lo dije, un tiempo.
-¿Hace cuanto, exactamente?
Su pequeña sonrisa esconde algo más profundo. Algo desesperado.
-Unas pocas horas, pero siento... -Él baja la mirada y sacude la cabeza-, me siento como si hubiese estado aquí esperando durante tres años, tratando de encontrar el valor para llamar a la puerta. Supongo que el correo electrónico fue mi forma de hacerlo.
Cuando levanta la vista de nuevo, por primera vez en mucho tiempo, veo miedo en sus ojos.
-La verdadera pregunta es, ¿vas a dejarme entrar?
Me doy cuenta de cómo estoy agarrando el marco de la puerta con la mano derecha, mientras sostengo la puerta con la izquierda. Todo mi cuerpo bloquea la entrada. Es como si todo lo que soy está subconscientemente de pie en su camino.
Se inclina hacia delante lentamente, muy lentamente.
-Leíste mi correo, verdad?
De inmediato, el espacio entre nosotros se siente muy pequeño.
-Sí.
Él pone las manos en los bolsillos con expresión cautelosa.
-¿Y? ¿Ayudó?
No sé qué decir. ¿Espera algún tipo de declaración de mí parte? ¿Algo para que iguale sus miles de "te quiero"?
-Jungkook, el correo electrónico ha sido... increíble.
Al parecer, eso es todo lo que quiere oír, porque su rostro se ilumina.