HOY.
CIUDAD DE NUEVA YORK.
APARTAMENTO DE KIM TAEHYUNG.
-Déjame entrar, Taehyung. Por favor -Él es tan persuasivo. Calmando y insistiendo mientras mueve sus dedos por mi brazo antes de coger de mi cuello, para luego suavemente ahuecar mi cara-. Sólo suelta la puerta.
Él se inclina, los labios suaves contra mi mejilla. Luego está su cálido aliento en mi oído. Cierro los ojos mientras un temblor recorre mi espina dorsal.
-Sé que el correo electrónico no compensa todo lo que hice.
-No, no lo hace.
-Pero quise decir cada palabra, y si me dejas entrar, puedo probártelo. Demostrártelo. Amarte. Por favor...
Él roza sus labios contra mi oído, y me hace temblar. Envuelve sus dedos alrededor de los míos y los aleja de la puerta.
-¿Quieres aferrarte a algo? -Dice-. Aférrate a mí -Él trae mis manos a su pecho. Cuando hundo mis dedos en sus músculos, él no se inmuta.
-Jungkook, no sé si puedo hacer esto.
-Lo sé. Deja que te ayude.
-Tú nunca dejaste que te ayudara en el pasado.
-Debería haberlo hecho. No cometas los mismos errores que yo. Por favor. Deja que te enseñe lo diferente que puede ser.
Cierro los ojos mientras aprieta mis manos contra su pecho y acaricia mis dedos.
¿Estoy haciendo esto? ¿Considerando el intentarlo de nuevo? ¿con él?
Me quedo mirando a su pecho. Su camisa esta desabotonada . Es azul.
Él aprieta mis manos. -Yo sé que tú estás pensando que has estado adormecido durante mucho tiempo, que no sabes cómo despertar. Que todos esos sentimientos desordenados que remuevo en ti, te hacen desear nunca haberme conocido.
-La verdad sí -Suspiro.
Él hace una pausa durante unos segundos, y luego dice. -Así es como me sentía yo por ti. Cuando comenzamos a llevarlo más en serio, todo lo que sentía se hizo demasiado grande. No ayudó que en mi interior una voz paranoica se mantuviera susurrando que tú ibas a destruirme. Estoy seguro que en tu cabeza, hay una voz que dice la misma cosa.
Es verdad. La diferencia es que yo no tuve nada que ver con la creación de sus problemas de confianza, sin embargo, él es la única razón de todos los míos.
-Pero tú ya me dijiste que podías hacer esto por dos veces antes -le digo-. Y las dos veces me rompiste el corazón.
Él acaricia mis manos otra vez. -Taehyung, mírame.
Me esfuerzo por levantar la mirada hacia sus ojos. Cuando lo hago, él no me deja mirar hacia otro lado.
-En el pasado, yo pensé que podía ser lo que necesitabas. Pero pensar y saber son dos cosas diferentes. Ahora, yo lo sé. Permíteme demostrarte que puedo amarte de la manera que te mereces.
Ahora ya no sé lo que me merezco. Yo solía pensar que lo merecía a él. Pero él me probó que estaba equivocado una y otra vez.
Esta vez si él llegara a fallarme, no quedaría nada de mí.
🌿
SEIS AÑOS ATRÁS.
WESTCHESTER, NUEVA YORK.
THE GROVE.
Durante dos semanas, Jungkook es todo lo que siempre había esperado. Es cariñoso y atento, y tenemos verdaderas citas los viernes y sábados por la noche. Incluso me compró flores. Dos veces.
No puedo creer el cambio.
Tampoco lo puede creer nadie en nuestro grupo de amigos.
—Qué demonios le has hecho a Jeon? -Chanyeol pregunta cuando Jungkook deja nuestra mesa en la cafetería para ir a comprarme una bebida. —. Es como esa película espeluznante donde todo el mundo es tomado por los extraterrestres y se convierten en seres súper agradables. Él no me ha dicho que me vaya a la mierda esta semana. Eso es malo y poco natural.
Hyungsik se encoge de hombros. -Tal vez el amor de un buen chico lo ha cambiado -Él me da una sonrisa-. Personalmente, me alegro de que dejara de ser un imbécil. Estaba empezando a molestarme.
Jennie saca un compacto y pulveriza su nariz. -Bueno, yo lo llamo mierda. Nadie tan rudo como Jeon cambia durante la noche, no importa lo mucho que él quiera. ¿Has visto esa mirada que le dio a Hyelin en la clase de máscaras hoy? Si sus ojos fueran rayos láser, ella seria polvo. El verdadero Jeon sigue ahí, eso seguro.
Trato de ignorarlos. No me importa lo que digan. Jungkook ha sido increíble, y yo voy a disfrutarlo por todo el tiempo que sea posible.
Cuando él regresa a la mesa, me da un largo beso. Todo el mundo se queda en silencio. Chanyeol se levanta y estudia la parte posterior del cuello de Jungkook.
-¿Qué demonios estás haciendo?
-Nada -dice Chanyeol, y se levanta sobre sus dedos de los pies-. Sólo buscaba el tentáculo alienígena conectado a tú cerebro.
Jungkook frunce el ceño y lo empuja lejos. -Vete a la mierda, Chanyeol.
Cuando todo el mundo exclama y rompe en aplausos, Jungkook me mira con una expresión confusa.
Yo niego con la cabeza y le pongo a mi lado.
Unos minutos más tarde, Chanyeol lanza una de sus bromas épicas. Cuando me vuelvo a mirar a Jungkook, él esta sonriendo, pero hay algo en sus ojos.
Una tristeza cansada. Como si estar en esta versión de sí mismo fuera agotador, pero se niega a renunciar a ella. Una parte de mí quiere ignorar lo mal que es eso y sólo creer en él, pero entonces yo estaría fingiendo tanto como él.
No importa lo mucho que quiero negar la verdad, cada día se hace más evidente que él es como un naufrago aferrado a una balsa que se hunde.
Cada vez que intento hablar con Jungkook de lo que está pasando con él, o bien cambia de tema, me ignora, o usa su atractivo sexual como arma para distraerme de todo, menos de mi creciente necesidad de sexo.
Eso es lo que está haciendo ahora.
Está entre mis piernas, balanceando y presionando su pelvis de una manera que él sabe que me vuelve loco. Estoy tan desesperado por tenerlo dentro de mí, que casi estoy mendigando.