Querida Julia:
Desde que era pequeño mis padres pensaron, que la mejor manera de lidiar con esta timidez, que formaba parte de mi ser y que a esta altura,ya no sabia si considerar mi mejor amiga o mi peor enemigo, era yendo a una terapeuta para que me dijese que hacer con ella.Probé de todo, sin embargo los métodos empleados por la doctora no siempre fueron útiles.
Afortunadamente ella no se dio por vencida conmigo como lo hicieron mis padres y siguió a mi lado, firme al pie del cañon, para ella no era un caso perdido y eso era algo que se lo agradecia, es por eso que en nuestra ultima cita le conté sobre ti, Julia.