Al termino del primer año de básico, no hubo cambio alguno. Al empezar el segundo año de básico, ya no sentía la diferencia entre lo que hacía y le decían. Empezó a ignorar todo lo que le decían, a tal punto que ya era normal para él escuchar o realizar las mismas cosas.
Estando en segundo básico, empezó a notar que no era lo que quería. Wilson, de empezó a preguntar que era lo que realmente deseaba, pues al escuchar los sueños de los demás, no podía quedarse atrás sin saber el porqué. Estando en clases, no era algo raro el que sus compañeros le hablaran sobre sus novias, pero en aquella ocasión le preguntaron si le gustaba alguien de la clase. Wilson, a pesar de haberles negado el que le gustara alguien, pensó - de verdad, será que me gustará alguien. No puedo negar que las compañeras son hermosas pero, además de eso, ¿porqué no me ha llamado la atención alguna de ellas?. No puede ser que sea el mo llevarnos tan bien pero, en mi caso, no creo que las vea nada mas como unas compañeras o amigas. ¿Amigas? - se rió - no creo que realmente me consideren como tal. Bueno, al ver como es que a muchas toman como un juego el noviazgo, no creo que este mal el que me encuentre sin ninguna. Tal vez, lo que debo de buscar en ellas, debe ser algo real; algo que no quiera dejar. Bueno, al fin y al cabo, todos ellos dicen que soy un niño. Si ser niño es no tener o hacer lo que hacen, no me importaría seguir siéndolo un poco más -.
Al terminar aquel día, Wilson no tenía nada más que hacer. Quiso, antes de ir a dormir, intentar volver a soñar despierto, como lo hacía antes. Lo que Wilson quería lograr con ello era olvidarse de la realidad, aunque sea por un solo minuto. Wilson deseaba entrar en aquel mundo, donde nadie le podía colocar reglas o, por lo menos, donde hubiera personas que le escucharan de verdad y confirmaran en él para hablar, incluso, de sus sueños de ellos. Era algo irónico lo que deseaba Wilson pero, la simple razón de no recurrir a las drogas, no podía entender que era lo que pasaría si intentara hacer lo mismo que hacían varios. Wilson había visto a varios de su edad, menor o mayor que él fumando o bebiendo o fumando. Pero, gracias a que sus papás les habían dicho lo malo que era y, además, había visto lo que pasaba con muchas personas que hacían esto terminar mal. Pero, a pesar de esto, habría posibilidad de que Wilson terminara metido en cualquier cosa, aunque no fueran estas, si llegara a querer olvidar todo lo que tenía alzado en su corazón.
Wilson comenzó a meterse en los estudios, como pretexto para no tener tiempo de pensar en lo que pasaba en su alrededor. Esto ya no era algo que no podía controlar de esta manera, ya que de cierto modo se aislaba de todo. - Que más podría hacer un adolescente de 14 años, si no fuera sumergirse en el estudio para olvidar todo lo que le lastimaba -, pensaba Wilson. Él creía que, de esta manera, se podría justificar sin poner la culpa a nadie. Pero, lo que en verdad esperaba, era que deseaba que le dijeran que todo estaba bien. Era difícil de comprender, pero era lo que no entendía, realmente no quería pensar así pero a la vez si.
Conforme siguió pasando el tiempo, Wilson dejó de estar yendo al taller de su papá. Poco a poco, dejó de interesarle ayudar a su mamá. De vez en cuando ayudaba un poco en la casa o iba con su papá. Pero, incluso en la escuela, no lograba encajar con los demás. Todos sus compañeros hablaban de temas muy extraños para él o de cosas que no deberían de hablar, por lo que se iba a otra parte. En sus notas, ya no era el mejor, aunque sabía un poco más.
Wilson, al no tener que hacer y, cansado de ver televisión, se dedicó a leer libros de diferentes temas. Aunque se entretenía en la lectura, nunca terminaba de leer el libro completo. Pero, conforme más se sumergía en su propio mundo, no se daba cuenta de que nada cambiaba. Durante todo el tiempo en que estuvo guardando todo ese dolor, había empezado a ser mucho más solitario. Wilson no se daba cuenta de su propia soledad, pues no era como la mayoría de los solitarios. Este solitario, no lo podría encontrar en un diccionario, en ningún idioma podría decir lo que era este solitario. Él , estando cerca de muchas personas, era como si nunca hubiera estado con nadie. El simple hecho de querer intentar ser parte de ellas, sin darse cuenta de que lo que en realidad buscaba no era eso sino él que las personas fueran parte de él. En busca de eso, no se daba cuenta de su propio vacío.
Wilson, en ocasiones, lograba ayudar a las personas a encontrar alguna solución a sus propios problemas pero no lo lograba con los suyos. Deseando una palabra de aliento, lo que encontraba era frases como: "Gracias, por eso eres mi amigo", esta frase le hacía pensar - ¿amigo?. Acaso es ser amigo cuando lo necesitas pero, cuando no requieres nada de él, te olvidas de que existe. Amigo es ser sólo si logras evitar se meta en problemas pero no funciona cuando también necesita de él. ¿Qué es la amistad en sí?. Si sólo son mentiras las que me dices, si las creo y luego me duele él que me ignores; si puedes contar conmigo cuando necesitas ayuda pero me abandonas cuando te necesito; si puedes hablar conmigo de cualquier cosa, hasta me puedes insultar pero, cuando yo lo hago, me tomas de mal aunque no halla insultado. No puedo ser yo pero tú sí -.
Wilson seguía en esta cadena, ante todos los que lo miraban, él no hacía mayores problemas o escándalo pero, al estar en su habitación, deseaba decir todo lo que pensaba y sentía. El simple hecho de estar en su habitación, no era suficiente para poder hacer esto. Pues no quería que sus papás o cualquier otra persona lo supiera. Esto se volvía en una carga que consumía parte de su energía, por lo que siempre se sentía algo cansado, aunque no lo dejaba notar tan fácilmente. Él creía que se trataba de una parte de la adolescencia, por lo que prefería ignorarla. Tras hacerlo por mucho tiempo, el estar en segundo año de básico, ya no le era difícil ocultar todo. Se había vuelto tan bueno en esto que ni siquiera él se daba cuenta de esto. Él seguía sus tareas y cosas de diario sin notar ese dolor que llevaba consigo.