"Nuestro tirano favorito se convirtió en padre el día de ayer en horas de la madrugada. La diseñadora, Paige Ambrosetti dio a luz a un hermoso varón de dos kilos y medio.
La familia Harrison está feliz por la llegada de su segundo nieto y el primer varón; nuestros mejores deseos con la familia Ambrosetti y allegados"
Este era el artículo del New York Times el 11 de enero, un día después del nacimiento del pequeño Erick, hace aproximadamente cinco meses.
Todo se encontraban felices por la llegada del bebé; cuando les dijeron el nombre que habían decidido Paige podría jurar haber visto lágrimas en los ojos de su suegro.
En ese momento se encontraba con Alexander en Lane; habían ido a visitar ese fin de semana a sus padres.
A pesar de todos los problemas, la familia de Paige lo sigue intentando y ella trata de ayudar.
Estaba con Grace sentada en una de las bancas del parque cerca de su casa, mientras observaban a Mely que ya tiene dos años, jugar en la caja de arena. Paige se sentía feliz, su hija cada día era más hermosa y su hijo el cual tenía en brazos era idéntico a su padre.
Sus ojos negros, su cabello y hasta su cara; era una mini copia de Alex.
Ella estaba acariciando a su hijo cuando noto a una mujer caminar cerca de donde ellas; posiblemente no le hubiera prestado atención a no ser que Paige noto su forma de mirar a Mely.
Su madre le había dicho que había hablado con el señor Howard; al parecer su esposa había caído en depresión después de que Kate les notificara su embarazo, y luego de eso se fueron del pueblo por un tiempo.
Pero su muerte la dejo devastada, ella culpa a Mely por perder a su hija y por ese motivo no la acepto y la negó en su momento.
Pero cuando observo las fotos que Alisson le mando, ella deseaba tener a la niña como la hija que perdió.
A pesar de haber perdido el juicio, Clarisa trato de ponerse en contacto con la niña a escondidas de Paige, mientras la pequeña Mely se encontraba jugando, ella se le acercaba, pero nadie sabía cuáles eran sus intenciones así que Alexander mando levantar una petición de alejamiento en contra de Clarisa Howard.
Por suerte, no pasaban mucho tiempo en Lane, ya que ellos vivían en New York.
Paige le pidió a Grace que cuidara de Erick mientras ella hablaba con la mujer.
—Sabes que tienes prohibido estar cerca de mi hija— le dijo Paige a Clarisa.
—Se parece a ella— dijo la mujer únicamente — sino fuera por ella, mi hija seguiría aquí.
—Si Kate estuviera viva, jamás te perdonaría el haberte negado a brindarle un hogar a su hija. Tu nieta por cierto.
—Lastimosamente jamás la podré ver con una nieta — suspiro —cuídala.
Con eso la mujer se dio la vuelta y se alejó, Paige se sintió un poco tranquila, no dejaría que nada le pase a su hija.
Al volver a la Villa, hablo con Alexander sobre lo sucedido y el la tranquilizo.
—Nada ocurrirá amor— le decía Alexander.
—Lo sé, es solo que me preocupo.
—Te entiendo, pero no tienes por qué, nadie se atrevería a tocarnos en este pueblo.
Todos en el pueblo sabían ahora quienes era los Ambrosetti; al parecer en regreso de Paige fue noticia; y no hubo persona que no estuviera impresionada con su nueva vida.
Muchos ex compañeros de ella trataron de entablar una amistad por conveniencia pero Paige sabía que no eran personas sinceras así que los alejo.
Pero definitivamente todo el pueblo de Lane se quedó impresionado con la boda de los Ambrosetti, los invitados fueron alojados en hoteles aledaños y la ceremonia contó con un montaje en vídeo y tres revistas cubriendo el evento.
Ella sabía que estaba mal, pero disfruto el ver expresiones de envidia de muchas de las personas que no la valoraron, otras envidiaban a su esposo y su hermosa boda, Edith se lució en cada detalle, y esta vez no llegaron visitas indeseadas.
Alexander no dejó que Paige bailara con algunos tipos que la observaban demasiado, el confía en ella pero no en ellos.
Para ese entonces Paige estaba embarazada de cuatro meses, su vientre se encontraba un poco abultado.
El recuerdo de su boda la coloca nostálgica, y una sonrisa se extiende por su rostro; ella se encontraba sentada en el regazo de Alexander; ahí en la villa.
Su cara se tornó roja al recordar su segunda noche de bodas.
—Mmm...¿En qué estás pensando? — le dijo Alexander notando su rostro.