IV

Lunes 05 de junio de 2023.

Tengo que soltarlo, dejarlo ir, liberar ese dolor para que pueda sobre llevar mis lamentos.

Aveces puedo olvidarme completamente de aquello que he perdido, pero cuando lo recuerdo y vuelvo a reafirmar qué ya no está conmigo, qué ya no lo tendré hoy y que en un futuro puede que me vuelva a hacer falta siento que la agonia me ahoga.

Este sentir que me oprime el corazón, que meja sin aliento, qué me eriza la piel y me entume los músculos, me hace sentir la persona con la peor de las suertes, ya que para mi lo he perdido todo y que teme por lo que esta en juego en un futuro.

Dolor. Esa es la palabra que se siente con el cuerpo, la mente, con el corazón y el alma.
Es aquí donde me pregunto si estos momentos son los que le dan un sentido a la vida. ¿Por qué he de recordar los momentos tristes? ¿Aquellos momentos amargos son los que le dan un sentido a mi vida? ¿Mi vida es eso?

Necesito que alguien me anime, que me saque de este pantano de arrepentimiento y tristeza. Necesito alguien que me diga cosas bonitas, que me aliente y le vea lo bueno a la vida; que me enseñe a agradecer por lo que tengo y a luchar y a salir adelante por lo que quiero en mi futuro.

Te necesito a ti, a quien aun a pesar de mi edad, de la ayuda que me has brindado siempre y del cariño, del amor que solo tu puedes darme, del cual no he sabido reconocer apezar de lo que me has dado y sigues sacrificando por mi, de lo cual no he valorado ni he visto todo lo bueno que aportas y seguirás dando en mi vida.
Te necesito... y aunque no lo quiera ver ni aceptar te seguiré necesitando en mi vida una y otra vez.

No es malo necesitar de otros, de apoyarse en ellos y poder salir adelante ante las adversidades de la vida. Lo crusial es aprender a reconocerlo, a aceptarlo y poder actuar para vivir con ello, sin pecado alguno al cual temer.

Amate a ti, para que puedas amar a otros, no solo en los momentos obscuros, sino que también en todas las facetas qué la mida nos depare.
Se feliz sin importar con quien, cuando y donde. Vive tu vida un paso a la vez, con los ojos bien abiertos ante lo que pueda suceder.