En un principio se negó, pero él insistió tanto que terminó por aceptar. Eran las diez de la mañana, estaba por empezar una reunión con Adriano y su equipo de trabajo con los gerentes del Hotel Plaza para analizar las pérdidas y como podrían relanzar el restaurante de manera exitosa. Iba a ser algo rápido según él, a Adriano no le gustaba que le digan qué hacer, sino que iba simplemente a informar. Los gerentes siempre respetaron su autonomía.
Y le había pedido a Priss que lo acompañe. Claro que no quiso, pero fue tan insistente en esos días que no le quedó de otra. Tampoco entendía para qué quería que vaya con él, pero Adriano lo tenía bien claro. Los años le habían enseñado que las relaciones públicas eran lo más importante, y aunque no le daría trabajo a Priss de forma tan directa porque ella ya se había negado, se la presentaría a medio mundo para que se haga conocida en el mundo de la gastronomía.
Llegaron al hotel por la mañana y lo primero que hicieron fue acercarse a "The Palm Court". A esa hora el desayuno se estaba sirviendo y algunos estaban ocupados. Aun así, ese día ni Kate ni Cameron iban a trabajar pues como parte del staff de The Oak Room les correspondía ir a esa reunión. Lo que los sorprendió fue ver a Rachel al lado de Cameron.
—Es que ahora el chistoso quiere una secretaria que le lleve la agenda —le explicó a Priss ni bien se vieron—. Así que como no tengo nada que hacer pues ya terminó mi turno del servicio de habitaciones, acá ando. Y tú, ¿también andas de secretaria?
—No, solo vine a acompañar. Aunque igual y sí parezco secretaria —dijo riéndose con su amiga.
—¿Vamos a dar una vuelta por ahí? Ahora que somos de otro nivel y somos empleadas de peso... bueno, tú eres de más peso porque eres la novia. En fin, podemos movernos a nuestras anchas por aquí.
—Pero es que vine con Adriano y...
—¡No seas aguafiestas! Aún falta para la reunión, tenemos para rato. Vamos a ver a Charles, o a Camila. Anda de asistente también, vive quejándose de que tiene que usar tacos.
—¿Y tú crees que a mí no me duelen estas porquerías? —dijo Priss señalando los tacos que llevaba puestos—. ¿Por qué crees que me hice chef? ¡Pues por los benditos crocks!
—Puaj, eso es anti-estético. Los tacos duelen, es cierto. Pero tienes que admitir que se nos ven genial.
—Está bien, los odio, pero con tacos se me ve sexy.
—¿Ves? Te lo dije, vamos a seducir millonarios. Digo, a dar una vuelta. Tú ya tienes tu chef, déjame buscar un "sugar" que necesito auspicio —bromeó Rachel.
—Bien, le avisaré a Adriano —dijo intentando contener la risa. Rachel llevaba varios días haciendo chistes de "sugar daddy", así que no le sorprendería que hablara en serio.
Adriano estaba al lado de Cameron y de Kate. Se habían sentado en una mesa de "The Palm Court" a acordar algunas cosas antes de subir a la reunión, aunque aún faltaba una hora. Priss se acercó un momento y le dijo que iría a visitar a una amiga antes de entrar a la reunión. Iba a acompañada de Rachel, a quien ya conocía, pero no tenía mucha confianza con ella. Para Adriano, Rachel seguía siendo la "tres cebollas", la escandalosa que se ponía a alborotar el área, la que debió echar hace mucho. En fin, y lo peor era que Priss estaba viviendo con ella, eran las mejores amigas.
—Está bien, estaremos acá, te espero —le dijo Adriano a Priss.
—¿Y tú qué? ¿No pides permiso? —bromeó Cameron con Rachel, la nueva "secretaria".
—¿Yo qué? Recién me has contratado y ni hemos hablado de mis honorarios.
—Bueno, bueno, pero no te vayas muy lejos con mi agenda.
—Ni siquiera has apuntado algo, así que no te emociones. —Al decir eso, el maître empezó a reír y Priss le siguió.
Las dos chicas se fueron juntas, rumbo a la oficina de Camila. En su sitio se quedaron los tres de The Oak Room. Adriano no había dicho mucho, solo se quedó mirando a las dos mientras se iban. Había tenido unos días de descanso en casa hasta que decidió ya era momento de volver a la realidad y retomar los asuntos con el restaurante.
—¿En serio esa chica es tu "asistente personal"? —preguntó de pronto.
—Bueno, yo informé de la necesidad y ella se ofreció. ¿Algún problema?
—No, nada. —Ni él se creía eso.
—Solo necesitaré su ayuda hasta que empiece el trabajo en el restaurante —le dijo Cameron—. Luego volverá a la cocina como antes.
—Ella me cae muy bien —agregó Kate—. Es una buena chica, y mejor amiga de Priss. Las has tratado, ¿verdad, Adriano?
—Más o menos —contestó él. Lo que menos quería en ese momento era hablar de Rachel "tres cebollas" Warren.
—No me digas que no te llevas bien la mejor amiga de tu novia —dijo Kate. El incómodo silencio respondió todo—. Lo sabía, ¿no crees que deberían conversar más seguido?
—Si, supongo que sería lo más conveniente —dijo él cortante como para cerrar el tema. Algo le decía que esa chica lo detestaba, no estaba seguro como empezar una especie de reconciliación con ella.
Mientras, Priss y Rachel se acercaban a la oficina donde debía de estar Camila. La encontraron sentada en su escritorio revisando algunos documentos de Olivia, estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que sus dos amigas estaban ahí, hasta que Rachel apagó la luz y Camila soltó un grito. Segundos después volvió a encenderla y ambas chicas empezaron a reír.
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Editado: 04.10.2023