Carta de un escritor

Capítulo VII

 ha pasado una semana del incidente Susan se ha mudado con Victor, y todo parece estar mejor en su hogar. 
Después de tres intentos, Thomas va a visitar a Eco. Toca la puerta y abre Michel, -joven Thomas- 
-hola Michel, ya he venido tres veces y nunca está Eco, se que ahora ella adentro, solo dígale que la quiero ver- 
-Thomas, ella está…- -¡¿ella está qué!?- interrumpe Thomas. 
-ahora iré por ella- 
Despues de unos segundos la joven Eco sale -¿donde has estado?- pregunta Thomas llevandola a sus brazos. 
-por ahí- responde Eco sin emoción alguna. 
Thomas la toma de la mano llevándola a caminar, ya en el pueblo, donde hay bastantes personas y puestos de venta. 
En el camino Thomas pregunta: -¿que ha pasado?-  
-no ha pasado nada ¿a que te refieres?- 
Thomas introduce la mano en su bolsillo, y saca unas monedas, comprando una hermosa diadema y colocándosela a Eco. La joven sonríe y baja la mirada. 
-¡eres bella!- dice Thomas para luego besar su frente. -¡pero de verdad necesito que me digas que está pasando- 
Eco aprieta las palmas de Thomas y se recuesta en su pecho. El joven la separa de su y  cuerpo y mira las manos de la joven, nota que no trae su anillo de compromiso: -¿por que no tienes tu anillo?- pregunta el Thomas algo enojado. 
Eco sostiene a Thomas, llevandolo entre el bosque a un lugar solitario.  
-¿que pasa Eso?- 
-¿recuerdas a mi primo David?- 
-segúro- 
-el está de camino, su barco llega en algunas semanas- 
-esa no es razon para que estés tan distante, el es tu primo y yo tu futuro marido- 
Eco mira a Thomas a los ojos - si – dice la joven suspirando. 
Thomas se despeina un poco, pasando la mano por su cabello y con la otra mano el rosto de su novia, se acerca rapído y la besa con bastante pasión. 
Entre caricias Eco jadea diciendo: -Thomas- 
¡¿Que pasa amor!?- 
-es que, voy a casarme- 
-si, lo se- 
Eco empuja a Thomas y le grita: -voy a casarme con David- 
-¿que? No te estoy entendiendo- 
-hay problemas y entonces me casaré con David- 
-¡pero el es tu primo!- 
-ya lo sé, ya lo se- la joven empieza a llorar, Thomas se ve bastande desconcertado. 
Eco solo puede decir: -lo siento- le entrega su anillo y se marcha corriendo. 
El escritor trizte y desolado se recuesta en un árbol y se desliza hasta el suelo. Dejando descansar el brazo en una rodilla, mientras que el otro pié estába tortalmente herguido en el suelo. 
Su mirada refleja tormento, su alma llena de pena, tanto le había costado declararsele a la joven, y hoy se la arrebatan sin tan siquiera ser la voluntad de ella. Pasa la mano por su cabeza peinando su cabello: -no, no- repite Thomas negandose a perderla. Este se levanta, observa el anillo y lo guarda en el bolsillo. 
Mientras tanto la joven Eco ya ha llegado a su casa, tomando el té con su querida amiga Susan platicando lo sucedido. -no se que haré Susan, si que amo a Thomas, y lo de David y yo es completamente irazonable- exclama Eco después de un sorbo de su te. -sabes que Thomas es el hombre de tu vida, y lo de David y tú ya estába planeado- responde Susan. 
-¿disculpa?- Eco se sorprende bastante -¿cómo que planeado Susan, a que te refieres?- 
-Eco, tú misma me habías contando de cómo reaccionaba David ante la presencia de Thomas- 
-si, pero solo eran unos celos pasajeros- 
-¿pasajeros Eco? ¡Ahora estás apunto de casarte con él! Eso no será pasajero. ¿Sabes lo que creo? Que ya todo estába arreglado. 
-¡Susan! No creo que mis papás fueran capaces de mentirme- 
-es difícil de creer, pero es simple razonamiento lógico. Sólo que desde tus ojos no los ves- 
-¿desde mis ojos?- 
-si, tu ves a tus padres como eso, tus padres. Para tí jamás harían algo malo, pero yo los veos como dos personas normales, que como todas, tienen otro lado- 
-Susan, si es cierto lo que dices, puede ser que esta crisis económica tan repentina viniera desde hace tiempo- 
-tal vez David vino para ganarse tu corazón, pero al llegar, se encontró con un contrincante- 
-es como si no conociera a mi familia- 
-tendrás que elegír, tú felicidad o el bien de tú familia- Susan sostiene las manos de Eco. 
-he sido engañada por seres que creí que vivian para protegerme, en cambio Thomas, el ha sido tan comprensivo siempre- 
-Entoces no lo dudes más, tendras que ir por él- 
En ese momento Eco recuerda que había rechazado a su amor, piensa profundamente y dice, -¿que he hecho?- seguído cae una leve llovizna. 
-¿pasa algo?- pregunta Susan. 
-es que, le he dicho a Thomas que iba a casarme con David- 
-¿pero le dijiste que era decision de tu familia y no tuya?- 
-¡eh, eso creo no recuerdo- 
-¿cómo que no te acuerdas?- Susan pone los ojos en blanco. 
La llovizna pasa a ser una fuerte lluvia. 
Eco se levanta de su asiento, admirando el agua caer de las nubes y pensando en su amado. Y el joven también la piensa a ella, pero este siente algo de tristeza e ira. 
Debajo de la lluvia, el joven se encuentra cortando leña, con tanta furia, mientras los trunos retumban, el hacha golpea la madera cada vez mas y mas fuerte. 
Sin camisa, dejando a la vista su marcado abdomen, y el agua empapandolo con su rudeza. 
-Susan se levanta, se postra al lado de Eco y le dice: -sólo hay una manera con la que podrías estár con él- 
-dime Susan, ¿cómo cres que pueda remediarlo?- 
-lejos de aquí- 
-¿qué? ¿Sugieres escapar?- Eco se para frente a ella. 
Susan le dice, totalmente seria: - es la única manera- 
-¿pero que sera de mi familia?- 
-¿la misma que te mintió?- 
 




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