Casada Con Mi Jefe. Saga: New York City N° 1

Capítulo 14

Alexander no reaccionó en el momento que sintió a su secretaria besarlo, estaba paralizado de la impresión, pero cuando lo logro. La aparto rápidamente antes que alguien los viera.

— ¿Qué haces?— le dijo Alexander furioso. Eso era lo último que le faltaba; engañar a Paige dos veces en un día.

—Besando a mi prometido por lo que veo— la voz de Paige hizo  palidecer a Alexander. “Eso era perfecto”— se dijo a si mismo cerrando los ojos.

—Yo...yoo…sí. Lo estaba besando pero fue por... que sé que él  no quiere casarse contigo— les dijo Miranda viéndolos a los dos y odiando que Paige se presentara en ese momento.

— ¿Por qué crees eso?— le preguntó Alexander molesto y confundido.

—Es obvio señor— interrumpió Anne colocándose al lado de su amiga— todos sabemos que Miranda ha sido la única secretaria que ha durado tanto en el puesto, es la única que lo ha logrado comprender señor— explicó como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Alexander y Paige estaban demasiado confundidos, toda la situación era muy extraña.

— ¿A qué se refiere señorita Morgan?— le pregunto Alexander enojado.

—Yo he hablado con todas las mujeres con las que has salido. Les he enviado regalos y flores cuando me lo ha pedido señor Ambrosetti. Sé que su relación no va a durar mucho porque ella no es la mujer para usted...

—Y quién lo es ¿tu?— le dijo Alexander mostrando su fachada de jefe indomable y cruel— Yo soy el único que decide eso. Quiero que mañana presente su renuncia a la empresa, a partir de hoy le doy de baja.

Inmediatamente los rostros de las señoritas palidecieron, esto no estaba en los planes de ellas, Paige debería de haber visto el beso e irse a cortar el compromiso mientras Alexander caía ante los besos de Miranda.

—Alexander espera, necesitas calmarte...— intervino Paige

—No me quiero calmar— dijo interrumpiéndola— estoy harto que todos opinen sobre nuestro matrimonio, pero esto— señalo a las chicas— es el colmo.

—Lo se amor, pero...

—Pero nada. No voy a dejar que te alejes de mí, por culpa de  dos personas que tratan de engañarnos en vísperas de nuestra boda— Alexander volteó a ver a las dos mujeres asustadas por sus empleos mientras el sostenía fuertemente de la cintura a Paige— Para que lo sepan. Paige es la única mujer con la que deseo casarme, y como usted dijo señorita Knight, he salido con diversas mujeres y la señorita Evans es la única que logró conseguir ese anillo en su dedo, así que le agradezco que se guarde sus comentarios y acciones.

Dicho esto Alexander tomo la mano de Paige alejándole de allí. Estaba furioso, Muy furioso. Para Paige era raro verlo enojado con alguien que no fuera ella.

Ya cuando salieron a otra zona solitaria del restaurante. El, le soltó la mano y le dio la espalda.

—Alexander cálmate, es malo tomar decisiones cuando estas enfadado— dijo acariciándole la espalda.

—No estoy enfadado, estoy furioso— se giró quedando frente a ella.

—Con mayor razón debes calmarte, a pesar de lo que hizo… debes reconocer que es buena secretaria. Si está loca— seguro cuándo lo vio a punto de interrumpirla— pero hay que ver las cosas en perspectiva. Dime ¿Por qué motivo bajo la ley de protección de los trabajadores la vas a despedir?

—Bajo acoso sexual en área de trabajo, además de prejuicios en contra de mi persona— respondió Alexander seguro, sabía que era un cargo extremista pero en ese momento no estaba pensando claro.

—Sí, porque ¿no hay nada mejor para un trámite de adopción que tener registrada una demanda contra acoso sexual, no crees?— pregunto  tratando de hacerlo ver el problema.

Alexander guardo silencio.

—Tienes razón— respondió después de analizar sus palabras— pero no seguiré trabajando con ella, la transferiré a otra área.

—Es lo mejor para todos. Además te quiero preguntar una duda que tengo…Enserio… ¿Nunca te diste cuenta de los sentimientos de Miranda hacia ti?– pregunto con la ceja enarcada. Es increíble, todos en la empresa lo sabían.

—Claro que no. Jamás lo sospeche— le dijo de forma incrédula— Además de algún saludo u órdenes de mi parte; jamás he hablado con ella. Su enamoramiento no es más que una idea preconcebida únicamente por ella.

—Tal vez tu fama de Playboy está sobre valorada, no puedo creer que no lo supieras— le dijo con una pequeña risa.

—La verdad, nunca me interesó. Yo separo mi vida laboral de la privada; tú has sido la única excepción, y mírame— señalo a su alrededor— a punto de casarme.

Paige no lo pudo evitar, verlo de esa forma le causo tanta gracia que se empezó a reír de él.

— ¿De qué te ríes?— le preguntó él por tercera vez en el día.

—De ti—dijo ella sin abandonar su risa— Si lo ves en perspectiva es gracioso. Tú, que siempre has querido evitar las relaciones, estas a punto de contraer matrimonio y con hijos; por eso todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre esto, es porque nadie se lo esperaba. Y Menos con alguien como yo.



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En el texto hay: matrimonio, romance, amor

Editado: 10.01.2020

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