Caricias Perdidas

Capítulo 6

Hannah

 

El resto de la tarde la pasamos Mateo y yo en mi departamento, hicimos sus tareas, bajamos a merendar unos batidos de frutas deliciosos que venden en el parque y nos sentamos en una banca a disfrutarlos.

 

Mientras bebiamos y veiamos a las personas pasear a sus perros, caminar, niños jugar, hasta que Mateo rompio el silencio.

 

—¿Nani tu me cuilalas pala siemple?

—Bueno, no siempre bebe, cuando seas muy grande, seguramente ya no querrás que te cuide.

Arrugo su naricita como hace siempre que piensa en algo, se ve adorable cuando lo hace.

 

—No clecele nunca jamás, y asi nunca te ilas y estalas siemple conmigo —

 

Lo abracé al instante y lo llene de besos, este niño tenía mi corazón entero, no puedo creer como Alec no ve lo especial que él es.

 

—No me iré nunca jamás entonces, estaré dándote muchos besos siempre siempre.

—¿Lo plometes?

—Claro que si bebe —me abraza y yo lo pego en mi pecho y le doy besitos en su cabeza.

 

Al llegar al edificio fuimos al departamento de Alec, para darle un baño a Mateo, tomé su pijama y puse a llenar la bañera, mientras el veia televisión en la sala.

 

—¡Bebe el baño está listo ven aquí!

—¡Ya voy nani un segundo poi favol!

 

Rio bajito para que no me escuche, un segundo, este muchachito, esa junta con Dylan lo está poniendo más pilas de lo normal.

 

A los 5 minutos entra por la puerta del baño quitándose la ropa.

 

—¿Porque te tardaste tanto?

—Aun no había telminado el ploglama.

—Umm esta bien jovencito, ahora al agua que hueles a oso apestoso —Mateo empezó a reir agarrandose su boquita con las manos.

—Clalo que no huelo a oso apestoso nani, la tia Lobyn dijo que huelo a bebe.

—A bueno si lo dijo la tía Robyn entonces tiene razón —le digo tomándolo en brazos y metiéndolo en la tina.

 

Estuvimos un rato jugando con la espuma del jabón hasta que me dijo que tenía hambre, lo vestí y fui a prepararle la cena.

 

—Bueno señorito ahora si vamos a dormir, que ya es un poco tarde para usted —Mateo extendió sus pequeños bracitos hacia mí y yo lo cargue gustosa, empezó a bostezar mientras íbamos hacia ese cuarto gris y vacío, porque me niego a llamarle habitación a esas cuatro paredes, lo acosté sobre la cama y empecé a cantarle una nana de una de mis películas favoritas.

 

Ala nanita nana nanita ella nanita ella

 

Mi niño tiene sueño bendito sea, bendito sea.

 

Fuentecita que corre clara y sonora, ruiseñor que, en la selva, cantando llora, calla mientras la cuna se balancea.

 

Ala nanita nana nanita ella.

 

Sentí cuando su respiración se hizo pesada y supe que se había dormido, me levante con cuidado y salí del cuarto sin hacer ruido, deje la puerta medio abierta y la luz del pasillo encendida, por si se despierta a media noche.

 

Alec

Sali del bufete a las 8 de la noche, al entrar al departamento todo estaba en silencio, la única luz encendida era la de la cocina, deje mi maletín sobre el sofá y camine hacia la habitación de Mateo, en el pasillo escuche la voz de Hannah, me acerqué con cuidado de no hacer ruido, mi corazón dio un vuelco cuando los vi, Hannah estaba arrullando a Mateo con una nana mientras acariciaba su cabello, él estaba agarrado fuerte a su pecho, y ella lo miraba con adoración, casi como Alexa lo miraba, ella realmente lo quiere.

Camine en silencio hasta la cocina y me bebi un vaso de agua, aunque necesitaba una bebida fuerte, no sé qué pasa conmigo, verlos allí tan conectados el uno con el otro, eso cambio algo en mí, siento esta extraña sensación de nuevo, es como un dolor, no, un dolor no, una presión si, como si algo me impide respirar, y mi corazón pesara, ¿Que carajo significa esto?

Escucho pasos en el pasillo y Hannah entra en mi rango de visión, jooooder, esta mujer quiere matarme, ¿cómo se le ocurre andar vestida asi en mi casa?, tiene un simple vestido blanco, que le llega por la mitad del muslo, y la tela, que te cuento, no sé si a eso se le puede llamar tela, es bien trasparente, tanto que sé que no lleva sujetador, ¡Maldición!

Se da cuenta que estoy aquí y me mira sorprendida, pero rápido disimula con una sonrisa.

 

—Hola, no te escuche llegar, ¿Como estas?

—Llegue hace un minuto, todo bien, ¿Como estuvo todo por aquí?

—Todo bajo control, hoy no tuvo clases de natación, así que fuimos al parqué un rato, ¿Tienes hambre?, hoy hice lasaña.

Comí en la oficina, pero mi boca está diciendo que si antes de que lo piense, ella comienza a servirme mientras yo me siento en la barra de la cocina, se desenvuelve bien aquí, ya sabe dónde está todo, y me agrada que este cómoda aquí, coloca frente a mí un plato con lasaña, ensalada y unas rebanas de pan, me sonríe cuando le agradezco y empieza a limpiar todo lo que ensucio, las palabras salen de mi boca sin control.

 

—Descalza y en la cocina —le digo con una medio sonrisa, ella se queda quieta un minuto y luego me ve con una sonrisa pícara.

—Creo que la frase original es "embarazada, descalza y en la cocina".

—Umm no lo sé, te prefiero así, con ese vestidito y sin nada debajo —mierda, esta boca mía, ya lo dije, no hay vuelta atrás.

 

Ella no sonríe, no dice nada sólo la veo ruborizarse inhala fuerte y sus pequeños pezones se ponen tensos bajo la fina tela, no debió hacer eso, no tuvo que reaccionar de esa forma, tan dispuesta tan lista para mi como servida en bandeja de plata, me gusta pensar en mi como un caballero pero ¿a quién engaño? no lo soy, en este preciso momento solo puedo pensar en una cosa y es que mandare todo a la mierda mientras camino hacia ella y la beso.




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