—Tenemos un plan de contingencia. El verdadero padre esperando por declarar —les dijo Barbie, y su tranquilidad logró que el gerente del hotel se calmara un poco. Adriano se había dado cuenta de la reacción de Thomas mientras Sandra declaraba. Sabía que no estaba conforme, no le gustaban los escándalos, los evitaba al máximo. Y eso definitivamente no le agradó. Así que la noticia de que tenían como enfrentar a Sandra si se atrevía a acusarlo era un alivio—. Esa mujer cometió un error —agregó Barbie—. Habló de El Plaza, pero la noticia de su embarazo es "la bomba". Nadie se acordará de que lo que dijo de nosotros, lo más importante es el hijo.
—Pues no quiero que nos mencionen siquiera, no me interesa tener problemas con esa mujer. Quiero que el padre declare inmediatamente —le dijo Thomas con firmeza. Para él lo más importante era la imagen del hotel, tenía a toda una junta directiva dispuesta a aplastarlo si no mantenía controlada la situación.
—Aún no —explicó Barbie—, aún es pronto. La relación de Sandra y Adriano siempre fue un secreto a voces en este mundillo de la gastronomía, y como esos periodistas hacen bien su trabajo cuando se trata de chismes, ahora mismo deben estar averiguando todo sobre ellos. Los medios especularán, llamarán a Adriano, lo llenarán de mil preguntas. Obviamente nuestro querido chef no declarará nada mientras lo acosan, lo hará de manera oficial. Tenemos ya una carta redactada, se la daremos a la prensa. Ahí Adriano explica que no tiene ningún tipo de relación con Sandra y que está dispuesto a hacerse el examen de ADN si con eso se tranquilizan.
—Luego declara el padre —añadió Adriano—, y listo, la gente se olvida de mí. —Eso pareció tranquilizar a Thomas. Era lo mejor que podían hacer, Sandra se estaba hundiendo sola y quería arrastrar a todos a su perdición, pero no iban a dejarla. La carta aclarando que no tenía nada que ver estaba lista desde hace un par de días, también había una carta similar de Cameron, estaban preparados en caso intente perjudicar a uno de los dos. Y por alguna razón Adriano creía que después de haber arremetido contra él, el siguiente en la lista negra de Sandra sería Cam.
—¿Y es necesario que te vayas? —preguntó Thomas no muy convencido. Hablaba de las vacaciones que ya tenía programadas.
—Tenemos suerte —respondió Barbie por él—, la prolongada ausencia del chef y la novia hará que la prensa se olvide de él un rato, no tendrán a quién acosar. Hablarán que mientras acá hay un escándalo, el chef Hartmann está feliz y tranquilo. Con su carta a la prensa y además el verdadero padre contándolo todo ya no tiene que decir más, es mejor que se mantenga fuera de foco.
—¿Y de verdad confían en las declaraciones del verdadero padre? ¿Estás seguros que no se pondrá en nuestra contra? —preguntó Thomas.
—Lo dudo mucho, señor —explicó el jefe de seguridad—. El estímulo económico no fue necesario. El chico de verdad está indignado con la situación y quiere contarlo todo. Es un pobre ingenuo que cayó en las garras de Sandra Weaver.
—Ya veo...—dijo Thomas, ahora sí parecía más tranquilo. Adriano suspiró y apartó la mirada, quería que eso termine pronto, solo quería volver con Priss y olvidarse de todo ese asunto. "Pobre ingenuo", pensó de pronto el también. Porque de verdad debía de ser muy tonto alguien que se enamorara de Sandra a esas alturas. Aunque no lo culpaba, después de todo esa mujer sí que sabía seducir y lo había tenido engañado en su trampa durante años. En fin, quien sabe cómo Daniel Barbara lo encontró y consiguió que quiera colaborar y declarar. Al menos ese asunto estaba solucionado.
—¿Algo más? —preguntó Adriano.
—Es todo, supongo que volveré a verte en unos días —le dijo el gerente al chef—. Descansa, relájate y olvídate de este asunto. Lo que necesitamos es que vengas renovado y con más ideas. The Oak Room necesita a su chef en el mejor momento, ahora más que nunca.
—No te preocupes, nada va a salir mal —contestó él, aunque no estaba muy seguro de eso. Había esperado mucho tiempo esas vacaciones con Priss, pero como estaban las cosas dudaba que pudiera relajarse. No estaba seguro si todo el asunto con Sandra iba a terminar bien, pero si creía que todo iba a salir de maravillas en esas cortas vacaciones con Priss en Punta Cana.
Salió de la oficina de Thomas, luego se despidió de Barbie, pues el hombre aún tenía cosas que hacer. Le dio las gracias, le dijo que no era necesario que se meta tanto en sus asuntos por ayudarlo, pero él solo sonrió y le dijo que si hacía todo eso era porque él y Priss le caían muy bien.
Y ahora que pensaba en ella, ¿será que ella había visto la trasmisión de Sandra? Quizá debió contárselo antes, ¿acaso estaría molesta? ¿Había creído una sola palabra de lo que dijo esa mujer? Priss no creería jamás algo como eso, era imposible. Pero debía de estar confundida y afectada con toda la situación, no debió ocultárselo. Lo que menos quería era que Sandra les arruinara las vacaciones.
Fue hasta The Oak Room donde se suponía que estaba. Ahí la encontró al lado de Cameron y Rachel. En sus caras se notaba que si habían visto las declaraciones de Sandra y que estaban esperando su respuesta. Cameron se veía más tranquilo, confiaba en que él hubiera tranquilizado a las chicas. Se acercó a Priss y la abrazó con fuerza, lo necesitaba. Ella sentía ganas de llorar, no le gustaba esa situación para nada.
—Tenemos que hablar —le dijo él—. Ven, te llevo a casa.
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Editado: 04.10.2023