Café de media noche

Y la queso, San Lorenzo

Mientras los chicos y yo caminábamos en rumbo a mi casa me puse a pensar en Elías.

Me daba mucha curiosidad saber en dónde vivía, era obvio que en un lugar costoso, pues siempre iba bien vestido a pesar de ser media noche.

Yo si salía a media noche, salía de dos maneras:

-Como me trajeron al mundo, (a la fuerza)

-O en pijama.

Y él incluso se perfumaba.

Elías sí que era un misterio a descubrir.

Lo bueno es que tenía mucho tiempo, demasiado tiempo.

Papá no estaba en casa, me avisó en la mañana que llegaría hasta tarde, que no lo esperara, así que abrí con las llaves. Me parecía extraña su ausencia, pero estaba bien con eso, yo siempre le decía que debía tomarse tiempo para él. 

—Guau, tú papá en serio está saliendo con alguien —dijo Jonathan mientras se sentaba libremente en mi sofá, en fin, la confianza.

—Cállate Jonathan, obvio no —aventé mi mochila en una de las sillas del comedor y Jessica hizo lo mismo, para después abrir mi nevera en busca de agua...que no tenía.

— ¿Dónde carajos pusiste el agua Will?, ¿crees que caminar kilómetro y medio es agradable?

Me reí, pues estaba toda chapeteada, normalmente papá pasaba por nosotros pero, ajá.

Ya no me quiere —me acaba de comprar las cuerdas para mi guitarra—

Era mi bien merecido regalo de cumpleaños, adelantado, porque en realidad falta una semana para mi cumpleaños.

—Sólo tengo agua a temperatura ambiente Jessy Jessy —señalé el garrafón que estaba junto a uno de los sillones, ella no dijo nada, solo caminó a paso fuerte hacia el, con uno de mis vasos en mano.

— ¿Qué hacemos? —Preguntó Jonathan —no quiero venir y hacer lo que perfectamente hago en mi casa.

—Vamos a estudiar —dijo Jessica —si queremos ganar esa competencia contra San Lorenzo entonces tenemos que estudiar.

Dejo mi vaso sobre la mesa, un poco fuerte si me lo preguntan.

—Eso está bien, ¿pero y si primero comemos?

— ¡Esa idea si me gusta! —Jonathan se levantó rápidamente del sofá mientras frotaba sus manos con deseo — ¿qué nos preparó el señor R. hoy?

Rodé ligeramente los ojos.

—Pero...

—Pechuga de pollo —dije, interrumpiendo a Jessica y haciendo que se le iluminara la cara.

—Supongo que podemos dejar el estudio para dentro de unas horas.

Todos nos reímos mientras nos sentábamos a la barra, esperando que el microondas terminara de hacer su magia.

No era el único que pensaba que la comida de papá era un maldito milagro para la humanidad.

Mi teléfono vibró, pero lo ignoré. Volvió a sonar y tampoco le presté atención.

— ¿No vas a contestar?

Negué.

— ¿Por?

—Es solo Laura —me encogí de hombros —nada importante.

—Sigo sin creer que sea tu novia, literalmente es de las chicas más bonitas de la escuela —dijo Jonathan, mirando algo en su teléfono, seguramente memes.

Me ofendí un poco, ¿qué estaba intentando sugerir? 

—Eso no importa —habló Jessica, desconcertada —si mi novia me mandará mensaje le contestaría, simplemente por el hecho de que la quiero.

Se cruzó de brazos mientras se acomodaba en el respaldo de la silla.

—Pero no va a decir nada importante, seguramente solo me pregunte como estoy —suspiré, frustrado por toda esta situación, y apenas era el primer día —, y estoy cansado de contestar "bien, y tú?" con un stiker equis.

Jonathan levantó la mirada de su teléfono para darme una mirada recriminarte, junto con Jess.

Técnicamente Laura era mi primera novia, si es que no contábamos a la chica con la que quedé durante dos meses pero no terminamos en nada. No puedo recordar nada interesante de ella, sólo que era muy bonita y me comprendía muy bien.

—Creo que no sabes tener una relación —sugirió Jessica, levantándose al escuchar que el microondas había terminado, Jonathan también se levantó, para ayudarla a servir los platos.

Me quede mirando la mesa, ¿en verdad no sabía tener una novia?

Bueno, es que no me gustan las responsabilidades, y tener pareja es la peor de todas —aparte de la tarea de matemáticas—

No era que no quisiera a Laura, fue mi crush durante mucho tiempo. Sólo que me parecía conocer la mayoría de ella, no me daba por...conocerla más. Si me gusta, solo que tal vez no me gusta lo suficiente.

—Creo que deberías terminarla —me aconsejó Jonathan, con la boca llena.

—Por primera vez concuerdo con Jonathan.

Rodé los ojos, no era la primera vez que esos dos se volteaban en mi contra, y probablemente no sería la última.

— ¿Podemos cambiar de tema?

Jonathan se encogió de hombros, de nuevo muy ocupado en la comida bendita que mi sacrosanto padre preparó.

—Ya que —dijo Jess — ¿qué con Elías?

Me atraganté con la comida en la boca, pero me recuperé de inmediato, manteniendo la mirada en mi plato.

—Sigue vivo —solté una pequeñita risa seca, pero no se rieron —está bien, amargados.

Jessica rodó los ojos, y sonrió.

Miró a Jonathan con fastidio y le quitó el teléfono de las manos.

— ¡Oye! —protestó al instante.

—Convive, no seas malo —se guardó el teléfono en su bolsa

Volvió a mirarme, de manera recriminadora.

— ¿Qué quieres que te diga, Jess?, ¿"Tenías razón como siempre Jessica, creo que me gustan un poco los hombres"?

Entrecerró los ojos, y luego sonrió con victoria.

—Lo sabía, yo siempre tengo la razón.

Jonathan asintió a su lado.

—Ella siempre tiene la razón.

Rodé los ojos, benditas mujeres y sus dones tóxicos.

—El punto es que sí, creo que me gusta un poco Elías, es muy... —me lo pensé unos segundos, sin encontrar la palabra para describirlo —no lo sé...

Suspiré, con una sonrisa en mi rostro, y la mirada perdida en la mesa.

Podía sentir la mirada fija de mis dos amigos sobre mí, esperando a que diga algo más.

—Es un encantador, es lindo y amable y...y no sé nada sobre él —me quejé, estaba frustrado, ¿cómo se podía querer a alguien que no conoces? —maldita sea, me siento bobo.



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En el texto hay: amigos, homosexual, amor lgbt

Editado: 01.02.2024

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