Capítulo 8

Miércoles, 15 de Abril de 2015.

Mañana.

   Era el tercer día que Anna se ausentaba del colegio. Daniel la esperaba como cada día, esperando verla en la ventana tomando lo que sea que tomara junto a esta, probablemente té, pero no la veía. Comenzaba a preocuparse puesto que desde que era consciente de la existencia de Anna ella nunca fallaba a su rutina, pero se forzaba a sí mismo a olvidarlo dándose en silencio la pobre excusa de la locura, se auto convencía de que preocuparse por una extraña era absurdo y sin sentido... Aunque en el fondo de su corazón, no sentía a Anna como a una extraña.
   Cada mañana Daniel se quedaba en su departamento hasta las seis con cincuenta minutos de la mañana mirando hacia su ventana, esperando verla de la nada, como siempre, hermosa, con su bello pelo castaño enmarañado y esa taza blanca y caliente en las manos que terminaba por empeñar la fría ventana, pero se decepcionaba cuando llegaba la hora de partir sin rastros de su presencia. Lunes, Martes y, ahora, Miércoles, había esperado por ella sin resultados, por tercer día consecutivo partía extrañado por su ausencia.

   Había considerado también que ella saliera antes a clases, pero comprobó que no era así al no verla en sus lugares usuales y a su único amigo solo por los pasillos. Incluso sintió la necesidad de acercarse a él y preguntarle por ella, maquinando incluso alguna que otra vaga excusa; "Soy su compañero de clase y tenemos un trabajo pendiente juntos", "Me encargaron entregarle una tarea puesto que faltó ayer", su amigo nunca lo confirmaría a no ser que le preguntase a Anna directamente, ya que era de último curso, pero ni siquiera se animó a hacerlo en primer lugar, así que sus planes e ideas quedaron en nada.

   Llegó al colegio casi corriendo, justo a tiempo para ingresar antes de que cerraran las grandes puertas de entrada y tuviera que ingresar por la de profesores, con la confusión y la decepción aún plasmadas en el rostro.