Caminamos, platicando sobre el pasado y como ha influenciado en nuestro presente.
Aquella mañana los pasillos eran inundados por personas de toda edad, parecíamos dos peces que nadaban contra corriente pues debíamos esquivar no solo a las personas sino evitar lo más posible los golpes ocasionales que propiciaba las bolsas de las compras o los estudiantes con grandes mochilas, ¡Y como olvidar a los que comían mientras andaban o iban texteando en su celular!
Todo fluía con normalidad, hasta que nos detuvimos en un local de chucherías que solo nos recordaban aquellos buenos tiempos de niñez y adolescencia.
Perdidos entre la charla, el recuerdo y la nostalgia mirando aquellos artículos, repentinamente mi brazo izquierdo hormigueo, y los latidos de mi corazón subían a mi garganta, antes de si quiera voltear solo escuché
- él está aquí....