SEIS AÑOS ANTES.
CONDADO DE WESTCHESTER, NUEVA YORK.
Dos semanas. Dos semanas sin hablar con él. Dos semanas en las que cada mirada ha sido furtiva y fugaz.
No puedo decir que su efecto en mí está disminuyendo, pero ciertamente estoy mejorando en ignorarlo. Es sólo cuando me veo obligado a mirarlo que mi control vacila.
Cuando se para delante de la clase para actuar, el magnetismo de células profundas que me atraen hacia él patean a toda marcha y tratan de romper mi resolución.
Es en esos largos momentos surrealistas, cuando lo único que se me ocurre es lo mucho que todavía lo quiero, que el hierro fundido con que he envuelto mi corazón amenaza con doblarse.
Pero entonces llamo a mi amargura, y es así como la ira es mi aislamiento. Permite que la fiebre de la lujuria sea drenada como el agua turbia del baño.
Sus actuaciones son consistentemente buenas, pero ruedo mis ojos cuando él sigue restringiéndose, manteniendo esas últimas piezas frágiles de sí mismo ocultas, escondiéndolas ya sea de que brillan o exploten.
Cuando termina, yo aplaudo con todos los demás, pero estoy aplaudiendo su autoengaño más que su actuación.
Bravo por fingir una vez más, Jungkook.
Eres una perfecta copia falsificada de alguien que pensé que amaba.
Estamos cantando, en voz alta. Girando y el bailando después de haber fumado algunos porros de la cosecha propia de Sehun. La clase no empieza hasta dentro de media hora, y me alegro porque ha pasado tanto tiempo desde que me reí, que no quiero que termine.
No sé cómo me sé las palabras de Can't Take My Eyes Off of You, pero lo hago. Todos lo hacemos.
Estamos repugnantes y fuera de tono, pero algo del peso que he llevado en mi pecho desde la ruptura es finalmente izada.
Miranda me gira hacia Chanyeol. Él me recoge y me pasa a Sehun. Aiyah nos abraza a ambos y me acaricia el pelo. Sehun le grita “Levanta las manos” a Hyungsik, luego me lanza a sus brazos.
Hyungsik se ríe mientras se balancea, y entonces estamos en el suelo. Todo el mundo se está riendo. Hyungsik tiene sus brazos a mi alrededor, y mientras me río con él, su sonrisa cae lentamente, como la pintura goteando de un lienzo. Me mira, y antes de darme cuenta, no estoy riendo más, tampoco. Su rostro está demasiado cerca. Su expresión está pidiendo demasiado, ya que me canta sobre ser demasiado bueno para ser verdad.
Durante largos segundos, creo que me va a besar, pero en lugar de eso gira sobre su espalda y me acerca contra su pecho.
La gente baila y canta a nuestro alrededor, como si estuviéramos en la pieza central de algún extraño ritual pagano, y a pesar de que se siente mal estar en una posición tan íntima, me quedo allí, probando mi reacción. Es cálido y huele bien, y me gusta la forma en que acaricia suavemente mi brazo.
Pero no es él al que quiero.
Cuando Jungkook me dejó, llene todos los huecos que dejó con concreto. Me protege contra el sentimiento de sentir demasiado.
Por otra parte, eso es todo lo que hay. No hay espacio para nada ni nadie.
Yo cierro mis ojos. Todo lo que consigo son imágenes de Jungkook.
Me siento claustrofóbico.
—Oye, ¿estás bien? -Hyungsik está preocupado. Yo también. Su voz es incorrecta. Su rostro es el equivocado. Quiero estar en otros brazos. Tener un latido diferente golpeando bajo mi mano.
Me levanto y tambaleo hacia la fuente de agua. Bebo para siempre, y luego simplemente dejó que el flujo de agua resbale sobre mis labios y lengua. Me siento disecado.
—¿Taehyung? -Hyungsik está ahí, muy atento y agradable. Tan diferente de Jungkook—. ¿Estás
bien?
Asiento con la cabeza y trato de sonreír. —Sí, estoy bien. Sólo un poco mareado, supongo.
No, esa descripción es demasiado simple. Tengo un completo vértigo emocional. Estoy completamente girando alrededor. Boca abajo y de adentro hacia afuera. Odio malditamente como me siento sin él.
Dejo que Hyungsik ponga su brazo alrededor de mí y me acompañe a clase. Dejo que Jungkook vea mientras me abraza cuando entramos. Me permito sonreír cuando la cara de Jungkook se transforma en una nube de tormenta de las más oscuras dimensiones.
Bien. Deja que el sea volteado de adentro hacia afuera, también.
Por lo menos ahora mi maldad tiene compañía.
—¿Sr. Kim?
Hyelin me está mirando con preocupación en su rostro. He estado de pie cerca de su escritorio, mirando por varios minutos al grupo de asignaciones enumerados en el tablero, incapaz de procesar lo que ha hecho.
Ella sabe de Jungkook y yo ¿Cómo no podría? cuando todo el mundo está siendo un hervidero de moscas volando sobre un cadáver en descomposición. Han pasado más de dos meses, y sin embargo, no hay manera de que pudiera ser completamente ajeno a la emoción de la expectativa que sigue a las vibraciones en el aire cada vez que damos un paso en una habitación juntos.
Es como si todo el mundo estuviera rezando para que nosotros peleemos. O jodamos. O ambas.
¿Es mi fachada tan impecable que ella cree que hay alguna infernal posibilidad de que yo puedo actuar con él de nuevo?
Echo un vistazo a Jeon. Él está mirando a la pizarra con una expresión de shock similar.
—¿Sr. Kim? -Dice Hyelin, más fuerte. —. ¿Hay algún problema?
La mayoría de la gente ha recogido y se han ido, pero los pocos que se han quedado permanecen en silencio, como si estuvieran asustados de que si se mueven, van a asustar el drama que está a punto de suceder.
—Hyelin... Yo solo...
¿Cómo puedo decir esto sin todo el mundo se de cuenta de lo débil que soy?
-Los grupos de trabajo de escena. No estoy seguro de que puedo estar en ese grupo.
Chanyeol y Aiyah merodean cerca de la puerta. Sehun está fingiendo jugar con el cordón del zapato. Lisa y Jennie mantienen un ojo en sus teléfonos, al mismo tiempo que nos miran con picardía. Hyelin cortésmente les pide a todos que salgan.