"No puedo explicar los difícil que fue para mí asistir al colegio luego de dos semanas de lo ocurrido, y concentrarme en mis estudios, mientras llevaba la figura de mi abuela atormentándome hasta en mis pesadillas. Lo difícil que fue mirarle a la cara a mis padres, lo difícil de no poder gritar y pedir ayuda. Como dicen ellos, la familia no debe traicionarse entre sí.
Lo irónico, es que hicieron exactamente eso con mi abuela, traicionarla"
-Hola Jad - dijo Maia, mientras se sentaba al lado mío en unas de las banquetas.
Maia es mi mejor amiga desde pequeño, nunca nos ocultamos cosas, pero ésta vez es distinto, y me duele tener que mentirle.
Le asentí en modo de saludo, y miré mis puños tratando de controlar mis nervios.
-Siento no haber ido al entierro de tu abuela, estaba a mitad de una entrevista en las afueras de Lincoln, y yo no...
Reí por lo bajo - no hace falta que des explicaciones, Maia. Estas conmigo ahora - la rodeé por los hombros, y nos quedamos así por un leve tiempo.
-¿Cómo están las cosas en casa?
Un nudo se formo en mi estomago, al punto de comenzar a dolerme.
-Pues, mi padre está destruido, al igual que mi madre. Mi abuela fue una gran mujer, ya que logró sobrellevar las empresas cuando mi abuelo murió. Era muy querida por la familia - un gusto amargo llego a mi boca, cuando le dije semejante cosa a Maia. Traté de convencerme en el fondo, que también era verdad.
-Lo siento mucho Jaden, en serio - sus ojos se llenaron de tristeza y preocupación.
Sacudí mi cabeza - no te preocupes Maia, hablemos de otra cosa. Cuéntame, de que iba ésta entrevista.
Ella se separó de mí, y sonrió de oreja a oreja - era para ver si podía participar en el concurso anual de patinaje.
Sonreí de costado, al escuchar el sueño de Maia salir de sus labios.
-¿Y? ¿Que dijeron?
Se encogió de hombros - que me tendrán en cuenta, solo que quieren verme un par de veces más patinando, para luego después poder entrar en el equipo.
-Sabes que si quieres, yo...
-No, Jaden. Quiero entrar por mi cuenta a ésto, de puro esfuerzo. Gracias igual.
Asentí lentamente, con una sonrisa en mis labios - como tú quieras Peterson.
Maia me sonrió, y luego se levantó de un salto, me miró alzando una ceja - te veo distinto hoy, ¿seguro que estás bien?
Me encogí de hombros - de maravilla, no te preocupes por mí.
Unos brazos me rodearon por detrás, y la reconocí de inmediato.
-¿Interrumpo algo? - dijo Valeria, mientras reía y se sentaba al lado mío.
-No, tu nunca interrumpes nada Valeria - dijo Maia rodando sus ojos riendo.
Creo que lo dice, por la vez en que Maia iba a besar a Matheo, y Valeria abrió la puerta del baño sin saberlo, la casualidad mata.
Valeria le hizo burla a Maia, y se acomodó el cabello - ¿hoy van a la fiesta que da Matheo?
Hablando de Roma...
-Eso no se pregunta - dijo Maia guiñándole un ojo.
-¿Y tú? - dijo Valeria mirándome fijamente, con una inmensa sonrisa.
Moví mi cabeza a un lado - no lo se...
-¡Oh vamos! - dijeron las dos al mismo tiempo, mientras me agarraban de los brazos, y me llevaban hasta el salón de nuestra próxima clase.
-Recuerda que irán todos... - dijo Valeria alargando la palabra.
-Si, y entre todos, irá Polly - dijo Maia mirando hacia otro lado, haciéndose la indiferente.
Bufé por lo bajo - ¿saben que lo que hacen se llama manipulación? - sacudí mi cabeza - está bien, me convencieron - dije al mismo tiempo que sentía mi rostro calentarse.
-Uh alguien se puso rojo - dijo Valeria mientras entrábamos al aula.
Polly... esa chica me tiene loco, desde que le declaré mi amor a los seis años, y desde que le propuse matrimonio a los diez años, con un anillo hecho de goma de mascar, nunca más nos separamos, y recordamos aquellos momentos como algo gracioso, pero lo que ella no sabe es que yo nunca dude de lo que siento.
Luego de un largo día de clase, me fui a casa solo, ya que Valeria tenía práctica de porristas.
Subí los primeros escalones, hasta que escuché la voz de mi madre.
"Recuerdo que Valeria no me había podido acompañar a casa, además de que Maia, mi mejor amiga, también estaba ocupada con sus cosas, por lo que me volví solo. No fue gran cosa, ya que casi siempre me pasaba lo mismo, ya estaba acostumbrado.
Subí los primeros escalones de mi casa cuando escuché la voz de la persona la cual me había dado la vida, hablar con mi padre. Se los notaba preocupados, y no solo eso, Molly también estaba dentro de ésta charla. Hablaban de algo muy tedioso, como si quisieran deshacerse de algo urgente. Traté de escuchar mejor, y me arrimé a la ventana de un costado.
Ese fue mi primer error"
Editado: 20.01.2019