Capítulo 90: Harry dice la verdad.

Escorpión continúa con la tortura hacia Harry, el cual no coopera y más bien continúa soportando en silencio.

—¿Dime quien te contrató? ¿No quieres hablar? Entonces tendré que… —Harry está agotado, pero a pesar de lo que le acaban de hacer él sonríe y esto cabrea a Escorpión.

—No les tengo miedo, hagan lo que les dé la gana. —Escorpión toma su cigarro y empieza a quemarle la barriga a Harry.

—No me duele, —dice Harry aguantando el dolor y riendo como un demente.

—¿Sabes de dónde somos? —Le pregunta Delfín dándole una patada en el estómago haciendo que este caiga con todo y silla al suelo.

Harry escupe sangre por la boca, pero al estar amarrado no puede levantarse así que entre Delfín y Escorpión lo vuelven a poner donde estaba antes.

—Somos agentes de la CIA y podemos torturarte hasta que mueras de dolor. —Dice Delfín molesto al ver a Harry en silencio.

—¡Jia!, el balde, —Jia llega corriendo y le arroja el balde con agua a Harry luego otro y otro.

—Gracias por el baño. —Pronuncia él en tono burlesco.

—¡Los cables! —Exclama escorpión.

—¿Qué hacen? —Inquiere Harry algo preocupado. Todos lo ignoran, Delfín trae en sus manos dos cables con ganchos, se acerca y se los coloca en los pezones de Harry.

—¡No!, ¡no!, ¿qué hacen?

—¿Ahora si tienes miedo?, ¿dinos quién te pagó para que vinieras por Jazmín hasta este país?

—No, por favor no lo hagan, fue James quien me pagó.

—James está muerto, tú debes saber quién contrató a James, ¡dilo de una vez! —Grita Jia furiosa ya está obstinada por perder su tiempo con esta escoria.

—¡Escorpión! —Exclama ella al ver que el hombre guarda silencio, Escorpión sonríe con malicia, Delfín obliga a Harry abrir su boca vuelve a meterle el trapo y a poner el adhesivo, todos se alejan de este, Escorpión levanta el interruptor, Harry convulsiona, Jia manda a bajar el interruptor y se acerca le quita el adhesivo y el trapo.

—Habla de una vez, ¿quién está detrás de todo lo ocurrido con mi hija?

—Señora déjeme respirar —Lágrimas corren por los ojos de la cara ensangrentada de Harry.

—Escorpión, levanta el interruptor.

—¡No!, esperen, voy a hablar, es Nelson. —Grita con desespero. De mala gana Escorpión quita la mano del interruptor.

—¿Quién es Nelson? —Pregunta Delfín a Jia.

—Es el hermano de Jazmín, —Le contesta ella colocándose en cuclillas y tomando su cabeza con ambas manos— estás seguro de que no te equivocas, no será Oliver la persona.

—No señora, Nelson le pagó a James para matar a su hija en Afganistán, pero luego de que James murió, ese joven no quiso seguir con el plan. —Responde el pobre Hombre con dificultad para respirar.

—Todo esto es por venganza, yo la perseguí hasta este país para hacerle pagar por haberme quemado el rostro.

—¡Cállate de una vez!, espero y nunca más vuelvas a pensar en hacerle algo a mi hija o a mi nieto, lamentablemente no te puedo matar, ya que estás en una estación de policías y sales registrado, pero juro por mi vida, que si vuelves a tocar a mi familia, vamos a hacerte sufrir hasta tu último respiro.

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En uno de los hoteles de Pekín, Oliver el padre de Jazmín escucha con atención a Jun, que rápidamente le cuenta sobre los últimos sucesos de Jazmín. Jia llamó a su hermano y le informó de que Jazmín está bien, todavía Oliver no sabe sobre Jia ni se imagina que ella está con vida.

—Debo llamar a la señora Lina para saber en qué hospital están.

—¿Quién es Lina? —Pregunta Oliver, él está feliz de que su hija esté con vida, y que la hayan encontrado sana y salva le da paz y tranquilidad a su corazón

—Es la madre de… bueno… de la persona que le salvó la vida a Jazmín en Afganistán. —Tartamudea un poco Jun, ya que sabe que Oliver al ser tan obstinado, no le va a gustar saber que el joven que le salvó la vida a su hija la enamoró y la embarazó.

—Debemos ir al hospital, necesito saber cómo está mi hija. —Oliver se levanta rápidamente de la cama, su cabeza empieza a doler y sus oídos a sangrar un poco.

—¿Estás bien? —Le pregunta Jun, preocupado se acerca a Oliver y lo ayuda a sentarse en la cama nuevamente.

—Si, es solo el malestar por el viaje.

—Eso suele pasar en los vuelos de larga duración. Debes descansar y tomar mucho líquido, y… —Jun empieza a revisar su pulso, pero Oliver lo rechaza.

—Yo estoy bien, lo que más deseo en estos momentos es ver a mi hija.

—Primero tu salud. —Le expresa Jun muy preocupado al verlo tan mal.

—No, te he dicho que estoy bien, vámonos a ver a Jazmín. —Continúa insistiendo Oliver.

Oliver con mucha terquedad se deja examinar por Jun, éste consigue su ritmo cardíaco elevado y la presión algo alta, rápidamente el médico le coloca la pastilla para la tensión debajo de la lengua, y lo manda a sentarse y relajarse varios minutos en la cama del hotel.

Jun ama ser médico, por ende siempre anda preparado, en su maleta lleva todo lo necesario para prestar los primeros auxilios a cualquier persona que lo necesite.

—No debiste haber viajado en tu condición, tienes problemas en el corazón y aun así viajaste directo sin hacer escala. —Lo amonesta Jun mirándolo con desaprobación absoluta.

—Ya, ya estoy bien, soy como un roble fuerte, todavía me quedan unos años más de vida, tranquilo. Llama a la señora y averigua dónde está mi hija.

—¿Quieres vivir muchos años más, o no?, mírate como dices que sí, pero si fuera cierto entonces dejarías de beber alcohol y empezarías a alimentarte de manera saludable. —Lo aconseja Jun sentándose a su lado. Jun está preocupado, ya que si Oliver está mal del corazón no debería de recibir sorpresas y evitar cualquier emoción.

—¿Qué hago? ¿Le digo que Jia está viva y se encuentra aquí en China? No le puedo decir que su hija está embarazada, ¿no sé qué hacer?, estoy dividido entre el deber y la lealtad a mi familia.