Centro de Maldonado, 08:03 A.M
El Capitán Javier Molina y los hermanos Mike y Ray desayunan juntos en un lugar de comida rápida llamado McRonald's. Un lugar muy popular en la ciudad. Tras el encuentro de anoche quedaron en verse aquí y hablar más tranquilamente sobre el asunto. Todos piden lo mismo para desayunar, una hamburguesa con papas fritas y una soda. Luego se van al piso de arriba a comer y se sientan contra la ventana.
Molina: No, absolutamente no. Lo siento, pero no puedo incluirlos en esto. Su padre me matará.
Mike: Por favor, viejo. Somos mayores de edad.
Ray: Si, ya somos capaces de tomar nuestras propias decisiones. Papá no nos puede decir que hacer. Déjanos entrar.
Molina: A ver, vamos a ver una cosa. Supongamos que los dejo entrar, los pongo al tanto del caso y todo lo demás ¿Correcto? ¿Qué harán cuando tengan que entrar en acción? ¿Tienen idea de todos los años de entrenamiento que la mayoría de mis hombres tienen?
Mike: Podemos defendernos por nuestra cuenta. Papá nos enseñó a pelear y a usar armas.
Molina: ¿Su padre les enseñó?
Mike: Si, esperando que nunca debamos usarlo. Pero ya sabes. Solo por si acaso.
Molina: Con el debido respeto a ustedes y a su padre, si uno de mis hombres los agarra no les dejará un hueso sano.
Ray: Viejo, no nos conoces. A cualquiera de tus hombres, con el debido respeto hacia ellos, seríamos capaces de noquearlos con una cerveza en la mano.
Molina: Esto no es un juego de niños. Esto es otra cosa; son las grandes ligas.
Ray: Sabemos lo que hacemos. Danos una oportunidad. Te probaremos de lo que estamos hechos.
Molina: ¿Una oportunidad? ¿Cómo?
Mike: No lo sé. ¿Peleamos con uno de tus hombres?
Molina: Están locos.
Mike: No pierdes nada con intentar. ¿Dices que no duramos más de 30 segundos?
Molina: 30 segundos ya es mucho tiempo.
Ray: Que sea un minuto entonces.
Mike: Por favor, somos casi familia. Confía en nosotros. Déjanos mostrarte de qué estamos hechos.
Ray: Solo una, viejo.
Mike: ¿Qué te cuesta?
Molina: No puedo creer esto -Balbucea-. De acuerdo. Vengan a la sede de la D.E.S.U hoy a las 3 de la tarde. Si veo que están hechos de goma no hay forma de que los deje entrar a esto.
Ray: No te vamos a decepcionar.
Cerro Pelado, Maldonado, 12:00 P.M
Rustenkov está a punto de tener una reunión. Cuando llega al punto acordado en su auto estaciona unos metros detrás de una parada de autobús y baja la ventanilla. Después de un breve rato un segundo auto se detiene junto a él y lanza por su ventanilla lo que parece un pequeño iPad. Rustenkov oprime el botón y cierra la ventanilla. Cuando enciende el iPad saca de su bolsillo una tarjeta con el diseño de un naipe de la baraja francesa. No es cualquier naipe, es el As de Picas. Al insertarlo en la ranura que trae el iPad automáticamente se inicia una videollamada. Rustenkov de un lado y del otro lado una figura misteriosa de color negro y que utiliza un distorsionador de voz en la llamada. La persona misteriosa es conocida por Rustenkov simplemente como As.
As: Escuché que uno de tus hombre tuvo problemas. Asaltaron su rancho.
Rustenkov: Eso no es problema. Cuando descubramos quiénes lo hicieron les arrancaremos la garganta y se las enviaremos por correo a sus familias. Pero no es por eso que estoy aquí.
As: ¿Encontraste el artículo PTP-19?
Rustenkov: Así es. No lo tengo en mi poder, pero lo tenemos localizado.
As: Así me gusta. Pronto te contactaré para recompensarte lo que acordamos.
Rustenkov: Espero que así sea. ¿Significa que ya puedo largarme de esta asquerosa ciudad?
As: ¿Tienes prisa por largarte? Creí que te gustaba Maldonado.
Rustenkov: Eso era hasta que averigüé qué hay un lunático queriendo cortarme el pescuezo por haber asesinado a su esposa.
As: Si, también se sobre eso. Una vez te recompense ya no tendrás motivos para temer. ¿Crees poder sobrevivir un par de días más?
Rustenkov: Por supuesto que si. ¿Por quién me tomas?
As: De acuerdo.
Rustenkov: Pero no me contestaste. ¿Por qué Maldonado?
As: Porque aquí es donde todo comienza. O tal vez sea más apropiado decir "donde todo ya comenzó". Estás aquí para terminar el trabajo que Van Dyme no pudo.
Sede de la D.E.S.U, 2:55 P.M
El Capitán Molina está en su oficina personal esperando a ver si por casualidad llegan Mike y Ray, para lo que tiene muy pocas esperanzas de que suceda. De repente recibe una llamada telefónica. ¡Es el mismo Presidente del País! Si bien para Molina es algo cotidiano, siendo el Presidente asume que será por algo malo. De todos modos acepta la llamada.
Molina: ¡Señor Presidente! -Exclama fingiendo sorpresa- ¿Cómo está?
Presidente: Buen día, Capitán. ¿Cómo le va?
Molina: Podría estar mejor. ¿Qué se le ofrece, Señor?
Presidente: Hace algunas noches un loco con traje de Camaleón atacó a un gángster local. ¿Sabes algo de eso?
Molina: Si, señor. Lo tenemos controlado. Fue parte de un operativo de encubierto.
Presidente: Entonces el Camaleón está con ustedes.
Molina: Es correcto, señor.
Presidente: Ya veo. -Suspira profundamente un instante- Nunca te dije por qué elegí Maldonado ¿verdad?
Molina: No, señor.
Presidente: Te la hago corta. Hace unos meses apareció Overload y apareció Black Tiger. Luego murió, pero no viene al caso. Recientemente apareció Silver Archer, el amigo de Overload. Ahora apareció el Camaleón. ¿Captas?
Molina: Si.
Presidente: Toda esta gente extraordinaria apareció de repente en Maldonado.
Molina: Así es.
Presidente: Escúchame. Mi idea es es la siguiente.
Tan solo unos minutos más tarde, cuando el Capitán termina de hablar con el Presidente del país, el temor de Javier se hace realidad al presentarse Mike y Ray a su oficina. Llegaron puntualmente a las 3 como habían acordado.