Cuando Astoreth y Astaroth se encuentren, la batalla entre ángeles y demonios comenzará.
Astaroth es conocido como el gran duque del infierno, tesorero infernal y comandante de los ejércitos del mal, forma parte de la primera jerarquía demoníaca, como Lucifer. Su imagen es terrorífica, posee dos pares de alas, unas de murciélago negras y otras blancas y más pequeñas, sus manos y pies son como los de un dragón, lleva una gran corona en la cabeza y sostiene una serpiente en la mano, va montado sobre un lobo infernal de al menos cinco metros de alto, con enormes colmillos llenos de sangre, garras y unas alas de dragón. El demonio seduce por medio de la pereza y la vanidad, conduce a los humanos a tesoros escondidos y manipula la línea del destino, ya sea humano, o para cualquier otro ser. No hay hechizo que pueda proteger a nadie de éste gran demonio. Es el príncipe de los acusadores e inquisidores, sus ojos son tan profundos que quien ose mirarlos pierde inmediatamente su alma. Hasta el momento, no hay ser conocido que haya logrado enfrentar y sobrevivir ante el demonio, solamente el mismo Dios pudo enviarlo a lo más recóndito del infierno.
Su historia comenzó cuando Dios decidió dotar a un ángel de gran sabiduría, misericordia, cultura y belleza, para ello escogió un pequeño ángel con un aspecto simpático llamado Astaroth. Le permitió aprender todos los conocimientos posibles, trasformando en el ángel de la ciencia, con el don de conocer el destino y manipularlo, en el cielo era admirado por su gran poder y belleza, algo que cada vez engrandecía más su ego, sintiéndose superior a todos los demás ángeles presentes en el gran reino. Poco a poco su egolatría aumentó al nivel de sentirse superior a su propio padre, su ambición también creció y vio en la línea del destino más de lo que debía, desde ese momento ambicionó el poder y la destrucción de su creador. Cuando se revelaron sus intenciones fue expulsado del cielo y dividido en dos partes, una masculina y otras femenina; Astoreth; ambos dotados de gran belleza, pero con su alma totalmente negra, ambos podían camuflarse detrás de la belleza, pero en su interior eran seres repugnantes y horribles.
Astaroth fue lanzado a lo más profundo del infierno, para que sufriera por toda la eternidad. En cuanto a Astoreth fue enviada a sobrevivir con los humanos, Dios sabía que para la parte femenina de Astaroth, ese era el peor castigo, ya que era la parte más ególatra, y creía que era superior a los humanos, pero fue maldecida a nunca poder viajar entre los reinos y vivir eternamente como una humana más. No fue hasta que fue capturada por los mismos humanos y encerrada en el lugar más sagrado de la Tierra, y encarcelada con la sangre del hijo de Dios.
Desde entonces ambas partes buscan reencontrarse con su otra mitad, pero ninguno de los dos puede moverse entre los reinos. El demonio considera que fue injustamente sentenciado y sueña con que se le devuelva el título de los tronos entre los ángeles. Buscando a su mitad se volvió más fuerte, más perverso y más inteligente. Cualquiera que se acerque al demonio, puede recibir lo que más soñó, pero entregando como precio, lo que más adora, provocándole a cualquiera el mayor dolor que puedan sentir. Astaroth y Astoreth consideran que todos los humanos y cualquier otro ser que exista, debe sufrir lo que ellos sufren al estar separados por la eternidad, por esa misma razón, hacen sufrir a los humanos, dotándolos de sabiduría, un arma de doble filo, además de envenenar sus almas con odio, ego y envidia.
En cuanto Astoreth y Astaroth se reúnan, comenzará la guerra entre los ángeles y las legiones del infierno.
El demonio puede ser invocado, tanto por humanos como por brujas, pero deben perder la mitad de su propia alma. Y el demonio solamente se puede aparecer en forma fantasmal, jamás en carne y hueso, concede cualquier deseo, al momento no cobra, pero mientras más disfrutes tu deseo, más seres que amas vas perdiendo.
Astaroth sufre en el infierno, llora por su parte femenina, mientras cabalga en su lobo por todo el reino, dejando destrucción y más sufrimiento a su paso. Astoreth fue encerrada, y todos los días lloraba en silencio, sufría por como la sangre de uno de los seres más divinos quemaba su piel. Ambas partes sienten que su otra parte está viva y que los está buscando, pero no pueden viajar a otros reinos, ese poder se les fue arrancado y entregado a las brujas.
Las brujas son seres capaces de viajar a otros reinos y dimensiones. Aunque el Garg sea el lugar al que no pueden acceder en carne y hueso, descubrieron que pueden bajar en su forma astral, pero si Mallory u otro ser las asesina ahí, nunca van a poder volver. Unas brujas perfeccionan más la técnica de viajar entre reinos y dimensiones, éste es el caso de la directora Han.
Cuando Astoreth poseyó a Han, logró poder bajar al Garg, pero sabía que, si intentaba bajar al infierno, podía morir y la bruja se podía salvar, no quería perder su única oportunidad de reencontrarse con su parte masculina. Por lo que se vio en la necesidad de cerrar el trato con Mallory. Los demonios eran seres que lograban todo por sus propios medios, pero las brujas eran descendientes de Lucifer, era casi trabajar con un demonio, de esa manera lo quiso ver Astoreth.
Estar en el cuerpo de una bruja, le daba ventajas al demonio, podía acceder a hechizos que pudiera necesitar, podía comunicarse con cualquier ser en todo el mundo, pero lo más importante, logró avisar a su amado que estaba a punto de reunirlos.
Cuando ambas partes se unan, no solo la guerra se va a desatar, sino que Astaroth puede ser consumido por su poder y destruir la existencia tal y como la conocemos. Podría volverse el padre del tiempo y el espacio, por lo que no habría ser que lo pudiera detener.