Carretera Interestatal 93

Lucha

Empezó a correr hacia donde recordaba que había llegado, no estaba muy seguro pues todo le parecía igual en cualquier dirección que mirase, siguió desplazándose mientras sentía que sus pies se iban perdiendo mas y mas entre el pantano que lo sostenía; cuando se alejaba de la zona pantanosa y empezaba a divisar terreno sólido sintió que algo lo retenía por su pierna derecha, el dolor le recorrió desde su pierna hasta la cabeza, lo hizo quedar de rodillas, gritando de dolor miró su pierna y vio lo que lo tenía atrapado; una serpiente con unos conocidos ojos rojos y de por lo menos dos metros de largo, gruesa como la rama de un árbol, comenzaba a apoderarse de su pierna abrazándose a él como si no existiera otro propósito por el cual existir, se dirigía más y más arriba. David empezó a sacudirse intentando zafarse, pero no lograba mover la serpiente ni un centímetro y solo seguía hundiéndose en el pantano tras cada sacudida, abrazó un trozo de tronco podrido que tenía a su izquierda, al usar sus dos brazos para impulsarse fuera del pantano terminó de incluir más dolor a su situación, pero logró salir de él, mas no liberarse del ofidio, que ahora se disponía a atacar su cuello.

Por el momento David estaba en terreno confiable, podría moverse mejor o por lo menos oponer resistencia ante el ser reptante que se acercaba de manera amenazante hacia la parte de atrás de su cuello; supo lo que se proponía al instante de ver la dirección que tomaba. En alguna temporada de su estancia en la universidad Davis tuvo que realizar su inscripción a un club, después de no poder decidirse por cual escoger, pensó que tal vez algo de actividad física no sería mala, no era el tipo musculoso e intimidante pero el club de lucha no estaba tan mal, las primeras lecciones eran esenciales <<si te dejas aplicar una llave, estas frito>> le dijo ese día uno de los luchadores que aparentaba más experiencia, cuando subió a la lona estaban realizando una demostración de una llave al cuello que básicamente consiste en pasar un brazo por el cuello desde atrás y con el otro apretar hacia la parte posterior de la cabeza; el instructor les enseñó que como llave básica se debe de saber aplicar y contrarrestar, así que les enseñó que la manera más sencilla de anularla era que debían tomar el brazo que llegaba al cuello y jalarla hacia adelante, hacer volar por encima de sí al contrincante y dominarlo sobre el suelo; <<Aprendan como se detiene esta llave y seguro les salvará el trasero en un encuentro amateur>> les dijo el maestro al final del ensayo, pero además de salvarle en un par de encuentros entre compañeros, le salvaría la vida también.

La idea pasó por su mente, pero igualmente se dió cuenta que no sería tan sencillo, no era una persona lo que intentaba desmayarlo, y tal vez comerlo después, no rodaría sobre él cuando rompiera la "llave", posiblemente no se la quitaría de encima a pesar de proteger su cuello ante el ataque, así que debería de hacer algo más; alzó la mirada y vio una roca fragmentada con un filo prominente, lo suficiente como para ser de una de las cosas a tener en cuenta en caso de una caída, solo que no sería él quien tuviera un accidente, y no sería precisamente eso.

En el momento en que la serpiente estuvo a punto de terminar de enroscarse en su cuello, se levantó y usando la fuerza que le fue posible caminó mientras sostenía fuerte al reptil para no dejarla terminar su movimiento, estando cerca a la roca dió un salto hacia delante en su dirección y aplicó su conocimiento de lucha, hizo balancear a la serpiente frente a él y con su hombro izquierdo, que le recordaba a cada segundo que estaba descompuesto, se apoyó sobre ella y descargo todo su peso corporal directamente en esa dirección, le rompió la cabeza contra la roca filosa, el crack avisó que la contienda había terminado, sólo uno ganó, solo uno vivió, más o menos.

Tranquilidad, adrenalina, miedo, David estaba envasado al vacío en una lata de 12 Oz llena de emociones a punto de explotar porque fue agitada fuertemente, solo doblar la argolla y experimentar la liberación de energía; pero no fue así, no se lo permitieron, pues su contrincante tenía un último movimiento, algo que no era posible, algo que no se podía prever; la serpiente se levantó y en su último aliento se arrojó con la mandíbula abierta y clavó sus afilados colmillos en el cuello de David, lo mas extraño es que él solo se enteró por el movimiento del supuesto cadáver y del golpe en el cuello, no sintió dolor; todo le causaba dolor, al respirar, al correr, el golpear, el pensar, pero eso no le produjo ninguna sensación dolorosa, demasiado extraño para tan horribles colmillos; sabía que existían serpientes con cosas similares a agujas hipodérmicas en la boca, seguro esas no se sentían, pero lo que tenía esta no se parecía en nada a algo que no produjera siquiera escozor.

Acto seguido a la mordedura, la serpiente comenzó a descomponerse instantáneamente, la piel y los músculos del animal florecieron de un momento a otro en todo el bulto sin vida, cayendo a pedazos, posteriormente sus huesos y sus ojos rojos, que se apagaban lentamente; los restos que quedaron solo eran unos huesos amarillos, como corroídos por el tiempo; David se quedó petrificado, no por el posible veneno que corriera por sus venas, sino por lo que veía, era como ver derretir algo con ácido, y sabia como sucedía ese fenómeno, era ingeniero químico, cinco años de estudio te permiten identificar algo así. No podía seguir ahí, la situación era ahora más extraña que nunca, osos que salen del lago, serpientes que viven en pantanos que se crean espontáneamente, ah y claro, no menos importante, la cosa inmensa que lo seguía; debía reanudar el escape de ese maldito lugar, ese bosque de pesadilla, no podía imaginar peor situación en la que estar.




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