Capítulo 79: Verdades dolorosas

—Esta señora sí da vuelta, porque no nos dice de una vez dónde está Jazmín. —Susurra Jia, ella está muy intranquila y nerviosa en el mueble donde se encuentra, no para de moverse.

—Jia ten paciencia, las cosas buenas se hacen esperar.

—Paciencia he tenido por más de 20 años, yo extraño a mi hija, no puedo esperar más para verla.

—Jia, ella no tiene la culpa de nada de lo que les ha pasado a ti y a Jazmín, deja de ser tan pedante con ella y sé un poco más amable. —Habla Jun un poco molesto al ver la actitud de su hermana, Jia lo ve y chasquea su lengua, ella ignora las palabras de su mellizo y recibe a Lina con el semblante severo.

—Disculpen la tardanza, estaba preparando estas delicias, espero que sean de su gusto. —Habla Lina con dulzura mientras deja en la pequeña mesita en medio de la sala los vasos de té, y las empanadillas de pollo y langostino, que ella preparó con rapidez y cariño.

—Muchas gracias, señora. —Dice con una sonrisa sincera Mulan, ella toma el vaso de té y una empanadilla.

—Me llamo Lina y ¿ustedes son?

—Jia, soy la madre de Jazmín, estoy desesperada, necesito saber de mi hija.

—Cálmate Jia, déjanos presentarnos. Me llamo Jun, soy el tío de Jazmín y ella es mi esposa Mulan.

—Un placer conocerlos, él es Adel, él junto a otros jóvenes, entre ellos mi hijo, rescataron a Jazmín de la mano de los talibanes. Lo que me enteré es que ella cayó de un paracaídas de un avión, mi hijo estaba finalizando su guardia en la frontera, así que decidió ayudarla junto a Adel y otros dos jóvenes, ellos la quieren mucho, su hija ha estado en buenas manos. —Explica Lina, a la madre de Jazmín, con amabilidad.

—¿Afganistán?, —preguntaron todos al mismo tiempo.

—Si —Lina se ríe al verlos hablar todos al mismo momento—. Jazmín está bien, aunque en este momento está en el hospital.

—Señora Lina, ¿por qué Jazmín está en un hospital?, ¿le pasó algo a mi hija?

—Señora Jia, le tengo una noticia, no sé cómo la vaya a tomar, pero usted va a hacer abuela.

—¡Que! ¿Abuela?, —repite, Jia sorprendida— no, eso no puede ser, ¿cómo así? ¿En qué momento mi pequeña creció tanto?

—Jia, tranquila, ya Jazmín no es una niña, ella tiene 28 años.

—Es cierto, se me había olvidado. —Dice Jia con tristeza. Ya han pasado 20 años sin verla; sin embargo, para mí siempre será mi pequeña, piensa Jia.

—Señora Jia, usted y yo somos familia, yo soy la abuela de ese bebe, —le suelta Lina con felicidad.

—¿Y su hijo dónde está? Me gustaría hablar con él, me imagino que en el hospital, entonces no perdamos el tiempo y vamos. —Habla irritada Jia, ella se levanta para marcharse de este lugar, pero ninguno la imita.

—¡Jia! —Le grita su hermano ya harto del comportamiento de ella, Jun no puede negar que está sorprendido de que Jazmín haya quedado embarazada estando perdida, y de un desconocido, pero lo que más le preocupa es la salud de ella.

—¿Yo qué dije? —Él la ve y niega con la cabeza.

—Siéntate hermana, por favor. —Jun le hace señas con los ojos a su hermana para que se comporte.

Jia tiene todas sus emociones revueltas, ella está desesperada, nunca imaginó que su hija estuviera en Afganistán, ella le aterra pensar en todas las cosas que Jazmín pudo haber pasado en ese país. Ella sabe que no tiene derecho de nada en cuanto a Jazmín, pero, ¿cómo le dices a tu corazón que se calme? ¿O a tu mente que deje de pensar y de angustiarse por la persona que tanto amas y anhelas volver a ver?

—Discúlpenme, yo acabo de llegar del hospital, me gustaría tomar una ducha y prepararles el alimento a mis muchachos y a Jazmín. —Lina se levanta con tristeza, ella está poniendo todo de su parte para llevarse bien con la mujer enfrente, ella se dio cuenta de que aunque lo intente, esta mujer es un hueso duro de roer.

—¿No nos va a llevar al hospital? Por lo menos díganos el nombre del dichoso hospital.

—Usted está preocupada por su hija y yo también, hay personas malas detrás de Jazmín, ¿sabía eso? Ustedes pueden decir que son su familia, pero a mí no me consta que lo sean, voy a ducharme y luego preparar la comida, después de eso nos vamos todos al hospital, su hija está bien, hay dos personas cuidándola. —Manifiesta secamente y con malhumor—. Todos pónganse cómodos, están en su casa. Adel, si ellos necesitan algo no dudes en dárselo.

—Sí, doña Lina. — Responde el joven, Lina se retira al segundo piso a la vista de los presentes.

—Usted es muy grosera. Doña Lina ha estado cuidando a su hija toda la noche y usted tratándola de esa manera, ¡qué malagradecida es usted! —Adel le habla a Jia duramente, ella sube su ceja y lo mira amenazadoramente, a pesar de eso él no le baja la vista, aunque esta mujer es muy intimidante y más para un adolescente como él.

—¿Tu nombre es Adel? Veo que eres afgano, me gustaría saber, ¿por qué hablas tan bien nuestro idioma? —Pregunta Mulan con una sonrisa, ella trata de relajar el ambiente tratando de cambiar el tema.

—Alam nos enseñó. —Responde el joven muy orgulloso de su hermano mayor, así es que él considera Alam.

—¿Y a los otros que ella mencionó también les enseño? —Inquiere la hermosa mujer de cabello liso y negro.

—Sí, señorita. —Contesta un apenado Adel, ya que esta mujer es tan hermosa y tener esta conversación con ella lo pone nervioso.

—¿Alam es el hijo de la señora Lina? —Cuestiona Jun abrazando a su esposa, ella sonríe y entrecierra los ojos haciendo muecas con su boca, desaprobando de inmediato los celos de su esposo.

—Sí, también es el novio de Jazmín, él todavía está en Afganistán. —Explica el joven algo avergonzado, él sabía que es la esposa del tío de Jazmín, pero cómo no admirar la belleza que posee Mulan, en especial el trato que le da.

Meses antes, él también se había sentido atraído por Jazmín, aunque ella es muy mayor para él, igual que Mulan, a eso a él no le importaba, cada gesto de ella lo atraía más, poco a poco empezó a verla como a una madre, y ahora cada vez que una mujer conversa con él, no puede dejar de ilusionarse, él es muy joven, y no puede controlar todavía esas emociones que arrasan a diario con su mente y corazón.