CAMILA
La noche de ayer fue una de las mejores, hace tiempo que no me la pasa así de bien y realmente necesitaba desestresarme de todo lo que me había pasado.
Y esa sesión de sexo con el hombre guapo de ayer llamado Emanuel fue la cereza del pastel, anoche llegué tan tarde que ya todos estaban dormidos.
Hoy es sábado así que supongo que todo el mundo saldrá de paseo, normalmente cuando todos vivíamos juntos los fines de semana todos nos dividíamos para salir.
Cuando estoy arreglada bajo a la cocina para comer algo, no llegue a tiempo a él desayuno ya qué aún estaba dormida.
-buenos días Laura_ saludo a una de mis personas favoritas de beso cuando entro a la cocina.
-hola mi niña_ me abraza_ ¿Cómo te fue anoche?
-bien, me divertí bastante
-que bueno linda, ¿Quieres que te prepare algo?
-si Laura, me puedes hacer unos chilaquiles con carne y un jugo de naranja
-claro que mi
Mientras ella me preparaba mi comida, nos la pasamos platicando con la gente de servicio, con ellos me entero de cada chisme y siempre me hacen pasar un buen rato.
-Oigan ¿Saben cómo la paso mi papá ayer?_ pregunto en general
-bien, regresaron muy animados le hizo bien a tu padre_ me responde Laura
-que bien, mamá por nada del mundo le hubiera gustado verlo mal.
-si eso hubiera pasado estamos seguros que la señora hubiera regresado de la muerte para reñirle_ cometa Alejandra un de las chicas de servicio
-y papá hubiera hecho lo que mamá le diría a regañadientes_ digo divertida
-al señor le hace bien tener a todos sus hijos niña Camila_ comenta el señor Manuel el chófer de la familia.
-si, se que mi hermanos le levantan el ánimo y eso me tiene tranquila
-y hablado de tu padre y tus hermanos, ha dicho que quieren que vayas a él jardín cuando termines de comer linda
-¿no salieron?_ digo curiosa
-no, desde el desayuno que están en el jardín
-que raro
Termino el desayuno con tranquilidad y buena compañía, para después subir a mi recamara a lavarme los dientes y después bajar al jardín.
-hola_ digo llegando a la mesa dónde están todos
-¡hija que bueno que ya has despertado!_ Exclama Alegremente mi padre mientras me da un beso en la mejilla cuando me acerco a el.
-Carlota, Adriano, Carlos_enciono el nombre de cada uno de ellos como saludo
-ayer no me di cuenta a qué hora llegaste a la casa_ Comemta de manera relajada Carlota
-llegue tarde
-¿Y como están los chicos?_ pregunta papá
-bien, están estudiando y trabajando
-me da gusto escuchar eso, diles que cualquier cosa que necesiten me llamen
-si papá yo le digo
-¿Gustas sentarte?_ pregunta Carlos mientras me señala una silla desocupada a su lado
-si gracias_ digo sentándose a su lado
-¿las personas con las que salirte a noche son tu amigos?_ pregunta Adriano
-si, solía vivir con ellos hace un par de años
-¡Oh, no sabíamos de ello?_ cuenta Carlota
-pense que habían salido_ cometo para evitar el tema anterior
-no linda, hoy queríamos estar aquí_ comenta padre
-me parece bien, por cierto quiero preguntarte si ocupas a el señor Manuel
-no hija, ¿Por qué?
-lo que pasa es que me urge un chófer y pensé en el señor Manuel, claro si no lo requieres
-no linda, lo puedes ocupar
-gracias
-¿Por qué necesitas a Manuel?_ me pregunta Adriano
-lo que pasa es que quiero adelantar trabajo mientras voy hacia el trabajo o cuando tengo reuniones, últimamente he tenido mas trabajo
-¡Mami!_ exclama mini Alejandro buscando Carlota
-¿Que pasa Ale?_ pregunta Carlota un poco preocupada
-¡¿me pudo quedal con cacholito de peluche?!_ pregunta un poco eufórico y dificultad con sus dos años, mientras muestra un peluche en forma de perro color blanco con manchas cafés.
-¿De dónde lo has sacado?_ pregunta Carlos su padre
-la caja glande que tenía Rebeca _ al escuchar aquello hace que una parte de mi se enoje, ya que prohibi que el baúl de mi madre nadie lo tocará exepto yo
-¿De tu abuela?_ pregunta de nuevo Carlos
-aja, me lo puedo quedarl
-Si_ le responde Carlota un poco ida
-Alejadro_ lo llamo
-hola_ dice un poco apenado
-pequeño, quiero pedirte algo
-si
-no vuelvas a tomar nada de aquel baúl, sin permiso ¿Si?_ pido de la manera más tranquila
-aja, peldon
-no pasa nada solo no lo vuelvas a hacer_ le doy una pequeña sonrisa para tranquilizarlo
-okey_ me devuelve la sonrisa y se va feliz abrazando a su nueva adquisición
-¿Estás bien cariño?_ Carlos le pregunta a Carlota
-si solo me sorprendió ver el peluche
-¿De quién era?, Está muy bien conservado, es más hasta parece nuevo
-era mío_ responde Carlota mirándome_ me lo había obsequiado Camila, pensé que ya no existía
Y nuevamente me ha sorprendido, pensé que ella no se acordaba de aquel obsequio que le di en un cumpleaños.
Recuerdo que no le había gustado y “accidentalmente” se le callo a la basura, años después supe que mamá lo había lavado y guardo en aquel baúl dónde tenía sus tesoros más preciados.
-yo también_ susurra Adriano
-pense que las cosas de mi suegra habían Sido vendidas
-y lo fueron, solo que el baúl tiene cosas más valiosas
-¿Cómo?_ pregunta Carlota
-son recuerdos y objetos personales que mamá amaba y la hacían recordá viejos tiempo, papáe dió permiso de conservarlos
-¿Por qué no sabíamos nada nosotros?_ pregunta Adriano
-no vimos la necesidad de hacerlo_ contesto sinceramente
-pues lo era, ¿Nos ha pensado que Carlota y yo queremos conevar cosas de nuestra madre?_ pregunta con un poco de molestia
De mi rostro sale una pequeña sonrisa, relamente de da risa el comentario de Adriano, en el primer día que tuve una mínima de conciencia ellos jamás la llamaron madre, es más solían decir que era repugnante decírselo a ella.